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POV Omnisciente

Jaime le colocó una silla a Nicolás al lado de la suya para que lo acompañe. Había un sillón en la oficina pero ninguno de los dos quería estar "lejos" del otro.

-Por qué tiene tantos pisos?.-Preguntó el moreno refiriéndose al edificio, mientras que el enojón revisaba los papeles que la maraca culia le había llevado.

-Es una mafia grande Nico, y bueno, esto parece empresa de una constructora o algo así, quién pensaría que es de una mafia?.-Preguntó el mafioso mirando unos segundos a su novio para devolver la vista a los papeles.

-Y aquí tienen la droga y todo eso?.-Preguntó el chico de los ojos violetas, observando a su pololo.

-Sí, todo tiene su piso y sala.-Contestó Jaime mirándolo para luego colocar una mano en la pierna de su alma gemela. Su intención no era nada sexual, solo quería hacer sentir a su novio que estaba ahí.

-Y también lo del tráfico de personas?.-Preguntó el pequeño moreno, con una leve tristeza en su voz imaginándose a aquellas personas que deben estar asustadas en ese preciso momento.

Jaime lo miró bastante tiempo, sin responderle, como si estuviera pensando en algo.

-Nico, sabes que tú significas todo para mí, cierto?.-Preguntó el enojón, sin responderle nada todavía.

-S-Supongo, por qué?.-Preguntó el moreno, algo confundido y sonrojado.

-Si tú quieres, yo elimino lo del tráfico de personas, no me importa cuanto me va a costar o no si es eso lo que quieres.-Respondió el mafioso sinceramente, dejando los papeles en el escritorio para mirar a su novio.

-Espera, hablas en serio?.-Preguntó Nicolás, sorprendido por esto.

-Claro que sí, cariño. Tú también mandas acá, eres como mi socio-novio, y si estas seguro de que quieres eso, lo haré.-Contestó Jaime para que segundos después sienta que su novio lo abrazaba. Pero antes de eso, su alma gemela se había sentado en sus piernas para luego hacer este gesto.

-Gracias Jaime, de verdad.-Dijo el pequeño travieso contra el cuello del recién nombrado.

Cuando se separaron del abrazo, se miraron fijamente por varios segundos antes de que atacaran los labios del otro con algo de necesidad.

El mafioso sintió como su otra mitad enrollaba sus piernas en su cintura. El primero se levantó de la silla, colocando sus manos en el trasero de su novio para "apoyarlo".

Como pudo, sacó las cosas de su escritorio para luego colocar a Nicolás sobre este. Jaime comenzó a sacarle la parte de arriba primero, tirando la ropa al otro lado de la habitación. Pero el moreno tampoco se quedó atrás y le sacó la parte de arriba del traje a su alma gemela, haciendo que su torso quedara a la vista.

Jaime ya había empezado a desabrocharle los pantalones a Nicolás cuando sintió que este comenzó a darle besos y hacerle chupones en su cuello, así que más rápido aún le sacó la parte de abajo.

Mientras que su pequeño le dejaba marcas por todo su cuello, él acariciaba el cuerpo de este, produciendo que su novio se estremezca.

Pasaron unos pocos minutos así hasta que Nicolás se detuvo para luego mirar la parte de abajo de su novio. Este de inmediato supo que su alma gemela quería que se sacara los pantalones y lo demás, así que complació a su pololo en eso y se los sacó con rapidez, no quería desperdiciar ni un segundo más para sentir a su moreno.

Finalmente se sacó los boxers y le hizo lo mismo a su novio, quedando en igualdad de condiciones.

-Quieres qué te prepa...

-Solo hazlo.-Dijo el pequeño travieso con una leve sonrisa interrumpiendo al amor de su vida, viendo como este último igualmente le sonreía y se acercaba mucho más a él. Esta vez Jaime fue el que tomó las piernas de su alma gemela y las enrollo en su cintura.

El enojón tomó su miembro y lentamente lo fue introduciendo en el interior de su novio, haciendo que este gimiera ligeramente.

Cuando finalmente estuvo por completo en el interior de su pololo, se quedó quieto al menos hasta que Nicolás le haga alguna señal de que se podía mover.

Paso un poco más de un minuto cuando el moreno movió un poco sus caderas, haciendo que Jaime entendiera y empezará a moverse.

De inmediato empezaron con embestidas rápidas, a diferencia de la otra vez que habían empezado algo lento.

El chico de los ojos violeta gemía al lado del oído de su novio, haciendo que este se animara más aún y golpeara la próstata de este, claro que con esto Nicolás suplicaba y gemía cada vez más.

Jaime se dio cuenta que en un momento Nicolás no quería gemir, ya que le avergonzaba un poco, así que el mafioso tomó con cuidado la entrepierna de su novio y comenzó a masturbarlo, haciendo que el moreno se mordiera el labio para no gemir.

-Vamos cariño, compláceme, quiero escuchar tus gemidos.-Gruñó Jaime, mientras embestía con más fuerza y masturbaba a su novio.

-J-Jaime.-Gimió su pequeño con los ojos cerrados, sintiéndose en el cielo y en el infierno al mismo tiempo.

-Se que vamos a llegar pronto cariño, pero necesito ver tus ojos.-Dijo el mafioso, apenas pudiendo hablar.

Apenas escucho esto Nicolás, abrió sus ojos para mirar los ojos rojos de su alma gemela.

Unos pocos minutos después, el pequeño avisó que iba a llegar muy pronto al clímax, así que el enojón comenzó a hacer embestidas algo bruscas pero igualmente placenteras, que golpeaban justo en el punto G de su moreno.

Unas pocas embestidas de estas y el chico de los ojos violeta se corrió en su torso y en algo del torso de su novio. No hace falta decir que este último se corrió en el interior de su alma gemela, no era como si este pudiera quedar embarazado.

Se quedaron así un tiempo para que luego Jaime besara lentamente los labios de su pololo. Este último, apenas algo recuperado, le correspondió el beso de inmediato, con gusto.

Menos mal que la oficina era insonora, o si no créanme que todo el edificio se hubiera enterado de lo que estaban haciendo.

Mafia. (Jainico) Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang