Los tiburones son criaturas extraordinarias que han existido desde hace mucho más tiempo que los mismísimos dinosaurios.
El Megalodonte podía llegar a medir mas de 20 metros de longitud y cazaba ballenas en el fondo del mar, fue sin duda el mayor depredador de su época.
Sus descendientes en la cadena evolutiva fueron cada vez más pequeños pues mientras más pequeños son tienen menor probabilidad de ser detectados por sus presas y mayor probabilidad de cazar por lo que la selección natural hizo lo suyo.
El tiburón blanco es su descendiente directo, prácticamente es igual pero con menor tamamo. Llega a medir hasta 8 metros de largo.
Muchos científicos serios creen que aún podría haber megalodones en las profundidades del océano pues hasta el día de hoy se encuentran cachalotes y ballenas con enormes marcas de dientes parecidos a los de un tiburón.
El tiburón duende se creía extinto pues se encontraron fósiles de hace millones de años pero hoy sabemos que esta muy vivo y tiene hambre.
Es un ser horripilante, realmente aterrador.
El tiburón anguila también se creía extinto pero se sabe que aún habita las profundidades del océano, este animal me causa cierta repulsión, simplemente me atormenta la idea de nadar con este asqueroso gusano baboso con mandíbula.
También tenemos gigantes pacíficos como el tiburón peregrino que se alimenta de plancton y no tiene dientes.
Tiburones más conocidos pero curiosos como el tiburón martillo y un sin fin de especies extraordinarias, elegantes y sencillamente hermosas.
Después de que descubrí que en todos los libros de animales prehistóricos venia la misma información me di cuenta de que tenia que cambiar de tema y los tiburones ocuparon su lugar.
Perfectas y aterrsdoras máquinas de matar que gobiernan los mares, mi fascinación por ellos empezó desde muy chico y debo admitir que aún el día de hoy son por mucho mis animales favoritos.
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Ateísmo Científico
RandomEn este libro te mostré argumentos científicos y filosóficos en contra de la existencia de dios y a favor del ateísmo científico, el escepticismo y el agnosticismo racional.