Imagina un lugar donde flotan paralelos dos mares infinitos, mares hechos de tiempo y de espacio que se contorsionan sin cesar. Imagina que, ocasionalmente, dos olas de esos mares se tocan y crean una explosión de espuma espacio-temporal.
Mientras la espuma está en el aire, posee las cualidades mezcladas de ambos mares, hereda sus dimensiones. Luego de aproximadamente un billón de años, la espuma cae y se desvanece en los mares, hasta que otro nuevo impacto le devuelve la vida. Y el ciclo se repite una y otra vez, y siempre es la misma espuma la que resulta de los mismos dos mares.
Este extraño ritual de apareamiento cosmológico es lo que se cree que dio origen a nuestra realidad: dos mares (branas) de 10 dimensiones cada uno chocaron desparramando y entremezclando sus dimensiones para dar origen a nuestro humilde universo, que se desvanecerá dentro de ellos cuando la fuerza de la explosión (el Big Bang) se acabe… para luego volver a explotar y repetir todo indefinidamente.
Las branas no son más que universos paralelos, y el nuestro sería simplemente el eco de un golpe entre ellos, una pequeña superposición de dos universos mucho mayores. Y habría innumerables mega-universos como esos creando realidades con cada contacto que tienen entre sí.
Sé que suena muy extraño, pero, ¿no es extraño también que se cree un ser nuevo cuando se unen un óvulo y un espermatozoide? ¿No es extraño que estalle música al chocar dos notas, o que se cree un universo de sensaciones cuando recibimos una caricia? Todo cuanto conocemos es igual de sorprendente, y así como nace, desaparece.
Dije antes que esto se repite cada un billón de años, y sólo han pasado 14 mil millones desde el último choque, el cual nosotros conocemos como “Big Bang”. Significa que estamos en una etapa muy primitiva, que, en este instante, los universos que crearon el nuestro se están separando, como cuando despegamos una calcomanía. Atrapado entre ambas branas, nuestro universo se expande, se estira, y todo en él va perdiendo fuerza: los agujeros negros se evaporan, la luz viaja más lentamente y el tiempo desaparece. Pero en algún momento volverán a unirse destruyendo su creación y volviéndola a crear.
La teoría de branas va mucho más allá, desmembrándose en diferentes sub-teorías, cada una con pros y contras, pero en general logra explicar muchas cosas, como por qué la gravedad es tan débil comparada a las otras fuerzas del universo: porque podría ser una fuerza especial, la única capaz de escapar de nuestro universo y atravesar las tres branas, como el pegamento que une ambos lados de la calcomanía.
Nos parecería débil porque estamos midiendo la parte más delgada de los hilos de ese pegamento que en realidad está concentrado en las superficies de otras branas.
Por supuesto, todo esto de los mares y las calcomanías es sólo una forma de hablar de algo sobre lo que no se puede hablar. Atrás quedaron los tiempos en que uno hacía ciencia interponiendo su cabeza entre el suelo y una manzana, o tirando pelotitas desde la torre de Pisa. Estas teorías son puramente matemáticas y hay poco o nada que pueda demostrar su realidad… por ahora.
Tampoco había forma de medir la gravedad en aquellos tiempos, mucho menos de crear materia en un laboratorio o de viajar al espacio. Todo lo que hoy parece imposible puede ser un día cotidiano, y si esta teoría es correcta, la gravedad sería una fuerza atrapada entre los tres universos, quizá entre millones, y, a su vez, sería un puente hacia ellos…
¿Cómo podríamos comprobar la existencia de esos otros universos? Una de las ideas es utilizar el famoso Gran Colisionador de Hadrones para manipular dos branas, forzarlas a que se toquen y crear momentáneamente un pequeño agujero negro que sería una especie de puerta hacia otro universo, o quizá sólo el ojo de una cerradura inviolable. Pero bastaría para demostrar gran parte de la teoría… y no estamos tan lejos de lograrlo.
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Ateísmo Científico
RandomEn este libro te mostré argumentos científicos y filosóficos en contra de la existencia de dios y a favor del ateísmo científico, el escepticismo y el agnosticismo racional.