Capítulo 25 - ¿Por qué la quieres a ella?

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Llego a la masía donde se encuentra Patrick. Los guardaespaldas, me dejan entrar sin siquiera preocuparse de mis intenciones.
La masía, sigue siendo igual. Habitaciones lujosas, decoradas con esculturas y cuadros antiguos. Muebles hechos solamente para él, y personas a su disposición dónde quiera que vaya.
Golpeo la puerta de su habitación, sabiendo que estará allí.
- Adelante.
- Patrick - menciono su nombre mientras que a su vez, abro la puerta con la mano izquierda, sujetando la mochila que contiene el dinero con la derecha.
- Oh adelante pequeño Johnny. - dice él levantándose de uno de los cojines que tenía rodeando la baja mesa frente a su cama, en la cual, había una cachimba. - Veo que has traído lo que pedí.
- Y dentro del plazo estipulado. - recalco.
- Oh sí, por supuesto. - dice comprobándolo desde el gran reloj de su habitación.
- Bien Patrick, ahora deja a Dick tranquilo.
Patrick empieza a hacer ruidos molestos con su lengua. Sé que es porque esto no acaba aquí. Él quiere más, siempre quiere.
- Ay pequeño Johnny... ¿Cuándo aprenderás a controlar a tu grupo?
- Ellos saben lo que hacen. - digo en un tono serio, demostrando la confianza que tengo en ellos.
- Pero los nuevos integrantes no. - aclara él haciendo referencia a Dick, de nuevo.
- ¿Qué ocurre?
- ¿Piensas dar la cara por él, siempre? - pregunta Patrick acercándose al mueble bar de su habitación, junto a la terraza. - Creo que va siendo hora de que asuma sus responsabilidades. - continua mientras se sirve una copa de Dalmore 62.
- Soy yo el que toma las decisiones.
- Bien, iré al grano. Al fin me cuentas, ya nos conocemos de hace muchos años...
- Demasiados - interrumpo.
- Pequeño Johnny, tráeme a la hija de los Bennett y dejaré de lado a Dick.
Me paralizo. Esa fue la última propuesta que me hizo antes de dispararme.
- ¿Para siempre? - me aseguro.
- Puedo darte mi palabra, Dick estará a salvo.
Podía confiar Patrick. Jamás había fallado en su palabra, pues el honor y reputación eran más importantes para él que toda la fortuna que pudiese llegar a tener.
- ¿Por qué la quieres a ella? - pregunto, sin poder sacarme de la cabeza a Lena. Su mirada amenazante ante mí, mostrando el miedo e inquietud pero de forma seria y firme, demostrando ambas cosas a la vez. Segura y valiente, pero a su vez, miedosa e inocente.
- ¿Desde cuándo he dado yo explicaciones? - dice Patrick ofendido.
- Solo necesito el motivo.
- ¿El motivo? Deberías de saberlo. Kenner mismo le vendió coca a Charlie, conocido como Carls Bennett, gran empresario y padre de familia. - empieza Patrick. Por una vez, parece darme un motivo y no pienso interrumpirle. - Pero se le fue de las manos... Una deuda tras otra, y una raya tras otra.. y al final.. - continua Patrick, revisando y limpiando su arma con delicadeza - desaparece del mapa. Ese hijo de puta se creía que podía darme de lado, sin haberme pagado.
- No creo que el dinero le suponga un problema.
- Sí cuando te has gustado toda tu fortuna en drogas. En fin pequeño Johnny, quiero a su hija porque el dinero no es un problema para mí, pero ¿¡mis sirvientas?! Desde luego que lo son. - dice Patrick guardando su pistola y bebiendo de nuevo de su copa. - Desde que mande matar a Rauly por no querer lavarme los pies, todas me tienen miedo. No quieren ni acercarse.. ¿Tú ves eso normal, pequeño Johnny? Necesito gente joven y nueva y qué mejor que la hija de los Bennett. Familia que además de prestigiosa, me debe dinero.

John HowellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora