Capítulo 29 - Es difícil saber que vas a fallar.

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Maratón 2/3

- Sube anda. - dice Seth, quien conduce.
Miro el interior disimuladamente. Por suerte, se encuentra solo, y por estúpido que resulte, creo que es la elección más acertada. Subo, cerrando tras de mi la puerta y dudando entre preguntarle el motivo o mantenerme callada.
- ¿Monte Azul no? - pregunta él.
- No... Ya no vivo allí. - respondo. No parece asombrarse. Ni si quiera muestra algo de sorpresa.
- ¿Dónde vives?
- En la Avenida Vilanosa número 7.
Asiente sin decir palabra.
- ¿Porque...?
-¿Porque he vuelto? - me interrumpe.
- Sí...
- Jamás le digas a alguno de los Blacks que he vuelto. La verdad es que me recuerdas mucho a mi hermana o al menos, me recuerdas a la hermana que siempre quise que fuese.
- ¿No os lleváis bien?
- Por supuesto que sí, pero es difícil.
Entiendo su postura y entiendo que no quiera darme explicaciones. Decido mantener el silencio.
- ¡Mierda un control! - grita dando un volantazo.
- ¿¡Pero qué haces!?
Me aferro al agarrador con fuerza . Mi cuerpo se mantiene en tensión, entrecortando mi respiración.

- ¡He bebido joder! Necesitaba beber si iba a volver a por ti. Es difícil saber que vas a fallar a tu mejor amigo.
Entonces lo entiendo todo, se ha sincerado porque va borracho y por las pelis que he visto, en este punto de alcoholismo, va demasiado borracho. Puedo morir.
- Vamos a hacer una cosa ¿vale? - dice Seth. - Voy a meterme en la autopista y en línea recta...
- No, no espera... ¿piensas seguir la persecución?
- Mira... si sigo yo la persecución acabaremos estampados y si paro aquí acabaremos en la cárcel. ¿Prefieres arriesgarte o escuchar mi plan?
No lo dudo. Jamás permitiría acabar en la cárcel, sería una deshonra para mi familia.
- Adelante... - intento sonar convincente.
- Lo que decía, en la línea recta, tú pasarás por debajo de mí. Mientras yo, seguiré acelerando y controlando el volante. Después, cuando estés lista, me pasare al copiloto, mientras tú aceleraras y mantendrás el control del coche. Una vez situados, te guiaré.
- Seth es peligroso. - noto como mis manos sudan en exceso. Mis nervios florecen de nuevo impactando con más fuerza que nunca pero sorprendentemente, es la sensación de la adrenalina la que me convence y se apodera de mi para acabar realizando el plan.
- Es mejor que esto. ¿Lista?
- Lista. - digo con una sonrisa ladeada.
Seth tira hacia atrás el asiento tras escuchar mis palabras. - ¡Ahora! - grita.
Me paso a su asiento como él dijo antes. Con dificultad pero lográndolo.
- Ya está, ya está. - digo colocando mi mano en la palanca del asiento y la otra en el volante. Mi pie, como un acto reflejo, se apodera del acelerador. Seth se cambia al asiento del copiloto y acto seguido, acomodo el asiento a mi posición. Noto seguridad, confianza, adrenalina. Por una vez, me siento libre. Cojo con firmeza el volante y
la palanca del cambio de marchas. Sonrío. Disfrutando de la velocidad bajo mi pie. Tengo el control, yo tengo el control sobre mi vida y no otros sobre mí.
- Oye no se te da tan mal esto... - dice Seth mientras me observa comiéndose otra de sus regalices.
Vuelvo a la realidad con su comentario. ¿Que estoy haciendo? ¿Qué hago? Nunca he sido así, no puedo serlo ahora. Arruinaría mi reputación familiar. Un Bennett jamás me lo perdonaría. La sonrisa se esfuma de mis labios y la inseguridad vuelve a mí, rechazando cualquier sentimiento de placer o alegría que pudiese sentir.
- Gira a la izquierda.
Seth me indica hasta llegar a un frondoso bosque.
- Por la hora que es, dudo que haya alguien. - dice Seth.
Aparco el coche frente a la cabaña que tenía enfrente.
Entramos a la cabaña. Espero en la puerta, mientras Seth da la luz. Una situación incómoda empiezo a notar que va a suceder cuando encontramos a John sentado en una silla con sus pies sobre la mesa, fumando, con un botellín entre sus manos.
- ¿Qué coño hace ésta aquí? - dice John altamente alterado poniéndose en pie al verme.

John HowellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora