Las palabras no te salían, solo te limitaste a sonreír mirando... Era tan fantástico poder ver, esos ojos verdes tenían la dureza de un hombre pero la simpatía que desencajaba en el perfil que obtenían estos guerreros, tenía las mejillas llenas con un rosa palido... ¿eran cosas tuyas o parecía un oso de peluche? Uno bieeen grande y masculino, Bueno, bajaste la mirada y diste un paso contra tu voluntad cuando Justin estuvo próximo a ti, se te hacia más fácil el caminar pero sentías que estabas en un cuerpo que no era tuyo, todo muy nuevo cuando permanecía exactamente igual y ni decir el acostumbrarte a tener tu vista, cada color te era tan vivido, tan fuerte e intenso que tenías que parpadear para acostumbrarte.
-Vamos
Te exaltaste al sentir la voz de Justin, no comprendías por qué pero lo hiciste aun te atormentaban algunas imágenes, le asentiste mientras seguías caminando ahora siguiéndolo a él, mirando hacia el piso y sintiendo miles de miradas encima de ti... momento incomodo, momento donde deseabas gritar y pregunta: "¡¿Qué?! ¿Me he convertido en un Alien?", te sentaste en el mueble que sabias habías estado muchas veces pero hasta ahora podías visualizar.
Suspiraste profundamente y alzaste la mirada, tenías todo el cabello hacia adelante y ahora, te empezabas a sentir mareada pero satisfecha. Tu mano fue indiscretamente hasta tu cuello sintiendo la marca que Justin había dejado cuando se alimentó, clara muestra, su aroma había terminado de hundir el de Sael... Oh, fuck, necesitabas bañarte, no lo habías hecho desde que estuviste en bajo sus nauseabundas manos, te levantaste de golpe pero un mareo te azoto mandándote nuevamente contra el sofá.
Las manos de Justin fueron a ti rápidamente y bloqueo tu vista con todo su cuerpo.
-Estoy bien [le aseguraste parpadeando] Me imagino que es por todo el proceso.
Alguien en la habitación se aclaró la voz, provocando que Justin dejara de bloquear tu vista y se moviera incomodo... tenso, algo le molestaba y entendías muy bien lo que pasaba por su mente.
-En verdad está viva. [Se rompió el silencio]
Habías escuchado esa voz... la conocías, era ¿Noel?, si, tenía que ser Noel. Una carcajada sonó en la habitación sin poder distinguir de quien y después un golpe seco.
-¿Qué? ¿Esperabas que fuera un espanto?
Miraste hacia quien había hablado e inmediatamente te preguntaste "¿Qué hacía aquí?", otras risas estallaron en la habitación mientras otras permanecían en silencio, miraste detenidamente a Jaxon... el hombre era hermoso, tanto como Justin y Jason, misma contextura solo un poco más alto, esa mirada entrecerrada y apariencia de "ángel" estaba muy fuera de su carácter, como percibiendo tu mirada, volteo a verte y esos pequeños ojos marrones se fijaron en ti, provocando que desviaras la mirada de inmediato... que chispa había en esa mirada. Pero de nada sirvió el voltear porque te encontraste con otro espécimen el cual nunca te aburrirías de observar, aquella sonrisa juguetona en los labios de aquel hombre de ojos grises te desconcertaron, su cabello alborotado negro azabache le daba el aspecto más seductor que podía tener alguien... ese tenía que ser Chace.
-¿Qué paso, pequeña? [Dijo imitando un acento tejano] Buenos días para una recién nacida.
No evitaste esbozar una sonrisa, a pesar de toda la tensión, estos hombres sacaban algo para darle un toque gracioso a la situación. Empezaron las habladeras en la sala y seguiste recorriendo la oficina, al lado de Chace estaba ese hombre del tipo rockero, pero con un rostro de modelo, exacto, su cabello fue el cual llamo tu atención un azul eléctrico pero con destellos negros, como si estuviera botando el tinte y volviendo al natural, los ojos ámbar que poseía rivalizarían con los de un gato... Noel, habías escuchado discusiones entretenidas entre Chace y el acerca de coloración y perforaciones.
ESTÁS LEYENDO
Love Slayer ~ J.B&Tú
RomancePor todo lo real, esto era una locura. Las preguntas no eran capaces ni de ser respondidas por sí misma, no conocía realmente lo que era la satisfacción de tener un escape para todo, no es que fuera a perder la poquita cordura en su mente, pero ¡No...