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POV Omnisciente

Eran ciertas aquellas imágenes, pero no era como si Nicolás hubiera esperado aquél beso cerca de sus labios, pero aún así, no le dijo nada a Álvaro, solo hizo que este soltara sus manos para luego ir a su habitación a pensar todo con claridad.

Habían pasado dos horas desde que Jaime se había ido a su trabajo y sinceramente el moreno lo extrañaba más que nunca. Sabía que era su culpa, ya que no le había creído. Se dio cuenta que era verdad todo lo que le había dicho su novio cuando Álvaro le dio un beso cerca de sus labios. Eso no se parecía nada a como quería pasar el día con Jaime.

Sacó su celular y no vio ningún mensaje ni llamada. Ya ni siquiera sabía si debía ir a la oficina de Jaime en aquél edificio o no.

Volvió a ver su celular, solo para mirar la hora. Los minutos lejos de Jaime parecían siglos, y ni siquiera sabía si este volvería a la casa. Era temprano todavía, así que decidió ir a dar una vuelta.

Salió de la habitación y bajó las escaleras. Luego de eso, se dirigió hacia el exterior de la mansión.

Cuando estaba cerca de salir a la calle, uno de los trabajadores de su novio habló.

-Donde va, señor?.-Preguntó el empleado, siendo algo amable con él.

-A dar una vuelta.-Respondió Nicolás mirándolo.

-Debería decirle al jefe...

-Solo es una vuelta, nada va a pasar.-Dijo el moreno interrumpiéndolo, con una leve sonrisa.-Nos vemos.

El trabajador lo miró unos segundos para ver donde se iba este, pero decidió no preocuparse mucho, así que volvió a lo que estaba haciendo.

El pequeño moreno ya estaba algo lejos de la casa, mirando para todas partes como si fuera algo nuevo esto. Iba bastante tranquilo, cuando sintió un disparo y un dolor en su pecho. De inmediato se tocó donde le dolía y vio su sangre salir. Casi altiro, se cayó al piso por un empujón bastante fuerte que había recibido, haciendo que se quejara aún más, mientras apretaba su herida para que dejara de sangrar.

-Jaime no debió haber matado a mi jefe.-Dijo el desconocido, quien miraba al moreno agonizando del dolor en el piso, con una leve sonrisa.-Veamos como reacciona él al ver que a quien más ama esta muerto.

El extraño volvió a apuntarlo con aquella arma, para luego dispararle en el estómago, haciendo que se quejara aún más, mientras intentaba detener que la sangre saliera. De hecho ya no se quejaba, ya eran casi unos pequeños gritos de dolor. No recordaba como era que te dispararan.

Nicolás vio como el extraño cargaba su arma, así que mientras este estaba distraído, sacó su arma que tenía bien escondida, para luego cargar el arma y sacarle el seguro. De inmediato le disparó directamente en la cabeza a este, haciendo que se desplomara muerto altiro.

El moreno apenas podía respirar, haciendo que se comenzará a desesperar. Sintió su celular vibrar en su pantalón, así que lo sacó con el mayor esfuerzo posible, sin evitar morderse el labio por el dolor.

Manchó su celular con algo de sangre, pero poco le importó al ver que Jaime lo llamaba.

-Me dijeron que saliste, donde estas?.-Preguntó el enojón, viendo como Castiel se quedaba en silencio. El moreno también se quedó en silencio, no porque quisiera, si no que sentía que si hacía algo más, se desmayaría ahí mismo.-Nico, pasa algo?.

Nicolás reunió todas las fuerzas que pudo y habló.

-M-Me dispararon, Jaime.-Dijo el recién nombrado, apenas sintiendo otras nuevas lágrimas caer por sus mejillas, mientras intentaba moverse un poco.

-Donde estás?!.-Preguntó Jaime, levantándose de su silla de inmediato, tomando sus cosas sin decirle ni una palabra a Cas, para luego salir corriendo de su oficina.-Cariño, necesito que me lo digas para ir a buscarte altiro.

-Cerca de la casa.-Contestó el pequeño travieso, de repente sintiendo algo de cansancio y que sus ojos le pesaban.

-Bien cariño, voy altiro, necesito que me escuches y que te quedes conmigo, puedes hacer eso, amor?.-Preguntó el mafioso, no teniendo tiempo para llamar al ascensor y bajando las escaleras rápidamente.

-C-Creo que sí.-Respondió el moreno, viendo por un segundo todo blanco y negro otra vez.-Te amo.

-No, no lo digas como si fuera una despedida, te conozco Nico, no te atrevas a hacer eso.-Dijo el hombre de los ojos rojos, que en ese momento, volvieron a ser normales otra vez, pero claro que no se dio cuenta.

-Y-Yo lo siento, por no haberte creído, arruiné todo.-Dijo Nicolás, llorando un poco más, mientras sentía su dolor incrementar.-No quería que nuestro día fuera así J-Jaime, lo lamento tanto.

-Nico, podemos hablar de esto después, pero por favor no lo hagas sonar como si te estuvieras despidiendo de mí, no podría soportarlo.-Dijo Jaime con un nudo en la garganta, viendo por unos segundos todo blanco y negro, haciendo que le importará una mierda los semáforos y apresurándose para buscar a su novio.

Le tomó pocos minutos después encontrarlo. Salió de su auto de inmediato para cargar a su prometido y colocarlo en la parte de atrás de su auto. Poco tiempo después ya estaba al frente de su casa y con Nicolás en sus brazos, apresurándose para llegar a la habitación.

-Vamos Nico, no me dejes.-Murmuró el enojón mientras entraba en la habitación y colocaba a su novio en la cama. Cerró la puerta de la habitación y buscó las cosas necesarias para sacar las balas del cuerpo de su alma gemela. Este último se había desmayado, pero estaba bien. Bueno, no estaba muerto ni en coma, así que eso era más o menos una buena señal.

Jaime con cuidado le sacó la polera a su novio, sin importarle que este estuviera inconsciente. Vio las heridas de balas y con una pinza comenzó a sacarlas. Menos mal que no eran tan profundas. Cuando finalizó de hacer esto, desinfecto las heridas y le colocó algunos puntos en estas. Igualmente después volvió con un paño mojado para limpiar la sangre del cuerpo de su moreno.

Se la iban a pagar, sin importarle que quien había intentado matar a su novio ya había muerto.

Mafia. (Jainico) Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang