Mafia. (Jainico)

54.-

POV Omnisciente

Estuvieron varios minutos abrazados. No querían volver a separarse, literalmente, pero era obvio que tenían que hacerlo para aclarar las cosas y ser felices los dos juntos.

-Te explicaré lo que pasó.-Dijo Jaime cuando los dos se sentaron en la cama. Este aún tenía unas lágrimas en su cara, las cuales desaparecieron cuando el moreno las limpió.-Yo creí que querías una boda normal Nico, y lo normal también incluye los ojos de algún color normal. Entonces Cas me estaba ayudando, ya que él usaba lentes de contacto de un color usual cuando sus ojos habían cambiado de color. Bueno, igual me estaba tratando de decir que no era necesario, que a ti te gustaría de cualquier color que sean mis ojos, pero yo quería que tuvieras algo normal, no peligroso como siempre lo es.-Dijo el enojón tomándose una pausa para luego seguir hablando.-Lo siento mucho Nico, de verdad, tampoco quería empujarte tan fuerte pero no querías parar y no entendías que Cas no había hecho nada malo. Pero te juro que nunca te volveré a tocar un pelo de manera violenta, o si quieres no te toco hasta que tú creas que es necesario, pero no te vayas Nico.

-Soy tan aweonao Jaime. Claro que no me iré, te lo prometo-Dijo el pequeño moreno con una leve pausa.-Y yo quiero tus ojos rojos, Jaime, yo no quiero algo normal. Yo te quiero solamente a ti. Además lo normal es aburrido.

El enojón ahora tenía una leve sonrisa en su rostro. Definitivamente estaba mejor ahora que escuchaba aquellas palabras que decía su novio que en unos pocos días sería su esposo.

-Tengo que disculparme con Cas, casi lo golpeé.-Dijo Nicolás recién dándose cuenta de las consecuencias por solo haber reaccionado por el instinto.

-Cas no esta enojado contigo ni nada, solo esta preocupado de que por su culpa hayamos terminado o algo así. Sabes que es algo sensible en algunas cosas como esa.-Dijo el hombre de los ojos rojos, mientras veía que su pololo se acercaba más a él para luego besarlo lentamente. Claro que le correspondió aquel gesto. El hecho de que casi no pudo volver a sentir aquellos labios hacía que necesitara hacerlo con más necesidad y desesperación.

Estuvieron varios minutos así hasta que los dos se separaron, mirándose a los ojos.

-Estuviste tomando.-Dijo Jaime notándolo, sintiendo el sabor a alcohol también en sus labios. Además cada vez que el moreno tomaba, sus mejillas se sonrojaban un poco sin importar que este no se mareara.

-Solo un poco.-Se intentó excusar Nicolás, notando que su alma gemela se preocupaba por él.-Estoy bien, dejé la botella abajo.

-Dime que no tomaste cerveza.-Dijo el enojón, casi rogándole.

-De hecho tomé Bourbon Jack Daniels. Ojala que no se lo estén tomando allá abajo.-Dijo el moreno, viendo la cara de orgullo de su otra mitad.

-Me quiero casar contigo ahora mismo.-Dijo el hombre de los ojos rojos, todavía muy orgulloso de su novio.

-Sabes que eso me haría muy feliz, pero estoy seguro que a Manuel le daría un ataque y probablemente nos golpearía.-Dijo el pequeño travieso riéndose ligeramente, sabiendo que sería así.

-Entonces no puedo esperar para que llegue ese día, cariño.-Dijo el mafioso con una leve sonrisa.-Pero creo que no llegaste virgen hasta el matrimonio.

-Claro, por eso no me caso de blanco.-Dijo el pequeño con una sonrisa también.

-Menos mal, o si no hubiera sido una gran mentira eso. Y probablemente nuestros amigos se hubieran reído también.-Dijo Jaime, tomando de la mano a su novio para acariciarla.-Yo nunca te engañaría Nico, quiero que lo tengas en claro.

-Lo siento Jaime, de verdad, solo que todo se veía muy sospechoso. Me deje guiar por mi instinto.-Dijo el moreno bastante arrepentido de todo lo que había pasado.

-Menos mal que no somos lobos o algo así.-Dijo el enojón, queriendo que su novio se dejara de sentir mal.-Nico ya pasó. Mientras no se repita, estaremos bien, lo digo en serio.

-No se volverá a repetir, te lo juro.-Dijo el recién nombrado para luego besar a su pololo otra vez. Pero esta vez no se separaron, solo continuaron hasta que Jaime quiso sacarle la polera a Nicolás pero estaba indeciso. Le había dicho a este último que no lo tocaría hasta que él le dijera. El moreno pareció entender y volvió a hablar.-Puedes tocarme Jaime.

Con eso dicho, Jaime le sacó la polera a su novio para comenzar a tocarlo y besarlo por todas partes.

Mientras tanto, Edgar y Manuel ya se estaban dirigiendo a su casa en auto.. Estaban en silencio hasta que el ruloso habló.

-Manu, a ti te gustaría casarte?.-Preguntó Edgar, para comenzar aquella conversación. Sabía que este si se quería casar, pero de alguna manera tenía que iniciar la conversación.

-E-Eh sí, a mi me gustaría Eddie.-Respondió el recién nombrado algo nervioso y con una pausa.-Y a ti?

-A mí se me gustaría casarme. Bueno, en realidad me gustaría casarme contigo.-Contestó el ruloso, mirando unos segundos a su novio, quien se estaba colocando rojo y por fin feliz.-Era eso lo qué no me querías decir? Creías que yo no me quería casar contigo, amor?

-Es que ya sabes como soy, me emociono mucho antes de tiempo y no sé, no creí que te querías casar, menos conmigo.-Respondió Yelo con sus mejillas rojitas, igualmente bajando la mirada un tiempo, al igual que en la casa de Jaime.

Edgar se estacionó a un lado de la calle, haciendo que Manuel lo mirara algo confundido.

-Eddie, qué haces?.-Preguntó Manu al ver que su pololo apagaba el auto y lo miraba fijamente.

-Manuel, yo me quiero casar contigo por exactamente ser tú. Amo que te emociones antes de tiempo y que quieras planear todo. Siempre han sido aquellos pequeños detalles que me hacen amarte y enamorarme más de ti.-Dijo el ruloso de repente, tomándose un tiempo para seguir hablando.-No hay ni siquiera una simple cosa que quiera cambiar de ti, quiero que lo tengas claro. Igualmente te lo repetiré por mucho tiempo, ya que eso es lo que más tenemos. Así que no te quiero volver a escuchar decir eso, si? Te amo demasiado, y no soporto cuando te desprecias de esa manera.

A ese punto ya habían unas lagrimas en la cara de Manuel, pero solo eran de emoción y felicidad.

-Yo también te amo mucho Eddie.-Dijo Manuel sintiendo segundos después los labios de su novio sobre los suyos.

Desde ahora todo estará bien.