Mafia. (Jainico)

24.-

POV Omnisciente

Nicolás se quedó en esa habitación varias horas, esperando a que su novio volviera para que hablen bien las cosas, pero tenemos claro que eso no paso.

El moreno ya se había bañado y vestido. No se puso uno de sus trajes ya que creía que no iría a ningún lugar "importante" como para andar vestido elegantemente.

Se echó colonia y por fin salió de la habitación.

No había almorzado, había entrado Álvaro a su habitación para decirle que le habían cocinado algo a este pero él se rehusó a comer. Sabía que esas cosas los trabajadores de Jaime le iban a decir a este que no había almorzado y probablemente el mafioso se enojara más con él, pero de verdad que no tenía apetito.

Bajó las escaleras y volvió a ver a Álvaro abajo, y cómo era el único a quien conocía de ahí además de Tomas que no era una muy buena idea ir a hablar con él, se acercó a este.

Antes de que Nicolás le dijera algo, Álvaro habló primero.

-Quieres comer algo? Tenemos Sushi también, lo fui a comprar yo.-Dijo su único amigo de los empleados de Jaime.

-No, no tengo hambre.-Respondió el pequeño de los ojos violeta, con una leve sonrisa amable.

-Sabes que el jefe se va a preocupar o enojar si sabe eso.-Dijo Álvaro, no pudiendo decir el nombre de Jaime ya que no tenía la suficiente confianza.

-Eso no importa.-Dijo Nicolás con una pausa.-Hablando de Jaime, sabes donde queda su lugar de trabajo?.

-Sí, por qué?.-Preguntó su amigo algo confundido por la pregunta.

-Necesito que me lleves allá.-Contestó el pequeño travieso, notando que su amigo estaba algo indeciso. No sabía si llevarlo o no.

-No sé si pueda, el jefe...

-Recuerdas que Jaime dijo que me trataran igual que él y que también mando? Entonces él no se debería enojar si tú hiciste lo que te pedí.-Dijo el pequeño moreno, diciendo en parte la verdad. Iba a tener que discutir con Jaime que no lastimara a Álvaro por llevarlo.

-Esta bien.-Dijo su amigo asustadizo, haciendo que Nicolás lo siguiera para ir en uno de los autos de la mafia.

Álvaro sacó la alarma del automóvil y dejo que el moreno se subiera solo a la puerta del copiloto.

Cuando los dos ya estaban en el auto, su amigo encendió este último y comenzó a conducir en dirección donde trabajaba Jaime.

-Qué significa Kindred Spirits?.-Preguntó el pequeño de los ojos violeta de repente.

-Por lo que sé, eso esta en alemán y en español significa "Almas Gemelas".-Respondió Álvaro sin mirarlo, solo concentrado en el camino.

Nicolás no dijo nada más al menos en unos minutos. Claro que cuando dijo algo, este no quiso hablar de ese tema.

-Lamento que Jaime te haya torturado, de verdad.-Dijo el pequeño del recién nombrado, con algo de lastima en su voz hacia su amigo.-Qué fue lo que te pidió hacer que no quisiste?.

-Alejarme de ti.-Respondió Álvaro con una voz neutra, diciendo la verdad.-No me gustas ni nada, pero el jefe no es nadie para decirme de quien alejarme. Menos si eres tú Nico, uno de nosotros.

El moreno volvió a no decir nada, pero se sentía algo agradecido de que este lo sienta como uno de los suyos.

-Además ya estas agarrando confianza, le sacaste la chucha a Tomas, ya nadie cree que eres débil.-Dijo su amigo para luego reírse por recordar las expresiones en las caras de sus compañeros cuando vieron que Nicolás estaba golpeando a Tomas.

-Respecto a eso, cómo esta?.-Preguntó Nicolás, algo curioso.

-Se puede mover, pero la cara le duele como el infierno.-Contestó Álvaro con una pausa.-Esas fueron sus palabras exactas.

-Y no se planea vengar o algo?.-Preguntó el pequeño moreno, no importándole mucho si es que eso pasaba.

-No, créeme que no hará nada contra ti ni menos contra el jefe.-Respondió su amigo.-Por mucho que ahora él te odie, quiere mucho al jefe. Además si te hace algo, probablemente Jaime le haga algo a él también. Y no será lindo, créeme, ya lo he vivido.

Condujo en una mano por unos segundos para apuntar a su cara, como siendo prueba de lo que acababa de decir.

Otros veinte minutos más hablando, su amigo le avisó que ya habían llegado. Nicolás miró el edificio, era algo alto en realidad, más de lo que se esperaba y mucho más moderno, era como si fuera una empresa o algo así, nadie creería que es de una mafia.

-Quieres que vaya contigo o qué te espere?.-Preguntó Álvaro, interrumpiendo sus pensamientos.

-No, esta bien así.-Respondió el moreno con una leve sonrisa y también con una pausa.-Gracias Álvaro, de verdad.

-No es nada, Nico.-Dijo el recién nombrado, viendo como este se bajaba y le hacía un gesto de despedida. Se lo devolvió y condujo de vuelta a la mansión.

Nicolás entró al edificio y de inmediato vio a una secretaria, que lo miraba sospechosamente. El primero se acercó a ella y le habló.

-Hola, puedo saber donde esta Jaime?.-Preguntó el moreno, siendo algo amable hasta que vio que la mujer apretaba un tipo de botón y unos hombres aparecieron. De inmediato el pequeño sabía que estaba en problemas.

-Debe ser uno de los tráficos, aunque no sé como sabe el nombre del jefe.-Dijo la secretaria, mientras veía como los hombres asujetaban fuertemente a uno de nuestros protagonistas.

-S-Soy Nicolás, él me conoce.-Dijo el recién nombrado con una pausa.-Suéltenme culiaos, me hacen daño!.

La secretaria lo miró y marcó un número en el teléfono. De inmediato contestaron y la maraca comenzó a hablar.

-Señor, hay alguien aquí que dice que lo conoce y que lo quiere ver.-Dijo la señorita, mirando de reojo al moreno.-Lo tenemos controlado, creemos que es uno de los tráficos tal vez. Se llama Nicolás.

La secretaria no escuchó a hablar a Jaime hasta minutos después. Este salió de uno de los ascensores, enojado hasta no poder más y empujando a sus empleados lejos de su moreno. Notó como las manos de sus trabajadores estaban marcadas en la piel de su novio, haciendo que su enojo incrementara.

-Después hablaré con los tres.-Dijo Jaime con un tono amenazador, haciendo que sus dos trabajadores y la secretaria se asustaran.

Sin decir nada más, tomó de la mano a su alma gemela, entrelazando sus dedos y subieron por el ascensor.