32.-

1.5K 181 73
                                    

POV Omnisciente

El chico de los ojos color rojo despertó por unos besos y chupones en su cuello. Jaime, aún sin abrir los ojos, sonrió, sabiendo que era su pequeño moreno.

-Te despertaste más temprano solo para hacer esto?.-Preguntó Jaime, sin abrir los ojos. Segundos después sintió que su novio se colocaba encima suyo, sentándose sobre sus boxers.

-Sí, no era justo que tú siempre lo hagas y yo no.-Respondió Nicolás, viendo como su pololo abría sus hermosos ojos rojos para mirarlo.

-No era necesario que lo hagas.-Dijo el enojón con una leve sonrisa, acariciando con sus dos manos la cintura de su alma gemela.

-Para mí sí, quiero complacerte en algo.-Dijo el pequeño moreno, viendo que su otra mitad se sentaba para acomodarse. Nicolás siguió sentado sobre los boxers de su novio y colocó sus brazos al rededor de este último.

-Nico, tú siempre me complaces, de todas maneras.-Dijo el mafioso con una sonrisa, mirando los labios semi-rosados de su novio que se veían bastante besables.

El moreno miró unos segundos los ojos de su novio, para luego también mirar los labios de este. Unos segundos más tarde, se atrevió a besar a su pololo, sintiendo como este le correspondía de inmediato.

No era un beso apasionante, era lento y lleno de sentimiento en este.

Les encantaba estar así uno con el otro. De verdad que ya no podían imaginarse una vida sin el otro.

Estuvieron varios minutos así, hasta que los dos se separaron al mismo tiempo.

-A qué hora te vas a juntar con Castiel?.-Preguntó el chico de los ojos rojos de repente.

-Como a las tres de la tarde.-Respondió Nicolás, ahora acariciando el cuello de su alma gemela.

-Bien, te tengo para mí unas horas más.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, todavía acariciando la cintura de su novio y con su otra mano acarició el rostro de este, hasta tocar esos labios que lo tentaban.

-Me tienes por siempre y para siempre.-Dijo el pequeño moreno, diciendo la verdad antes de que Jaime lo volviera a besar.

-Tú también me tienes por siempre y para siempre.-Dijo el mafioso entre medio del beso. Quería decirle eso a su novio y besarlo al mismo tiempo, así que ni siquiera se separó para decirlo.

Siguieron por otros par de minutos. De verdad que podrían hacer esto por siempre. Claro que se separaron después de unos minutos.

-Vamos a bañarnos?.-Preguntó el pequeño travieso, guiñándole un ojo a su novio para levantarse de la cama y irse casi corriendo hacia el baño, sin antes quitarse los boxers, haciendo que Jaime se parara de inmediato para acompañarlo en aquél "baño".

Mientras tanto, Naiko y Edgar se habían reunido para hablar. No era nada serio, pero hace mucho que no se juntaban y cosas así.

Estaban caminando por la calle, hablando de sus parejas hasta que Naiko decide confesarle algo a su amigo.

-Yo te oculté algo, Edgar.-Dijo el pequeño mentiroso, cambiando un poco de tema, tomando la completa atención del recién nombrado.

-Qué cosa?.-Preguntó el ruloso, algo curioso y confundido, notando que su amigo estaba algo nervioso.

-Yo te dije que había conocido a mi alma gemela, pero nunca te dije quien era.-Dijo Naiko bastante nervioso con una pausa.-E-Eres tú.

Edgar paró en seco, acaso había escuchado bien?.

-Q-Qué acabas de decir?.-Preguntó Edgar, queriendo asegurarse en eso.

-Tú eres mi alma gemela, Edgar.-Contestó su amigo, algo temeroso.

-Desde cuando lo sabías?.-Preguntó el ruloso, mirándolo directamente a los ojos.

-Desde que nos acostamos en esa fiesta de Jaime que lo obligue a que hiciera.-Respondió Naiko diciendo la verdad, no queriendo mirar a su amigo.

-Por qué no me lo dijiste, Naiko?.-Preguntó Edgar, no pudiendo creer lo que estaba pasando.

-Edgar, tú estabas y estas enamorado de Manuel, yo no quería intervenir en eso.-Contestó su amigo, diciendo la verdad con una leve sonrisa en sus labios.

-Lo lamento, de verdad Naiko, no era mi intención jugar con...

-Esta bien Eddie, entiendo.-Dijo el recién nombrado, interrumpiéndolo y acariciando un poco el brazo de su amigo para que se relajara.

-Keke lo sabe?.-Preguntó el ruloso, queriendo saberlo.

-Sí, tenía que decírselo si quería comenzar algo serio con él.-Respondió Naiko, con una ligera sonrisa.

-Gracias por ser sincero conmigo.-Dijo Edgar, con una sonrisa para luego seguir caminando con su amigo, olvidando esa conversación por un tiempo al menos.

Nada iba a cambiar entre Edgar y Naiko, lo digo en serio. Edgar amaba mucho a Manuel y estaba enamorado de este último. Sabía que ser almas gemelas era algo importante, pero no todas las almas gemelas tienen que estar necesariamente juntas, eran personas que te apoyan y te hacen querer ser mejores personas.

Unas varias horas después, Jaime había dejado a su novio en el Mall.

-Llámame si pasa algo sí?.-Había preguntado su enojón, solo asegurándose.

-Claro que sí Jaime.-Contestó el pequeño moreno con una sonrisa para luego darle un pequeño beso en los labios a su pololo.-Todavía me duele el poto por lo que hiciste en la ducha.

-Tú me provocaste.-Dijo el mafioso con una pausa.-Anda Nico, o me arrepentiré y te secuestraré.

-Voy a ir a la casa en unas pocas horas, y te espero ver ahí, nada de andar trabajando.-Dijo Nicolás con una advertencia, para luego volver a darle un pequeño beso a su alma gemela para salir del auto y entrar al Mall.

Jaime vio como su novio entraba a aquél lugar para luego comenzar a manejar. Se iba a reunir con Manuel en otro lugar para hablar de algunas cosas.

Cuando Nicolás vio a Castiel, este estaba hablando con un hombre de ojos verdes, también bastante atractivo. Pero tengo que repetir que Nicolás siempre escogería a Jaime primero.

No sabía si interrumpir o no, así que los miró varios minutos. Notaba como Castiel se sonrojaba por algo que decía el rubio de los ojos verdes, haciendo que Nicolás encontrara bastante tierno esto.

Pasaron unos minutos hasta que Castiel lo vio y se apuro en lo que creía el moreno que era darle su número al chico de los ojos verdes.

Cuando llegó Castiel a su lado, se sonrojó por dos cosas. Primero por la expresión que Nicolás le había dado y la segunda porque se dio vuelta y Dean lo seguía mirando y le guiño un ojo. Luego Dean se fue, con una sonrisa en sus labios.

Mafia. (Jainico) Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum