Espero a John sentada en su silla. Seth está arreglando unos papeles en su mesa, y me ha pedido un poco de silencio para poder concentrarse.
Maldita pelirroja, te odiaré por siempre.
- Seth perdona que te moleste. – digo retomando la atención del rubio quien deja el boli en la mesa y entrelaza sus manos mientras me mira. – ¿Una emergencia podría ser un mareo? – le pregunto.
- No sé qué estas tramando Lena pero no me gusta nada esa sonrisa.
- Responde. – ordeno poniendo mis pies en la mesa de John.
- Eh baja esos humitos... – dice Seth. – Sí, dependiendo de la situación.
- Entiendo. Gracias.
Seth vuelve a involucrarse entre sus papeles mientras decido salir al porche de la cabaña. Marco el número de teléfono que Kenner me dio.
- Si uno de los Blacks muere... - empieza John al otro lado de la línea. Su voz entrecortada y agitada hacen que todavía este más convencida de mi gran hazaña.
- Dios mío John soy Lena, estoy empezando a marearme.
- Pues pídele ayuda a Seth. Adiós. – dice éste serio.
- ¡No, no! Me ha pedido que no le moleste. – digo inmediatamente intentando que no me cuelgue. – Esta ocupado.
- ¿Ocupado con qué? ¡Solo le he pedido un favor! – grita John indignado.
- ¿Quién es? – escucho hablar a una mujer a la otra línea del teléfono.
- Ah, supongo que estas muy ocupado haciendo deporte. – digo haciéndome la sorprendida.
- Pues sí Lena. Eso es. – habla un John furioso.
Siento impotencia por no poder evitar esa situación. Tengo un nudo en mi garganta, que está amenazando con salir en forma de lágrimas.
- John... - susurro.
- ¿Estas llorando Lena? – pregunta Howell.
- No, no claro que no. – digo secando las lágrimas de mis mejillas.
- ¿Quién es esa Lena? – vuelve a preguntar esa maldita.
- No es nadie. ¿Quieres callarte por favor? Estoy intentando hablar con una amiga. – le responde John.
- No te preocupes John, yo soy solo una amiga, ella no. – le digo con un hilo de voz y después, cuelgo.
- Espera, espera... - escucho decir antes de colgar a John, pero es demasiado tarde.
Entreabro la puerta de la cabaña. Ocultándome tras la puerta.
- Seth, voy a dar una vuelta.
- Espera que te acompaño.
- No, no tranquilo. Estoy aquí al lado, donde los coches.
- Vale... - acepta Seth a regañadientes.
Sé que no me puedo ir lejos de allí, asique como le he dicho a Seth, voy hacia los coches. Necesito pensar, inundarme en mi mundo interior. Finalmente, encuentro un árbol bastante frondoso, y a pesar de que no es algo común, empiezo a enfilarme hacia una de sus ramas, donde me siento manteniéndola entre mis piernas.
Apenas ha pasado media hora desde que llamé a John y sorprendentemente es su coche el que escucho en la lejanía. Miro a mi alrededor, siendo consciente de la ventaja que tenía por la altura. John se acerca, con su ceño fruncido y sus ojos fijos en la cabaña.
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John Howell
Teen FictionEn Monte Azul, se encuentran las familias más prestigiosas del país, entre ellas, la familia Bennett. Lena Bennett, la hija de la familia, jamás ha tenido algún tipo de contacto con la clase baja y por ello, no está acostumbrada al comportamiento de...