Mafia. (Jainico)

33.-

POV Omnisciente

-Así que quién era ese chico con el que estabas hablando?.-Preguntó Nicolás, con una ceja enarcada mirando a su amigo mientras caminaban.

-El es Dean, lo conocí hace varios años atrás.-Dijo Castiel, intentando disimular su nerviosismo y sonrojo mirando a otra parte.

-Le diste tu número?. - Preguntó el pequeño moreno riéndose al ver lo tierno que era su amigo.

-Puede ser.-Contestó Cas, intentando no hablar de esas cosas.

-Es tu alma gemela, no?.-Preguntó el pequeño travieso, adivinando de inmediato.

-Sí lo es, pero no quiero hablar de eso.-Respondió su amigo, evitando cualquier tipo de detalle. Había tenido un mal pasado con Dean, o al menos comenzó bien y terminó mal. Pero fue una sorpresa encontrarlo y volver a hablar después de bastante tiempo.

-Esta bien, entiendo.-Dijo el chico de los ojos violeta con una leve sonrisa.-Yo te conté todo lo que me paso con Jaime, así que créeme que te entiendo.

-Él me engañó.-Fue lo único que dijo Castiel, casi susurrándolo, viendo algo fijamente, como si estuviera recordándolo.

-Cas, no tienes que decirme, te juro que todo esta bien.-Dijo el pequeño de Jaime, dándole unas palmadas animadoras en la espalda a este.

Se quedaron ahí, quietos, por unos pocos minutos hasta que Castiel habló.

-Quiero hacerme un tatuaje.-Dijo Cas de repente, mirando a su amigo.

-Espera, estás seguro?.-Dijo Nicolás, solo preguntando por si su amigo no se arrepentiría después o algo.

-Claro que sí.-Respondió su amigo, por fin sonriendo.

-Bien, vamos.-Dijo el moreno, apoyando en su decisión a su acompañante.

En poco tiempo, encontraron una tienda de tatuajes. Entraron y de inmediato lo atendieron.

-Quiero unas alas de Ángel en la espalda y parte de los brazos.-Fue lo primero que había dicho Castiel. Este último sacó su celular para mostrarle un tipo de modelo y el tatuador asintió.

Le indicó a Cas que se quitara la polera y que recostará de estomago sobre la silla tatuadora.

Castiel hizo todo esto y el tatuador empezó a marcar donde estaría el tatuaje. Luego de varios minutos, empezó a tatuar.

A Nicolás no le sorprendió que su amigo no se quejara ni demostrará algún tipo de dolor. Sabía que era peor el dolor que sentía Castiel sobre Dean que por el dolor físico.

Estuvieron ahí tres horas y en realidad el moreno no se aburrió, ya que le hablaba a Castiel mientras este seguía tatuándose.

Cuando terminaron de hacerle el tatuaje a su amigo, el pequeño moreno de verdad que estaba asombrado de lo hermoso que había quedado este.

-Tú no te quieres hacer uno?.-Preguntó el tatuador, con una leve sonrisa, mirando a Nicolás para luego mirar la espalda de su cliente.

El moreno iba a responder negativamente, pero pensó en algo.

-Esta bien.-Dijo el pequeño moreno con una sonrisa, sacándose la polera y colocándose de espalda en la silla. Luego sacó su celular para mostrarle como quería su tatuaje. Iba a ser algo cerca de las clavículas, solo un poco más abajo.

-Kindred Spirits?.-Preguntó el tatuador, algo confuso.

-Es algo personal.-Contestó Nicolás, sin decir nada más, con una leve sonrisa para luego mirar como su acompañante se veía el tatuaje y sonreía. En ese momento el moreno igual supo que el tatuaje que su amigo se acababa de hacer era algo personal.

El tatuador asintió y tomó su máquina para limpiarla. Después de marcar el tatuaje, comenzó a tatuarlo.

Si le dolió? Claro que sí, al menos un poco. Pero sabía que tal vez sería una buena sorpresa para su novio. Además, su amigo le hablaba para que este se olvidara del dolor, hasta lo había tomado de la mano para que Nicolás la apretará si sentía mucho dolor.

Esta vez no duró demasiado el tatuaje, o al menos no tanto como el de Castiel. Este duró solo una hora y media, pero en realidad el joven de los ojos violeta sentía como si todo hubiera pasado muy rápido.

Se levantó para ver su tatuaje y de verdad que le gustó. Y saben a quién más le gustara? A Jaime.

-Esta bastante lindo tu tatuaje Nico.-Dijo Cas tomándose un momento para luego seguir hablando.-Ese es el modelo del jefe, cierto?.

Nicolás asintió con una sonrisa, mirando una vez más su tatuaje para luego colocarse su polera.

Castiel y Nicolás le pagaron al tatuador, a quien en realidad le gustó los modelos de tatuaje que les había hecho a estos.

Salieron de la tienda con sonrisas en sus caras.

-Creo que deberíamos irnos.-Dijo Cas, viendo lo tarde que era.

-Me parece bien, no quiero que Jaime se preocupe o algo.-Dijo el pequeño moreno, siguiendo a su amigo.-Creo que tendré que irme en taxi...

-Yo te llevo a tu casa, vine en mi auto.-Dijo Castiel, interrumpiéndolo.-No hubiera dejado que te vayas solo a tu casa. Conociendo al jefe, me hubiera matado si lo hubiera hecho.

-Se que Jaime es otra persona en el trabajo, pero en verdad no es nada de como se lo imaginan.-Dijo el joven de los ojos violeta, defendiendo a su pololo.

-Lo siento.-Dijo Cas, bajando su mirada, creyendo que había hecho algo mal.

-No, no te pongas así, no hiciste nada malo, solo quería dejar en claro que Jaime no es así, alguna vez verás como es y te vas a sorprender.-Dijo Nicolás, haciendo que su acompañante lo miré para que no se sienta mal.-Cambiemos de tema si quieres, si?.

-Esta bien.-Dijo Castiel, ahora con una leve sonrisa.

Nicolás se sorprendía de lo inocente que era su amigo muchas veces. De hecho, no quería que alguien dañara a su compañero. Aún trabajando en una mafia, es algo raro ver que este tenía bastante inocencia.

-Cuantos años tienes?.-Preguntó el moreno, mirándolo mientras caminaban hacia el auto de este.

-La edad que tendría ahora o la que tengo desde que conocí a mi alma gemela?.-Preguntó Cas, todavía no respondiendo.

-La que tienes desde que conociste a Dean.-Respondió el pequeño travieso, notando como este tensaba la mandíbula al escuchar el nombre de su alma gemela.

-Tengo 24.-Dijo Castiel, relajándose al sentir que su acompañante le tocaba su brazo, logrando lo que quería, que era tranquilizarlo.

-Sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa, cierto? Y si tengo que torturar al weón de tu alma gemela, lo haré, ni lo dudes. Solo tienes que pedírmelo.-Dijo Nicolás mirándolo directamente a los ojos.

-Gracias Nico.-Dijo Cas con una sonrisa, para seguir caminando hacia su auto.

A veces es bueno saber que hay gente que siempre estarán ahí para ti.