- John, estaba preocupada por ti... - dice acercándose lentamente hacia la cama donde me encontraba.- No des un paso más. Retrocede y vete. – ordeno.
- Pequeño Johnny, tengo derecho a saber cómo estas.
- ¿Después de echarme de casa? – escupo con odio mis palabras.
- Tenía que protegerte.
- ¿Protegerme a mí? Yo creo todo lo contario. Eres una egoísta, que desde que nací lo único que has hecho ha sido pensar en ti. Y tu oportunidad perfecta fue echarme de casa cuando murió papá.
- Johnny, las cosas no fueron así. Jamás quisiste escucharme, pero Johnny tu padre no fue tan bueno como tú piensas...
- Ni él, ni tú. – digo desviando mi mirada, manteniéndola firme y al frente. – Para mí, jamás he tenido una familia.
- Johnny... - dice la mujer que tengo delante de mí - ¿Cómo puedes decir eso? Yo te tuve en mi vientre durante nueve meses.
- ¿¡Sí y para qué!? – grito perdiendo los papeles. – Para deshacerte de mí en cuanto pudiste. No he sido el mejor hijo del mundo, pero tampoco espero serlo ahora. ¡Vete! – grito de nuevo esto último, consiguiendo que las enfermeras acudan a la habitación.
- Tranquilo, te dejaré en paz. – dice saliendo de la habitación, la mujer que había venido a visitarme, mi madre.
- Podéis iros, esta todo bajo control. – le digo a las enfermeras.
Una de ellas, se acerca a la cama donde me encuentro.
- Ya tengo disponible el teléfono que solicitaste. – dice la amable enfermera a la que Seth le había echado el ojo.
- Tranquila, mi amigo ya se encargó de todo, gracias. – finjo una sonrisa de agradecimiento.
- Si necesitas algo, pregunta por Cristina.
Asiento y por fin, consigo la soledad de nuevo.
Cerca de las tres y media de la madrugada recibo una llamada con un número oculto.
- Si uno de los Blacks muere...
- El otro vengará su muerte – contestan.
- Howell.
- Tío John, he perdido... las... - dice
- Seth vas borracho cabrón.
- John tío, se me han caído los tripis de LSD dentro del vaso de una niñata – empieza a reír Seth. – te lo vas a perder tío.
- Seth, tienes que quitarle el vaso, no sabes que ha podido beber o tomar antes.
- Tranqui tío, es la primera vez en toda la noche que se acerca a la barra. – ríe de nuevo.
Por esto era yo el que mantenía el control del grupo, inconscientes.
- Seth vigílala anda. – sentencio – Por cierto, ¿Levi y la pelirroja?
- ¡Tío! – grita al otro lado del teléfono mi mejor amigo – Te lo has perdido. El cabrón se la ha camelado nada más sentarse a su lado. Ya tiene su teléfono por si hoy no cae, pero bueno... lo dudo... están metiéndose mano en el sofá.
- Otra furcia más.
- Ni que lo digas, todas son iguales. Echo de menos a mi rubia – deja caer Seth.
- Falso. Pero para tu información querido amigo – hago una pausa para mantener la intriga – se llama Cristina.
- Cristina... - susurra - ¡Me he enamorado! – comienza a gritar rompiendo a reír al acabar.
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John Howell
Novela JuvenilEn Monte Azul, se encuentran las familias más prestigiosas del país, entre ellas, la familia Bennett. Lena Bennett, la hija de la familia, jamás ha tenido algún tipo de contacto con la clase baja y por ello, no está acostumbrada al comportamiento de...