- ¡Esto es increíble! – grito entrando de nuevo en la cabaña. - ¿Cómo sois tan hipócritas y egoístas para ver como vuestros amigos se pelean y no interponeros? – me quejo enfurecida.
Levi rompe a carcajadas ante mi reacción y junto a él, Seth y Kenner se unen.
- ¡Os odio! – grito yéndome hacia el baño.
- Vamos Lena... no te pongas así, aquí las cosas funcionan diferente. – intenta tranquilizarme Seth.
- ¿Diferente? – replico sin abrir la puerta del baño que se interpone entre nosotros. - ¿Ese es vuestro concepto de amistad?
- Basta ya Lena, y déjame entrar. – dice una distinguida voz de John.
- ¿Para qué?
- ¿Tu qué crees? Me sangra la mano. – responde él.
No sé si abrirle o simplemente ignorarle.
- Lena o abres o...
- ¿O qué? – le desafío. Y entonces escucho como John fuerza el pomo de la puerta y finalmente, la abre.
John me ignora, ni siquiera dirige una intimidante mirada hacia mí. Abre el grifo y con firmeza limpia y sana sus nudillos ensangrentados. Con curiosidad y sigilo me acerco a él, mirando sus manos con disimulo.
- ¿Puedo ayudarte en algo? – pregunto temblorosa ante los posibles daños que hayan sufrido ambas partes.
- ¿Qué quieres? No me he hecho nada, preocúpate por Dick.
Asiento y salgo buscando al moreno de rizos por la sala de ejecución, pero no se encuentra.
- Esta fuera. – me aclara Seth mi búsqueda.
Le agradezco el gesto con una sonrisa forzada en mi rostro y voy hacia fuera de la cabaña. Dick está sentado en el banco, apoyando su cabeza entre sus manos.
- ¿Estas bien? – pregunto con un hilo de voz.
- Vete... - susurra él.
- Dick, por favor, quiero ayudarte. – insisto.
Dick gira su cabeza hacia mí, y automáticamente, llevo mis manos a mi boca ahogando el grito en mi garganta. Es un espanto, todo él lo es. Su ojo está ligeramente hinchado pero tanto su ceja como su boca no paran de sangrar.
- Voy a ayudarte. – digo con firmeza, y antes de que él pueda decir algo, vuelvo a entrar en la cabaña. Me dirijo al baño, buscando algún botiquín.
- Toma. – dice John antes de que yo pronuncie palabra alguna.
¿Acaso llevaba un cartel en la frente con todo lo que estaba buscando? John me extiende un pequeño botiquín blanco y no dudo en cogerlo y volver junto con Dick.
- ¿Dónde vas? ¿Vas a curarle? – pregunta Seth extrañado. – Aquí todos nos valemos por nosotros mismos.
- Existe el compañerismo. – afirmo manteniéndome quieta en mi sitio pero sin mirarle a la cara.
- Y también la lástima. – continua Levi, al cual esta vez, sí que le dedico una mirada de desprecio.
Continuo mi camino y al salir, no dudo en dar un portazo para desfogarme ante mi notorio cabreo.
- No hace falta Lena, se me pasará... - dice Dick escupiendo la sangre que no cesa.
- Siéntate en ese banco y déjame ayudarte. – le digo señalando el banco de la entrada.
Dick, sorprendido, obedece.
- Voy a ser la niñita de los Blacks... - susurra Dick algo atormentado.
Resoplo y continuo limpiando la herida de su ceja. Dick me mira con atención, tanto que empieza a incomodarme.
- ¿Por qué me ayudas? – pregunta él.
- Porque me defendiste.
- Pero os estuve espiando. – replica.
- A mí eso no me importa, tranquilo. – intento sonreír tranquilizándole.
Cuando estoy acabando, la puerta de la cabaña se abre, asomando a un molesto Kenner.
- Vámonos Lena, hoy te llevaré yo a casa.
- Gracias pero prefiero que lo haga...
- No, lo hago yo. – me interrumpe.
John.. ¡prefiero que lo haga John, idiota!
- De acuerdo.
Entro a la cabaña de nuevo, buscando a John con la mirada, pero no está y tampoco Seth. ¿Cuándo se han ido?
- ¿Y los chicos? – le pregunto a Kenner quien mira impaciente todos mis movimientos.
- Tienen que ir a arreglar unos asuntos. – responde él.
- ¿Con Patrick?
- Eso no es de tu incumbencia.
- Vamos Kenner... ya sé toda la verdad.
- No, todavía no. Jamás sabrás todos nuestros asuntos. – afirma él.
- ¡Kenner! Te recuerdo que yo soy el objetivo. – digo frustrada. – Tengo derecho a saber al menos, si se trata de algún asunto de Patrick.
- Toma. – responde Kenner dándome un pequeño papel con un número de teléfono. – Cuando vayas a salir, envía un mensaje a ese número.
- ¿Es tu...?
- No. – vuelve a interrumpirme. – Tampoco te diré de quien es. Solo limítate a obedecer.
Aprieto mis dientes, intentando controlar todos los insultos que se me están ocurriendo y quieren salir impactantes hacia él.
- Bien. – digo finalmente con una sonrisa forzada en mi rostro. – Daré por hecho que sí se trata de Patrick. – respondo con una mirada firme y directa hacia el exterior de la cabaña de nuevo.
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Espero que os guste, muchos besitos:)
¡¡Nos leemos!!
PD: No sé si el jueves podré subir capítulo.. si no es así, lo recibiréis el lunes con compensación.
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John Howell
Novela JuvenilEn Monte Azul, se encuentran las familias más prestigiosas del país, entre ellas, la familia Bennett. Lena Bennett, la hija de la familia, jamás ha tenido algún tipo de contacto con la clase baja y por ello, no está acostumbrada al comportamiento de...