Capítulo 34 - Pero sé que miente.

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- ¿Y a que esperamos? – rompo el silencio que se ha formado tras mi afirmación.

Kenner sonríe ladeadamente.

- Empecemos mis hermanos. – dice Levi levantándose, dirigiéndose a la puerta. Dick le sigue, junto con Seth que se retrasa ligeramente por recoger los botellines vacíos de cerveza y llevarlos a la cocina. Yo, por lo contrario, ayudo a Kenner a levantarse y le acompaño hasta el coche de Levi.

Seth y yo vamos en mi coche, y Dick junto con Kenner van en el coche de Levi. Llegamos a la cabaña, con ganas de fiesta, y no de una fiesta cualquiera, de un fiesta digna de los Blacks.

Nada más aparcar los coches, entramos a la cabaña entre gritos y carcajadas. Levi, baja hacia el almacén donde conservábamos las drogas en óptimas condiciones y protegidas, mientras yo cojo las cervezas para todos. Seth junto con Dick, ayudan a acomodar a Kenner, quien bajo mi punto de vista, aún no está preparado para salir del hospital.

Levi llega con los botes de cristal herméticos, perfectos para la conservación de la maría. Solo pensarlo ya me entran las ganas. Seth despeja la mesa frente el sofá y se sienta en éste, con su botellín de cerveza en la mano, esperando el procedimiento. Dick y Kenner comentan el partido que están emitiendo en la televisión.

Saco los papeles que utilizaré para mi peta y Levi imita mi acción. Después despedazamos la maría en nuestros respectivos grinders y para acabar, cuando está todo listo, preparamos la boquilla y lo liamos, con paciencia, mucha paciencia. Todo listo, todo perfecto. Entonces los cinco, adoptamos una posición cómoda en el gran sofá frente a la televisión, y después, sin poder esperar más, enciendo el mechero prendiendo con la llama, mi canuto. Levi hace lo mismo desde la otra esquina del sofá. Ambos lo iríamos rotando en círculo.

El tiempo pasa y yo solo noto la pesadez de mis parpados. Mi pecho arde pero me gusta, es una sensación agradable porque la felicidad que me provoca consigue evadirme de todos los problemas y preocupaciones que recorren mi mente continuamente.

Sin darnos cuenta, o dándonos pero sin importarnos, nos quedamos dormidos en el sofá. Amanecimos unos encima de otros y con un hambre increíble.

- Seth... - logro decir medio somnoliento. Pero no recibo respuesta, solo hay ronquidos de su parte.

Me quito el calcetín y haciéndolo una pelota, lo tiro contra su cara.

- ¿¡Qué pasa?! – dice sobresaltado.

- Tenemos que irnos. – le digo poniéndome en pie dirigiéndome a la cocina a por galletas.

- ¿Dónde?

- Recuerda que yo tengo algo que hacer... - le miro de manera cómplice recordándole así mi trato con Patrick.

- ¿Y los demás? – pregunta él.

- Avísales, aunque no creo que quieran venir.

Voy a la cocina, buscando desesperadamente algún paquete de galletas mientras Seth, intenta fallidamente despertar a los demás. Finalmente, renuncia y se une a mí.

- Vale, ¿Qué quieres hacer? – dice el rubio cogiendo una galleta.

- Primero de todo, voy a ducharme, y después iremos a ver dónde vive Lena. – muerdo un trozo de mi galleta. – Tengo que investigar los alrededores de la casa. – aclaro.

- Yo sé dónde vive. – dice Seth despreocupado sacando el móvil de su bolsillo.

- Pues por eso, me guiarás tú. – le digo despeinándole.

- ¿Sí? – responde Seth a su teléfono.

- ¿Cómo tienes mi numero? – pregunta extrañado.

- No, no. Yo no me acuerdo de eso. – dice negando con su cabeza.

- Ya hablaremos. – dice el rubio mirándome. – No es un buen momento. – Y entonces cuelga.

Alzo una ceja dándole a entender que quiero saber de qué se trata la llamada que está ocultándome.

- Chicas... - dice con una sonrisa pícara en su cara.

Pero sé que miente.




Ya somos 1K de leídos!! (yujúúúúúúú!!)

Puedo afirmar que esta historia será larga, al principio no era mi intención pero me encanta *-*

Y a pesar de que es un capítulo corto (por que precisamente hoy tengo una empanada mental de trabajos universitarios que no me aguanto), para que veáis que estado trabajando y como adelanto/regalo os traigo un trocito de un futuro capítulo. No es obligatorio que lo leáis pero hay gente que le gustan los spoilers (yo soy una de ellas jaja) asique quien lo lea que lo disfrute y quien no que espere que lo hará:)

Besitos amoresssss!!!!



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- ¿Te gusta? - le pregunto extrañado, no entendiendo el motivo de su defensa.
- No. Recuerda que a mí me van las rubias. - responde él.
- Pues no lo entiendo.
Seth va hacia la nevera y tras sacar dos cervezas y darme una a mí, tomamos asiento. Cada uno en su lado del sillón colocando nuestros zapatos encima de la mesa.
- Joder John... yo he estado con ella y tío... no es como las pijas de Monte Azul... estoy seguro.
- No te engañes Seth. Todas son así. - Sé que el motivo no es ese. Está inquieto y no me mira a los ojos, eso es porque algo esconde.
- John...
- Vamos cabronazo dime que te pasa. – digo pegándole un sorbo a mi cerveza.




John HowellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora