Capítulo 8 - Emociones mezcladas

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No podías dejar de abrazaste a ti misma sobre esa cama que era totalmente extraña para ti, el no ver te abrumaba aun mas, te desesperaba no poder ver lo que te rodeabas, tal vez no podrías ver pero sí que podías sentir, obligándote a ti misma a soltar tus piernas y dejar de temblar, te desplazaste fuera de la cama lentamente, tanteando todo lo que podría ser un soporte, sentías como si tu cuerpo tuviera horas allí sentado

Caminaste por el borde de la cama hasta quedar frente a lo que parecía ser una pequeña peinadora, lo supiste en el momento que tocaste el borde de la manera y comprobaste su anchura, pasaste la mano suavemente sobre el hasta que tu mano se encontró con un pequeño envase de vidrio, lo llevaste directamente a tu nariz dejando que todo ese aroma masculino llegara a tu nariz, te encantaste ante el maravilloso aroma, era la loción de Justin. Lo volviste a colocar sobre la mesa, pasando tu mano por toda la estrecha manera y por varios objetos que resultaron ser lociones de afeitar, peines, cepillos, desodorantes, gel, todo poseía un fuerte y masculino aroma, te topaste con unos cuantos lentes, suponías eran de sol y por ultimo con lo que reconociste de una vez, un Ipod.

Lo encendiste y llevaste uno de los audífonos hasta un oído, pasaste una serie de canciones entre los cantaste que tenia estaban Bono, Elvis Costello, Switchfood, entre otras canciones movidas y lentas.

-Por lo menos, tiene buen gusto [dijiste bajito]

Dejaste el reproductor sobre la peinadora, y seguiste caminando por la habitación, la cual te empezaba a parecer muy grande. Llegaste a su armario, pasando la mano por lo que era una gran colección de camisas y vaqueros. Cuando tu mano llego hasta un gran espejo que colgaba de la pared lo tanteaste suspirando sintiendo como tu pecho se cerraba con un nudo, como deseabas ver por una vez mas tu reflejo, ver como lucias después de todos estos años, sabias que no habías cambiado mucho te lo decía tus manos al tocar tu rostro y cuerpo pero no dejabas de sentir la ausencia de muchas cosas, entre esos la ausencia de tu familia y lo que fue tu propia adolescencia.

Una rabia interna se apodero de ti, haciendo que todos tus sentimientos se mezclaran, te confundieran y luego te abrumaran con desesperación, ¿Por qué tantas cosas ocurrían últimamente? ¿Por qué te sentías tan débil cuando no lo eras?, con todo abrumando golpeaste el espejo con fuerza con la suela de tus zapatos.

-Desgraciados todos por tenerme aquí [gritaste] ¡Malditos por querer arruinar todo! [volviste a golpear el espejo]

En este segundo golpe, el espejo se desequilibrio de la pared y solo escuchaste como el viento se alboroto a su alrededor y luego un estruendoso sonido llego a tus oídos como si algo se rompiera delante de ti. Ahora si hasta aquí llegue, pensaste. Habías roto el espejo y no sabias si al moverte tropezarías con algo o de alguna manera u otra te cortarías. Dejándote llevar por la impotencia acumulada gritaste con todo lo que tu garganta daba, hasta sentir que te empezaba a arder pero era eso o perder el control nuevamente y acabar con la habitación. La garganta se te seco después de que culminaste de gritar y unas voces llegaron a tu mente, más bien, una maldición.

-Cálmate [dijo Justin detrás de ti]

Volteaste rápidamente echándote hacia atrás olvidando que el piso estaba lleno de vidrios, antes de que terminaras de mover tu pie izquierdo, Justin te jalo hacia el por tu brazo, alejándote de los vidrios.

-¡Suéltame! [Le gritaste]

Sacudiste tu brazo hasta que estuviste fuera de su agarre, dándole una patada con la punta de tu pie en donde le diera, esperabas que fuera entre sus partes intimas, Justin gimió con dolor al sentir que el pie daba en sus testículos y se mordió la lengua para no gruñir

-¡¿Qué te ocurre?! [Grito Justin y no respondiste] Dios, que desastre acabas de hacer

Eras un remolino de emociones y Justin las presintió en el momento que toco la habitación en cuanto escucho el vidrio romperse y luego un fuerte grito romper el silencio de la casa, la principal razón por la cual salió corriendo fue que temía que te hayas lastimado. Ahora sentía el enojo que irradias, la impotencia que sentías y el poder que estaba en ti, conocía muy bien eso, era una manera de liberarse de las emociones. Estabas totalmente roja por haber gritado, y tus ojos miraban en dirección a él aunque no lo veías.

Love Slayer ~ J.B&TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora