Capítulo 55 - Lena Bennett, estaba perdiendo la cabeza pero por John Howell.

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Otro día más en el que uno de los Blacks me deja en los alrededores del instituto para cubrirme durante el camino, pero para que nadie llegue a sospechar de mi relación con ellos. No quieren que me vean con ellos, no quieren que nadie sepa que yo los conozco. Y esta vez, le toca a Kenner llevarme. Me deja cerca de allí, a escasos 500 metros.

Entro al parking del instituto, cruzándolo mientras miro de reojo al grupo de los Blacks. La verdad es que no quería tenerlos cerca, pero la seguridad que me aportaban y la amistad que estaba forjando, tampoco me permitía querer tenerlos lejos. Veo como John coloca en su boca el segundo cigarrillo del día, ofreciéndole antes a Kenner y Levi quienes cogen uno también. Dick, sin embargo, se mantiene al margen de cualquier tipo de drogas durante un periodo de tiempo y como dice Seth, que mejor desintoxicación, que la que tienes que soportar cuando otros lo hacen delante de ti. Seth come regaliz, mientras llama a un par de chicas que caminan hacia la entrada. Las chicas sonrientes, se giran hacia ellos.

Zorras...

La rubia, como no, va hacia Seth. Contonea sus caderas de forma exagerada cuando se da cuenta que éste, en la lejanía le sonríe, sabiendo así que la ha aceptado. Por otro lado, una pelirroja se acerca a John.

Un momento ¿John?.

¿Desde cuándo estaba con una chica?

Se acerca a él, y éste pasa su mano por las caderas de la chica mientras le da dos besos, saludándola.

Apártate.

Pero no lo hace.

Siento el fuego crecer en mi interior y la rabia apoderarse de mí. Aprieto mis dientes e intento centrar mi atención en cualquier otra cosa. El movimiento de las hojas de los árboles. Pero no funciona. Veo de nuevo, de reojo a John. Baja su mano hasta el trasero de la chica.

¿De verdad tiene que tocarle el culo?

Y entonces, mi corazón, sin siquiera quererlo o esperarlo, rompe en mil pedazos al notar la punzada cuando John, besa a la chica apasionadamente.

Y sí, puedo afirmarlo.

Yo, Lena Bennett, estaba perdiendo la cabeza pero por John Howell. 

Camino con seguridad y rabia hacia la entrada del colegio, pasando por delante de ellos. Seth se da cuenta de mi presencia y me sonríe en la distancia sin que la rubia que tiene al lado, se dé cuenta. Por el contrario, John no aparta sus ojos de la pelirroja que tiene entre sus manos. A pesar de ello, Seth no recibe una sonrisa de mi parte, si no todo lo contrario. Supongo que pensará que es mi reacción ante la utilización de las mujeres, que la cual cosa, no pasa desapercibido en mí.

Cojo mi móvil del bolsillo y busco el número de teléfono que me dio Kenner. Tengo la gran tentativa de llamar a John para que no siga besuqueándose con la pelirroja pero, tengo mucho más valor que esa escena y he de quererme por ello, sin arrastrarme.

Entro en clase, sentándome como siempre en las primeras filas. Tomas, entra saludándome solo a mí, y dándose cuenta que el fondo del aula esta vacía, los Blacks no han entrado todavía. A mitad de la clase, Seth interrumpe picando dos veces en la puerta y después, sin esperar una aceptación por parte del profesor, entra junto con John, el cual no aparta la mirada de su teléfono, a diferencia de cómo solía hacer. Siempre que entraban en una clase donde coincidíamos, todos los Blacks se cercioraban de que yo estuviese.

Tras acabar el día escolar, espero en la esquina del colegio a que algún coche de ellos pare frente a mí.

- Lo siento tía, Howell me ha dado de lado. - dice Seth bajando la ventanilla de su coche, mientras saca la cabeza a su vez.

- ¿Qué pasa con John? – pregunto esperando que no esté con ella.

- Bueno digamos que está ocupado.

- ¿Haciendo deporte? – intento concretar.

- Exacto. – dice Seth acelerando hacia la cabaña.

- ¿Y tú?

- Yo... bueno... digamos que los lavabos del colegio son muy útiles. – responde Seth sonriente.

La sangre me hierve. ¿Por qué John tiene que ocupar sus horas libres con ella?

- Que cerdos. – digo con rabia.

- Ya lo entenderás Lenita. – dice Seth revolviendo mi pelo. – Por cierto quería hablarte de algo.

- Dime. – digo sorprendida.

- John me contó que hace un tiempo te dijo que tu... bueno... me gustabas.

¡Tierra trágame! Situación incomoda modo on.

- Ajá... - susurro.

- Bien pues que sepas que... eso es mentira. – dice el rubio con total tranquilidad.

- La verdad es que me quitas un peso de encima. – confieso – Mi relación contigo ha mejorado mucho y siempre te he visto como un gran apoyo en mi vida.

- Como hermanos. – completa él.

- Supongo. – digo pensativa - ¿Tú tienes hermanos?

- Sí, una hermana.

- Y... ¿sigue viva? – pregunto ante la reacción tensa de Seth.

- Por supuesto Lena, que te crees.

- No sé, la verdad es que os creía más mafiosos. – bromeo.

- Lo éramos. – confiesa él. – No voy a negártelo, hemos tenido que cancelar todos nuestros trapicheos para implicarnos en ti totalmente.

- ¿Gracias?

- No se merecen. – dice orgulloso.

- Seth... ¿puedo hacerte una pregunta?

- Por supuesto, dime.

- ¿Habéis tonteado con las drogas?

Seth rompe a reír a carcajadas.

- ¿Acaso ya no te acuerdas como nos conocimos? – dice sin poder parar de reír.

- No me lo recuerdes. – le digo cruzándome de brazos algo enfadada por recordar aquella fiesta.

- Bien, pues ahí tienes tu respuesta.

- ¿Y ahora?

- Ahora ya no tomamos drogas duras. Alcohol, tabaco, algún que otro porro de maría... poco más.

- Ojala os dierais cuenta de que eso no os aporta nada.

- No, no lo hace. Somos conscientes de ello. Pero no hay ninguna otra diversión en nuestras vidas ahora mismo.

- Pero si no paráis de disfrutar de la vida... - me quejo no entendiendo las exigencias de Seth.

- Ya, pero es en esos momentos cuando más disfrutamos de nuestra unión. – Seth me mira de reojo. – Pero tranquila Lenita... - dice Seth captando mi atención. – John siempre ha dicho que cuando acabe toda esta mierda, lo dejará.

- ¿Y a mí que me importa John? – finjo.

- ¿Acaso pretendes engañarme? Sé cómo le miras. 


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Buen finde y no os paséis mucho con las compras en el Black Friday jajajaja

KIIIISSESSS (darlinianos obvio jajaja) <3

John HowellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora