09.-

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POV Omnisciente

Finalmente las almas gemelas se quedaron dormidos en la posición que antes siempre dormían. Jaime abrazando a Nicolás y este con su cabeza en el pecho del mafioso.

El enojón se despertó temprano para ir a trabajar y si hacía eso, probablemente podría llegar más temprano a la mansión y ver a su moreno.

Jaime miró a Nicolás dormir por varios minutos. Le encantaría despertar así todos los días.

El mafioso se iba a levantar pero el moreno lo abrazó fuertemente, haciendo que no se pudiera mover.

-No te vayas.-Gruñó el pequeño moreno, despierto pero con bastante sueño.

-Cariño, mientras más rápido me vaya, más rápido volveré, te lo prometo.-Dijo el mafioso con una voz delicada para que su alma gemela entendiera.

-Qué tan rápido?.-Preguntó Nicolás sin soltarlo, abriendo los ojos para mirarlo.

-Cuando termine, vengo corriendo, te lo juro.-Respondió Jaime con una leve sonrisa pero no queriendo irse.

-Lo prometes?.-Preguntó el pequeño moreno sintiendo que Jaime le hacía cariño con su otra mano.

-Claro que lo prometo.-Contestó el mafioso con una leve sonrisa, sintiendo que Nicolás lo soltaba pero decía algo.

-Acércate, a mí me da flojera.-Murmuró el pequeño travieso con una voz de cansado que nadie se la quitaba. Bueno, Jaime le podía quitar el sueño de otra manera pero todavía no.

El enojón se acercó a este como Nicolás dijo y este último le dio un pequeño beso de buenos días.

-Volveré más rápido aún si tengo más de estos besos.-Dijo Jaime con una sonrisa y por fin levantándose para bañarse y vestirse.

Cuando bastantes minutos después salió del baño, Jaime notó que Nicolás había vuelto a dormir y dio una leve sonrisa para luego secarse y vestirse con otros de sus trajes, esta vez era uno negro.

Cuando finalmente terminó de alistarse, se acercó al moreno y le dio un pequeño beso en la frente para luego irse.

Nicolás despertó unas pocas horas después, pero no porque ya no tenía sueño, fue porque Manuel entró corriendo a su habitación y comenzó a saltar en la cama, haciendo que el moreno quisiera matar a su amigo.

-Vamos Nico, tenemos que ir pronto.-Dijo Manuel, dejando de saltar en la cama para luego bajarse de esta y comenzar a mover a Nicolás, haciendo que este le gruñera y por fin saliera de la cama.

-Agh Manuel, solo es un traje, nada más...

-Nico, te paso su tarjeta de crédito, donde sabemos que tiene muchos millones ahí, por qué no comprar todo lo que necesitas?.-Preguntó Yelo, empujando a Nicolás hacia el baño.

-Y yo soy la pasiva po.-Dijo el pequeño moreno entrando al baño para que después Manuel le pasara ropa para que este se vistiera ahí en el baño.

-No diré nada respecto a ese tema, pero me veo obligado a decir que me sorprende que no hayan tenido sexo todavía.-Dijo Manuel con una leve sonrisa, sintiendo como Nicolás cerraba la puerta con fuerza para no querer escuchar las cosas que su amigo le decía.

-Cállate.-Dijo Nicolás lo bastante alto como para que Yelo escuchara y se riera.

Después de eso Manuel no dijo nada más y espero a Nicolás casi veinte minutos cuando este salió del baño vestido y con el pelo solo un poco mojado.

-Bien, vámonos rápido para que lleguemos más rápido aún.-Dijo el pequeño moreno saliendo de la habitación.-Pero conste que compraremos un traje no más, no pienso gastar plata en weas que no necesito.

-Sí, lo que digas.-Dijo Manu con una sonrisa en su rostro, saliendo de la habitación para luego bajar los dos la escalera.

Cuando llegaron a abajo, habían algunos trabajadores de Jaime que miraron al moreno como si este fuera un extraño. Iban a decirle algo a Nicolás (ya que estos no sabían que el Nico es el chico de Jaime) pero el que casi lo empujo ayer entró a la casa y le habló al moreno directamente.

-El jefe pidió un auto para ustedes, lo esta esperando afuera.-Avisó el aún desconocido para Nicolás. Este se iba a ir cuando uno de los trabajadores de Jaime lo detuvo.

-Quién es él?.-Preguntó el otro de los extraños, que miraba a Nicolás con desconfianza y algo de amenaza.

-Es el chico de nuestro jefe, y deben tratarlo al igual que este.-Respondió el desconocido mirando unos segundos al moreno para luego salir de la casa.

El extraño quedó algo impactado por la noticia, al igual que los otros. En realidad nadie creía que Jaime era homosexual.

El pequeño moreno miró a los que estaban ahí y se fue de la casa junto con Manuel sin decir ni una palabra, no le gustaba presentarse.

Y lo que dijo el desconocido era verdad, había una auto también con los vidrios polarizados esperando afuera de la mansión. El pequeño travieso se dirigió a este y entró a la parte de atrás del auto sin esperar nada más. Manuel se subió por el otro lado y le dijeron al conductor que los llevara al Mall Costanera.

A Nicolás sinceramente no le sorprendía que el auto tuviera un vidrio polarizado y insonoro, entre los pasajeros y el conductor, así que cuando le tuvieron que decir donde iban, el conductor tuvo que bajar el vidrio y luego subirlo otra vez.

Se demoraron cuarenta y cinco minutos en llegar, a pesar de que era temprano, había bastante taco.

El conductor les dijo que los esperaría, que no había problema.

Salieron del auto y entraron al mall.

Apenas habían estado una hora cuando sonó el celular de Manuel. Este último leyó el mensaje.

-Nico, se que el Jaime me va a matar pero me tengo que ir.-Dijo Yelo, casi como si tuviera que irse corriendo, y así era.

-Anda no más.-Dijo el moreno con una sonrisa para despedirse de su amigo y seguir viendo el traje solo.

Cuando encontró una tienda de ternos, vestidos y cosas así, entró. Recorrió un poco esta para ver los trajes y había uno que le gustó y que estaba en un maniquí.

-Cuanto vale?.-Preguntó el pequeño moreno, al ver que el maniquí no tenía el precio.

-No creo que puedas pagarlo.-Respondió la vendedora, directamente discriminándolo.

-P-Por qué dices eso?.-Preguntó Nicolás sintiendo algo oprimir su pecho.-Quiero saber el precio.

-No creo que alguien como tú pueda pagarlo, es realmente caro. Y vamos, mírate, acaso usas algo más que cueste más de veinte mil pesos?.-Preguntó la vendedora, siendo realmente mala con Nicolás.-Será mejor que te vayas.

El pequeño de los ojos violeta tragó saliva y sintió un nudo en la garganta.

Se fue de ahí sin decir una palabra más. Ya no tenía ganas de comprar, ni de ir a esa reunión. Salió del mall y se subió al auto lo más rápido posible.

-Tan rápido...

-Lléveme de vuelta a la casa.-Dijo Nicolás interrumpiéndolo, sintiendo sus ojos arder.

El conductor no dijo nada más y subió el vidrio polarizado insonoro. Y fue ahí donde Nicolás pudo llorar, sintiendo asco de si mismo.

Mafia. (Jainico) Where stories live. Discover now