Capítulo 49 - La cabaña queda vacía. Solo Lena y yo.

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- ¡Chicos! – digo irrumpiendo en la cabaña algo contento. – Puede que nos libremos de ella.

- ¿¡De Lena?! – responde un incrédulo y eufórico Levi.

Asiento orgulloso.

- ¿Qué has hecho, tío? – pregunta Kenner con una amplia sonrisa en su rostro.

- He pagado un precio más que razonable por su libertad. Puede que ya la ignore.

- ¿Entonces puedo avisar a Seth, para que no la siga custodiando por las clases? – pregunta Dick.

- Lo más probable. – respondo. – Pero aun no debemos fiarnos, Patrick es muy impredecible cuando quiere.

- ¡Oh cabrón! No esperaba menos de ti. – dice un orgulloso Kenner mientras levanta su mano para que la choque.

Tres horas después, el reconocible motor trucado de Seth se escucha por la lejanía del bosque, lo que conlleva a que la voz de Lena, en escasos minutos, retumbará por todas las paredes de esta cabaña.

Aparca frente a la cabaña. Miro entre las persianas, comprobando que llegue con ella, y por suerte o por desgracia, evidentemente Lena le acompaña. Ríen e intercambian miradas cómplices y coquetas. No puedo evitar cerrar mis puños conteniendo un rastro ligero de ira que ha empezado a nacer en mí.

- Pues sí, Lena. Y la tía cogió y... ¡tocó mi pelo con sus manos llenas de aceite! – dice el rubio entrando en la cabaña.

Lena vuelve a reír, ocultando su sonrisa entre sus manos.

- Vamos... tampoco es para tanto. – dice entre carcajadas, ganándose una mirada intimidante de mi amigo.

- Lena, mañana ya podrás irte a tu casa. – afirmo.

- ¿Qué? ¿Ya? Pensaba que tardaríais mucho más. – responde con una sonrisa incrédula.

- Las cosas han ido mejor de lo que creía. – respondo.

Ella asiente e ilusionada recoge la mochila que trajo, y la coloca frente a la puerta. La verdad es que siempre se echa de menos la calma, pero cuando ésta llega, queremos volver a ese estado donde todo es caótico.

- Pues nada, ha sido un agradable tiempo a tu lado. – dice Seth extendiéndole la mano a Lena. Ésta le corresponde de la misma manera.

- Lo mismo digo, rubiales. - responde ella.

- Uy... que John no te escuche que le llamas así...- susurra Dick mientras me mira de reojo.

Mantengo la mirada entre mis papeles, ignorando todo lo que hablan o hacen. Tengo asuntos más importantes de los que ocuparme, como por ejemplo, la nueva cabaña a la que nos mudaremos. No podemos seguir aquí si Lena sabe dónde nos encontramos.

- Bueno colegas me piro... - dice Kenner poniéndose en pie. – Voy al Doran, ¿alguien se viene?

- Nunca me negaré a ir. – dice Levi quien inmediatamente también se pone en pie. ¿Os venís? – pregunta Levi.

- Bueno, puedo probar el nuevo lugar. – acaba animándose Dick.

- Yo paso chicos, tengo cosas que pensar. – respondo.

- Yo igual, hay una rubita esperándome. – dice Seth. – John. – continua el rubio retomando mi atención. Le hago un ligero toque con la cabeza para que siga. - ¿Te importa quedarte con Lena hoy? Voy a hacer algo de deporte. – dice el rubio con una sonrisa triunfante en su rostro.

- Claro tío, sin problema.

Visto y no visto, la cabaña queda vacía. Solo Lena y yo.

John HowellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora