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POV Omnisciente

Y era verdad lo que había dicho Jaime, que no lo espere despierto. Nicolás después de esperar cuatro horas a su alma gemela, se quedó dormido.

Jaime llegó a las cinco de la mañana a la mansión con una herida de bala en el estómago. Apenas llegó a la casa, sus trabajadores le ayudaron a sacar la bala y le cocieron la herida.

-Mataste a quién te hizo esto, Jaime?.-Preguntó Tomas, ayudando al recién nombrado a sacarse la camisa entera para pasársela y llevarla a la lavadora. Jaime había pedido específicamente que no le dijeran a Nicolás de esto.

-Sí, él disparó un segundo después que yo y bueno, no pude esquivar la bala.-Dijo el enojón, intentando que Tomas no lo toque ni nada, solo pasándole la camisa.

-Vas a ir a tu habitación?.-Preguntó Tomas con una pausa.-Para que te ayude a subir.

-No, dormiré acá no más.-Respondió Jaime, acomodándose con algo de dolor sobre el sillón.

-Puedo llevarte a mi habitación...

-No Tomas, estoy bien aquí.-Dijo el mafioso interrumpiendolo, sabiendo que si iba podría haber algún mal entendido con su alma gemela, aunque él ni siquiera sabía si este en realidad estaba interesado en él o solo quería divertirse un rato.

-Estás seguro?.-Preguntó Tomás algo preocupado por este.

-Sí, estoy bien, he soportado cosas peores.-Contestó el enojón con una ligera sonrisa.

-Cómo cuando Nicolás se fue y tú lo perdonaste como si no hubiera pasado nada?.-Preguntó su amigo, siendo bastante directo con este.

-Fue mi culpa que se hubiera ido, no puedo enojarme porque se haya ido si yo le dije que se fuera si no era feliz.-Respondió el mafioso recordando todo lo que le había dicho al moreno. Ya entendía de porque este ya no lo amaba.

-Pero Jaime...

-No Tomas, no quiero seguir hablando de esto, solo quiero dormir y listo.-Dijo Jaime con un tono serio, haciendo que Tomas asintiera y se fuera de ahí. Pero volvió para pasarle una manta y una polera cualquiera de Jaime para que no se notara la herida cuando Nicolás lo vea.

-Buenos días/noches Jaime.-Dijo Tomas con una leve sonrisa pero no escucho que Jaime le respondiera así que se fue a su habitación.

El enojón se acomodó otro poco más en el sillón con dolor y intentó quedarse dormido, pero en lo único que podía pensar era en que había hecho mal para que Nicolás no lo amara. Bueno, además de todo.

Finalmente minutos después se pudo dormir, cuando ya eran las seis de la mañana.

El moreno despertó a las diez de la mañana y notó que el lado que ocupaba su enojón estaba intacto, haciendo que Nicolás se preocupara. Acaso le había pasado algo a su alma gemela?.

Se levantó y se colocó una polera manga corta con unos boxers que le llegaban casi hasta la rodilla, así que no mostraba mucho. Obvio que se quito los calzoncillos, no iba a ser tan estúpido como para colocarse los dos al mismo tiempo.

Salió de la habitación y bajó al primer piso para ver si estaba el vehículo de su otra mitad o no. Se sorprendió cuando vio que Jaime estaba durmiendo en el sillón, se le notaba bastante cansado, pero Nicolás no pudo evitar hacerse un espacio en el sillón y abrazarlo. Había extrañado lo calentito que era este.

Jaime no había despertado ni siquiera con eso, así que Nicolás confirmó que este estaba bastante cansado.

-Yo también te amo.-Susurró el pequeño moreno contra el pecho de su alma gemela. Sabía que este no lo escucharía ni despertaría por eso, pero solo necesitaba decírselo, aunque este estuviera durmiendo.

Creo que Nicolás sabía porque no podía decir aquellas palabras al frente de Jaime y era algo fácil de entender, bueno, si piensan como él claramente. El moreno sufrió con Jaime, claro que hubieron más momentos buenos que malos, pero igualmente sufrió, y ya no quería pasar por eso, solo quería asegurarse que Jaime no le volvería a hacer daño.

Claro que ese era el punto de vista de Nicolás, que era obvio que no estaba tomando en cuenta que Jaime también sufrió bastante sin él y también cuando estaba con él, pero igualmente le dijo aquellas dos palabras, confiando en que el moreno no volvería a irse ni a herirlo.

Pero claro, la gente se equivoca, pero ustedes todavía no saben a que me refiero.

El mafioso despertó varias horas después por pequeños besos en su cara y otros pocos en su cuello. Jaime dio una ligera sonrisa y abrió los ojos para ver a Nicolás a su lado, observándolo con sus ojos violeta.

-Buena tarde.-Dijo Nicolás con una ligera risa.-Eso te pasa por haber llegado tarde a la casa.

-Bueno, fue necesario llegar tarde.-Dijo el enojón evitando cualquier tipo de detalle.

Se quedaron en silencio y los dos sabían en que estaban pensando.

-Jaime respecto a lo de ayer...

-Nico, no quiero hablar de eso, esta bien que no me ames, solo quería decírtelo.-Dijo Jaime sintiendo un leve dolor en su pecho pero sin decir nada. Como si el dolor del disparo no fuera suficiente.

-Jaime...

Había empezado a decir Nicolás pero alguien entró en el salón. Claro que era Tomas, quien cuando escuchó la voz de Jaime fue corriendo al living. Se acercó al mafioso y lo ayudó a levantarse.

-Tengo que revisarte, ya sabes.-Dijo Tomas, sabiendo que Jaime no le había dicho nada a Nicolás.

Jaime miró unos segundos a Nicolás. Este último estaba con la mandíbula tensa y algo serio, no entendía porque Tomas y su alma gemela eran tan unidos.

-En realidad puedo hacerlo solo, o mejor lo hace mi novio.-Dijo el enojón notando que su otra mitad no entendía a que se refería.

-Ah, entonces le contaste que te dispararon?.-Preguntó su amigo, sabiendo que no era así pero igualmente preguntándolo.

El pequeño de los ojos violeta observó a Jaime con preocupación y hizo que Tomas sacará las manos de su alma gemela para luego ayudarlo él. Se dirigieron a la habitación sin ninguna palabra.

Era obvio que Nicolás lo retaría. Y que claro, posiblemente habría una pelea.

All the love, Perry el Ornitorrinco (broma interna con JainicoForever)

Mafia. (Jainico) Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang