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POV Omnisciente

Ya habían llegado la mayoría de los compañeros de Álvaro. Apenas había empezado a llegar la gente, Naiko ya tenía todo listo para el primer juego. De verdad que le gustaba planear los juegos alcohólicos, no sabía bien porqué pero le encantaba.

-Bien, el primer juego que haremos será el "Nunca Nunca".-Dijo Naiko con una leve sonrisa, sirviendo alcohol en los vasos que tenían cada uno de los jugadores. Luego de eso, se sentó para explicar de que se trataba.-Si algunos no lo conocen, lo explicaré. Cuando a uno le toque decir algo, tiene que decir "Yo nunca nunca" y dice algo que no ha hecho. Los que sí lo han hecho tienen que tomar y así prosigue.-Naiko volvió a tomar una pausa.-Yo empezaré. Yo nunca nunca me he enamorado de más de dos personas.

Casi nadie tomó en esa ronda, enamorarse no era algo tan fácil en realidad.

-Mejor cambiaré las reglas un poco. En cada ronda todos tienen que tomar, sin importar si ya tomaron antes.-Dijo el pequeño mentiroso con una leve sonrisa para luego tomar de su vaso. Con esa regla, la mayoría fue feliz.

Al siguiente que le tocaba era a Álvaro y este dijo cualquier cosa que se le ocurrió.

-Yo nunca nunca he engañado a alguien.-Dijo Álvaro, sin ni siquiera saber lo que había pasado entre Nicolás y Jaime respecto a eso.

Nicolás tomó esa vez, junto con otras personas.

Los trabajadores de Jaime miraron sorprendidos a este, pero este no dijo nada, ni menos los miró. De hecho, no miró a nadie, solo observaba su vaso lleno con Vodka. Se lo tomó al seco, ya que esa ronda ya había pasado. Era como si estuviera recordando ese día.

El moreno lo miró. Y como si Jaime supiera que era él, lo miró y le dio una leve sonrisa. Eso lo hizo solo para que no se preocupara, que él después estaría bien.

-Yo nunca nunca he tenido más de una alma gemela.-Dijo uno de los trabajadores. Casi nadie tomó, excepto Edgar con Naiko, quienes se miraron un par de segundos para luego evitar cualquier tipo de contacto entre ellos.

Manuel miró confundido a Edgar. Este lo miró, después pasó a mirar a Naiko y bajó la mirada. Yelo no era weón, de inmediato supo quien era la otra alma gemela de su novio.

No quería hacer un escándalo ahí mismo, ni quería discutir ahora, pero necesitaba relajarse un poco. Así que sin decir nada, se levantó de su asiento y se fue al exterior de la casa para sacar su paquete de cigarrillos y empezar a fumar uno.

El ruloso se tensó de inmediato cuando vio que su novio se iba. Se iba a levantar pero Jaime le hizo un gesto de que se quedará ahí.

El mafioso se levantó de su puesto también y salió de la casa. El moreno sabía que lo hacía por Manuel, pero también por él.

-Sabes que eso te hace mal.-Dijo el hombre de los ojos rojos, haciendo que Manuel se sobresaltara al escuchar su voz.-Dame uno.

-No qué hacia mal?.-Preguntó Manuel con una leve sonrisa, dándole uno de sus cigarrillos.-Creí que ya habías dejado el hábito.

-Lo necesito.-Dijo Jaime, sin dar ninguna explicación más, sintiendo como su mejor amigo lo miraba.

-Fue por la pregunta, cierto?.-Preguntó su mejor amigo, conociéndolo demasiado bien.

-No es nada, solo que lo recordé y no pude evitar... Olvídalo, es estúpido.-Quiso responder el enojón, sin ni siquiera mirarlo, solo acercándole un poco el cigarro para que Manuel lo prenda. Cuando este lo hizo, comenzó a fumar de inmediato.

-No pudiste evitar volver a sentirte como esa vez.-Dijo Yelo, sabiendo a lo que se refería su amigo.-No volverá a hacerlo, lo sabes.

-Pero si lo volviera a hacer, no lo culparía. Podría querer algo de normalidad, que cada vez que salga con alguien, él no deba tener un arma por si alguien intenta matarlo o simplemente lastimarlo. Nadie quiere algo así.-Dijo el mafioso, por fin diciendo lo que pensaba.

-Pero tal vez él no quiere algo normal, Jaime. Y aunque lo quisiera, su amor por ti es más grande, que solo olvidaría eso.-Dijo Manuel, intentando de que Jaime vea la realidad.

-Y tú? Qué pasó?.-Preguntó Jaime, cambiando de tema.

-Bueno, es obvio que la otra alma gemela de Edgar es Naiko, y estoy bastante seguro que el Edgar quería que eso quedara como secreto.-Respondió Yelo, bastante sincero respecto a eso.

-Y qué piensas sobre eso? Te molesta?.-Preguntó el hombre de los ojos rojos, por fin mirándolo.

-No lo sé. Me molesta que no me lo haya dicho.-Contestó Manuel, también mirándolo a los ojos.

-Creo que él no sabía como decírtelo.-Dijo Jaime, no estando de ninguno de los dos lados, solo diciendo lo que realmente pensaba.-Él te ama, Manu, se nota, y lo más probable es que no sabía como decírtelo o no quería que te pasaras rollos como ahora.

-A qué te refieres?.-Preguntó su amigo, mintiéndole.

-Sabes muy bien a que me refiero. Crees que el Edgar va a ir corriendo donde el Naiko ahora que sabe que es su alma gemela.-Respondió el mafioso, también conociendo bastante bien a su mejor amigo.-Crees que te dejará.

-Se que el Edgar es indeciso en algunas cosas, y no quiero decir ahora que siempre va a estar conmigo cuando sabemos que tiene una gran conexión con el Naiko, eso nunca cambiará.-Dijo Manuel, casi admitiéndolo.

-Pero tampoco cambiará el hecho de que esta enamorado de ti, Manu.-Dijo el enojón, tomándose un tiempo para hablar.-De verdad que él te ama. Y si, podrá tener una gran conexión con Naiko y todo eso, pero eso no es nada comparado a lo que tiene contigo, créeme, lo he visto.

-Pero...

-No hay pero, Manuel, yo te amo y estoy enamorado de ti.-Dijo Edgar detrás de él. Había estado solo algo de tiempo ahí para saber todo lo que pasaba con su pololo.

-Eddie...

-Te amo.-Dijo el ruloso, repitiéndoselo, tomando el cigarrillo de su novio para botarlo. Luego de eso, besó a su verdadera alma gemela, con la que estaría siempre y con la cuál quería pasar la eternidad.

Mafia. (Jainico) Where stories live. Discover now