Llegamos al hospital, donde Cristina nos atendió inmediatamente. Las noticias no eran buenas, y a cada hora que pasaba, nos consumía más la exasperación. El tiempo parecía pasar lento, y los cigarrillos acabarse muy rápidos. Nada podía calmarme y lo peor de todo, es que yo debía mantener la postura y mantenerme frio y sensato.
Decidimos hacer turnos de guardia. En el hospital, nos dejaban entrar en la habitación a una determinada hora, pero nos habían otorgado la sala de espera para estar presentes si había una mejoría en nuestro miembro de la gran familia Blacks. Levi esperaba fuera junto con Dick, mientras también, intentaban calmar sus nervios y ansiedad con los cigarrillos. Seth, por lo contrario, estaba sentado a mi lado, observando a Cristina cada vez que pasaba por la puerta.
- Tío, Kenner tiene que despertarse ya. Al final se va a perder a este pivon, y dirá que me lo he inventado. - dice Seth apoyando sus pies sobre la mesa de la sala.
- Baja los pies de ahí. - le ordeno. - Y siéntate bien, estas asustando a la gente.
Seth mira a su alrededor. Un par de ancianos miraban escandalizados la postura de mi amigo. Tenía un sofá de dos piezas, para él solo. Una de sus piernas, estaba apoyada sobre la mesa, manchándola con sus bambas rojas llenas de barro, y la otra, estaba ligeramente apoyada sobre el borde de la misma mesa. Sus brazos estirados de par en par, y su cabeza apoyada sobre el respaldo del sofá, permitiéndole ver disimuladamente la puerta, mientras mira el techo con plenitud. Yo, por lo contrario, estoy de pie apoyado en el marco de la puerta, viendo pasar las enfermeras de un lado a otro. Todo aquí es un caos. Un perfecto caos, en el que no me importaría participar.
Seth acaba bajando los pies, pero sigue con su postura desganada sobre el sofá. Ahora tumbado con hastío sobre éste.
- Chicos. - interrumpe Cristina nuestros nervios. - Ha despertado.
Sonrío ladeadamente, ocultándome de todos. Seth, se acerca a Cristina, incorporandose inmediatamente cuando la ve.
- Eso mismo le decía yo a mi amigo, Cristina. - dice el rubio apoyándose en mi hombro con chulería. - Yo tengo un don para esto. Se me dan muy bien los enfermos.
Le miro de reojo y dejo escapar el aire de mis pulmones con desinterés.
- Vámonos anda, licenciado en medicina. - bromeo.
Aviso a Levi mediante un mensaje de whatsapp y no son ni dos los minutos que pasan hasta que llegan. Decidimos entrar todos juntos, en grupo, en familia.
- ¿Tío que coño hacías? - le pregunto a Kenner, una vez que el ambiente está más tranquilo.
- Tío fui a buscaros, lo más rápido que pude. Pero no vi el coche y me lo llevé por delante.
- Tranquilo, ¿vale? - dice Levi. - Te pondrás bien. Al menos la polla te funciona. - reímos ante el humor de Levi.
Cristina interrumpe nuestro momento de cachondeo. Miro de reojo a Seth, mientras ella le cambia los medicamentos a Kenner. Le mira boquiabierto. Maldito Seth y las rubias.
- Cris... - dice Seth. Ya tardaba en hablar. - ¿Puedo llamarte así, no? - dice el casanova.
Cris asiente sonriente.
- ¿Tu y yo no teníamos algo pendiente? - dice el rubio.
- ¿Perdón?
- Ven, que te lo explico anda. - dice Seth pasando su brazo por encima de los hombros de Cristina. Se la lleva de la habitación y, antes de salir, Seth nos mira y nos guiña el ojo. Sabe que va a caer. Va a conseguir su objetivo.
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John Howell
Fiksi RemajaEn Monte Azul, se encuentran las familias más prestigiosas del país, entre ellas, la familia Bennett. Lena Bennett, la hija de la familia, jamás ha tenido algún tipo de contacto con la clase baja y por ello, no está acostumbrada al comportamiento de...