Cuando algo que no estaba para ser realidad, estaba a punto de hacerlo. Owen estaba empezando a sentir el triunfo de las cosas, y vaya que se sentía irreal, aquel que decía ser su padre le estaba dando todo en bandeja de plata, cada día su ejército crecía y sus planes marchaban a la perfección, ningún guerrero que sospechara y tenían a dos civiles en sus manos, aunque no les servía de nada, no sabían absolutamente nada de la hermandad. Pero ¿Qué? Ahora tenía a lo que menos pensaba que tendría a su disposición.
¡Vaya, la vida era buena! aunque el muy descarado era un exigente, servía de mucho.
-A Jaxon es a quien buscas [hablo el guerrero de ojos azules] te lo puedo conseguir, junto a esa bonita rubia [sonrió] Melanie, que ironía de la vida ¿no?, yo la salve a la chica, incluso patee a muchos de tu manada y ahorita estoy aquí, poniéndome de tu parte.
-La vida da muchas volteas querido amigo [dijo Owen con desprecio]
-Alguna vez la lealtad lo era todo para mí, ¿sabes? [Hablo Sael] pero, la lealtad es otra tontería más que se ha inventado la humanidad para sentirse apoyado. Nada que los astutos necesitemos.
-Al grano [bufo] ¿Necesitas de nosotros es la ayuda estratégica, la distracción? Y como recompensa, ¿dos o incluso más guerreros muertos, no?
-Eso, exactamente eso, y me voy con mi hija y mi mujer.
-Suena interesanteNo le creía mucho al guerrero de ojos azules, tenía una pinta de haber perdido la noción del tiempo, la cordura e incluso parecía que había perdido toda realidad, pero ¿acaso le importaba? No, el necesitaba triunfo propio. Y si, quería encontrar a aquel guerrero de cabello con rizos que le había estado haciendo la vida imposible aniquilando a sus no-muertos hace unas semanas. Además, no era necesario jugar limpio.
Sael observo con atención como aquel no-muerto lo miraba detenidamente, tuvo ganas de sonreírle con aquella sonrisa perversa que ahora ocupaba su rostro siempre que imaginaba algo, el no conocía su estado actual, es más, se sabía de pocos guerreros que habían perdido la razón pero el era uno, de alguna manera tantos años de soledad, bajo el abrigo de la piel desnuda de las mujeres con que se acostaba y la amargura, lo fueron consumiendo lentamente hasta llegar a este punto...
Pero no todo era malo, si daba contigo, podía alterar tus recuerdos y poner todo a su satisfacción... todo estaría bien.
-Que comience la fiesta.
Ambos sonrieron con la malicia reflejada en aquellas sonrisas. Este era un pacto que podía cambiar vidas de muchas maneras.
Pisar tu casa, la casa que dejarías, atesto tus pensamiento de recuerdos, muchos recuerdos que permanecerían así, algo que no podías revivir ni porque quisieras, no debías hacerlo. Nada había cambiado desde que tu ceguera te había envuelto, todo seguía igual, los muebles, las mesas, las paredes, todo, puestos a tu disposición para que no tropezaras, ahora veías y todo te resultaba igual de familiar. Subiste las escaleras hasta tu habitación sintiendo la presencia de Justin detrás de ti, aparte de ustedes dos, la casa estaba vacía y percibías algo como "soledad" en ella.
Entrar a tu cuarto te trajo aún más recuerdos, de tu infancia más que todo, cerraste los ojos rápidamente para suspirar e ignoraste las fotos familiares mientras te dirigías hacia tu armario, todo estaba igual, excepto... fuiste hacia la cama, arriba de ella había un collar con la palabra "Hope" grabadas en medio de un circulo.
-¿De quién es? [Dijo Justin]
Lo conocías muy bien, era un regalo por tus dieciséis y te lo había regalado Karen. Tu garganta se cerró, ¿Qué sería de su vida? Ahora en verdad te tenías que aferrar a todo lo que dejabas por tu nueva vida.
-Karen [te aclaraste la garganta] me lo dio hace cinco años, pensaba que lo había perdido.
Lo agarraste apretándolo en tu puño.
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Love Slayer ~ J.B&Tú
RomancePor todo lo real, esto era una locura. Las preguntas no eran capaces ni de ser respondidas por sí misma, no conocía realmente lo que era la satisfacción de tener un escape para todo, no es que fuera a perder la poquita cordura en su mente, pero ¡No...