56.-(Final)

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POV Omnisciente

Los finales cuestan, ya que significa despedirse de algo con lo que ya te habías encariñado, pero lamentablemente se tienen que hacer varias veces a lo largo de la vida. Esta es una de esas veces.

No les diré que no habrán problema entre las parejas, ya que eso es casi imposible, pero si les aseguraré que nunca se separaran, tienen mi palabra esta vez.

Después de ya haberse casado, claro que fueron a la fiesta que tenían que admitir que a Manuel le había quedado perfecta esta.

Hay muchas cosas que les podría seguir contando, pero creo que nadie quiere una fic de doscientos capítulos, cierto? Además, quién nos asegura que Jaime con su mafia no se enterará de esta novela y me mande a matar por todo lo que los hice sufrir en esta? No puedo tomar ese riesgo.

No, tampoco llegó alguien para vengarse en la fiesta ni a arruinarla, como ya les dije, Jaime se había encargado de todo eso. Y cuando nos habíamos referido a que ya no seguían en pie las otras mafias, es que la mayoría, si es que no todos, estaban muertos.

La fiesta transcurrió normal. Nicolás bailó, rió, tuvo algunas lágrimas de alegría que claro que su esposo limpió. Eso era otra cosa, nuestro protagonista moreno no se cansaba de repetir que Jaime era su esposo, solo suyo. Y bueno, si Nicolás estaba así, imagínense Jaime. Ya estaba que se lo tatuaba.

Y sobre el primer baile como esposos, la canción lenta que bailaron fue I'm Gonna Be de Sleeping At Last.

-No sabía que tenías un lado tan romántico en tus gustos musicales.-Dijo Nicolás, con los ojos un poco aguados, sabiendo que su esposo había escogido aquella canción.

El enojón lo miró con una leve sonrisa en su cara y volvió a limpiar las lágrimas del rostro de su novio. Este último después, apoyó su cabeza en el cuello de su alma gemela, mientras bailaban aquella canción lenta.

-Te tengo una sorpresa preparada.-Dijo el mafioso en un susurro solo para que este escuchara.

-Cuál es?.-Preguntó el pequeño moreno, mirándolo directamente a los ojos, algo curioso.

-Bueno, tenemos que irnos para que sepas que es.-Contestó Jaime, no diciendo nada más que eso.

-Manuel sabe cierto? Porque o si no nos mata por no quedarnos más tiempo.-Dijo el chico de los ojos violetas, viendo como su otra mitad se reía, haciendo que sintiera felicidad en su pecho.

-Sí, ya había hablado con él de eso, amor.-Dijo el hombre de los ojos rojos, mirándolo unos segundos a los ojos para luego posar sus ojos en los labios semi-rosados.-Te amo Nico, siempre y para siempre.

-Yo también te amo Jaime, siempre y para siempre.-Dijo el pequeño travieso, sintiendo los labios de su esposo sobre los suyos, uniéndolos en un beso lento al igual que el anterior.

Aunque la eternidad sea mucho tiempo, créanme que a veces no es suficiente. Nunca es suficiente cuando conoces a alguien como el Jaime o como el Nico.

Después de unos varios minutos, se despidieron de todos los que fueron para que Jaime llevará a Nicolás a ver la sorpresa que tenía.

Cuando se subieron a la limusina, Jaime habló.

-Cariño, necesito colocarte una venda en los ojos. No te molesta, cierto?.-Preguntó el enojón, sacando la venda de un pequeño mueble que tenía aquél vehículo.

-Que pervertido.-Dijo Nicolás con una pausa y una sonrisa en sus labios.-Me gusta.

-Nico, no se trata de eso, pero solo te diré que no me provoques.-Dijo el mafioso, con una leve sonrisa y la voz algo ronca.

Dicho eso, el enojón le colocó la venda con cuidado, tapando los ojos de este.

-Sabes que tú me vas a tener que guiar?.-Preguntó el moreno, no viendo nada.

-Nico, cada vez que te pierdas siempre estaré yo para guiarte, lo tenía claro desde el momento en que sabía que quería estar por la eternidad contigo.-Respondió el hombre de los ojos rojos, tomando de la mano a su alma gemela, para que este sintiera que él estaba ahí, siempre junto a él.

-No se vale, tú siempre dices las cosas más románticas.-Dijo el pequeño moreno con un leve puchero, sintiendo segundos después como su esposo le mordía su labio inferior, haciendo que gimiera un poco por la sorpresa.

-Creo que cada vez más me esta gustando el tema de las vendas.-Dijo Jaime. Aunque Nicolás no lo viera, sabía que este tenía una sonrisa pervertida en su rostro.

-Bien, ahora sí que no entiendo, puedes ser tan romántico y segundos después tan pervertido.-Dijo el pequeño travieso, sintiendo sus mejillas enrojecer. Era obvio que su novio se había dado cuenta, ya que sintió como con la otra mano desocupada le acariciaba una de sus mejillas rojas.

Pasaron veinte minutos cuando la limusina se detuvo y Nicolás supo que habían llegado. Este escuchó como su esposo se bajaba primero para ayudarlo a salir.

Cuando salió del vehículo, sintió como Jaime lo tomaba de la cintura para ayudarlo a guiarse. El moreno escuchó maletas ser movidas cerca suyo, haciendo que Nicolás se confundiera un poco más.

-Estás listo, cariño?.-Preguntó el enojón con una leve sonrisa.

Nicolás asintió con la cabeza y sintió como su alma gemela le sacaba la venda, dejando que vea un Jet al frente suyo. Era el mismo en el que había llegado a Chile, o al menos eso suponía.

-Jaime, qué es esto?.-Preguntó el chico de los ojos violetas, mirándolo confundido.

-Bueno, me parece algo injusto que tú hayas ido a Nueva York sin mí, así que creo que estas obligado a venir conmigo a Nueva York, no puedes negarte.-Respondió el mafioso con una sonrisa, notando la emoción de su esposo por volver a aquella ciudad.

-Esta vez no van a hacer que me desmaye, cierto?.-Preguntó Nicolás con una sonrisa, sintiendo la emoción en todo su cuerpo.

-Bueno, si te resistes en venir, puede que haya un castigo por parte mía, pero no tiene nada que ver con eso.-Contestó el hombre de los ojos rojos, guiñándole un ojo a su otra mitad, haciendo que se colocara rojo otra vez.-Y bueno, creo que si no me gusta Nueva York, podríamos ir a otra parte, tú y yo, sin quejas por parte tuya.

-No puedo hacer el papel de la victima Jaime, cuando ahora lo que quiero hacer es besarte y no separarme de ti.-Dijo el moreno siendo sincero con su esposo, quien le sonreía.

-Y quién te impide hacerlo?.-Preguntó Jaime, sintiendo los labios de su alma gemela poco tiempo después.

Y ahora volvemos al problema de siempre. ¿Cómo terminar algo que en realidad nunca puede terminar? Como por ejemplo, el amor de Jaime hacia al Nico o viceversa, eso nunca se podrá acabar, podría escribir cientos de historias de estas almas gemelas, cada pelea, reconciliación y momentos románticos.

La verdad es que esto no termina, nunca lo hará, Nicolás seguirá amando a Jaime de la misma manera que este a él.

Y eso nunca cambiara.

All the love, JoMo.

Mafia. (Jainico) Where stories live. Discover now