Love Slayer ~ J.B&Tú

Capítulo 19 - ¿Crees en los mitos?

Justin ni se digno a pagar el carro en cuanto se estaciono en frente de tu casa, se bajo como si estuviera a punto de explotar y sin importarle que estaba corriendo a una velocidad poco humana, siguió adentrándose a la casa, sus manos formaban un puño, llego a la sala y solo se encontró con las llaves del carro de Jason.

Por favor, que no sea lo que estoy pensando, se dijo Justin, porque si Jason tenía que ver con algo que te involucrara a ti y cualquier daño hacia tu persona, se olvidaría en ese momento que era su hermano, con grandes zancadas se fue hacia la escalera, su oído súper desarrollado no escucharon ningún sonido.

-¡___________! [Grito]

Ninguna respuesta, eso hizo que sintiera como si tuviera su rabia guindando en una cuerda. Prácticamente tumbo la puerta de tu habitación para no encontrar ningún rastro de ti, solo la toalla abierta en el piso, algunas de tus cosas personales tiradas en el piso, su instinto de vampiro le gano a la poca cordura que tenia y como respuesta gruño como un animal que podía ser. Empezaba a desesperarse y eso no era una opción, tu olor estaba en toda la habitación y se acerco a la cama lentamente, donde encontró un papel con un escrito, parecía ser la preferencia del desgraciado ese.

"¿Pensabas que te iba a colocar el trabajo fácil? Me la dejaste en bandeja de plata, ella es muy bonita, como te gustan".

Justin sintió como un grito salvaje abandonaba sus labios, te habían llevado y el no pudo hacer nada para detenerlo, te había fallado y ahora no sabía dónde demonios podías estar pero en el momento en que dará con tu paradero, todo este juego iba a llegar a su fin, para bien o para mal y no solo quería, deseaba que no fuera Jason quien tuviera que ver con todo esto.

Tus movimientos estaban reaccionando por ti, tu mente pedía otra cosa pero hacías todo lo contrario, solo escuchaste cuando el hombre te había dicho "Vendras conmigo, a donde yo te guie" y estabas haciendo exactamente eso, querías gritar de la impotencia de no poder ver nada pero mas que eso que estuvieras siguiéndolo, era como si hubieran manipulado tu mente, como si estuvieras hipnotizada.

Cuando se detuvieron escuchaste una clase de pelea, como la que le diste a el en la habitación, la cual resulto en vano, un golpe seco llego a tus oídos seguido de un jadeo de dolor, cuerpo contra cuerpo y todo eso acabo sintiendo unos fuertes manos agarrar tu muñeca y arrastrarte hacia donde-sea-que-estuvieras, luego el golpe de una puerta cerrar.

Eso fue lo que te saco de tu estado ido, volviste a ser consciente de que acabas de ser traída por un hombre desconocido a no sabias donde, sentiste como el miedo de inundaba el pecho y cerraba tu garganta con pánico, desde que escuchaste la voz de el hombre en tu habitación sabias muy bien que no lo conocías y Jason había acudido a tus gritos pero solo lo escuchaste decir "¿Qué demonios?", una pelea que habías aprovechado para llamar a Justin pero la cual no duro mucho y luego sentiste como el desconocido colocaba sus manos sobre tus hombros y arrebataba el celular de tus manos.

-Esta muy tensa [dijo de nuevo] relájate.

Sí, claro, hasta ibas a tomar un café con él, seguro.

Su voz era gruesa, muy masculina pero tenía ese toque elegante y tranquilo que te daba a entender que no estaba nada exasperado por la situación, te quedaste tiesa cuando el aire se alboroto a tu alrededor y te sentiste repentinamente invadida, hiciste todo lo posible para no proferir un chillido.

-Tu novio debe de estarse volviendo loco en este momento pero se que no tardara mucho en encontrarte [volvió a hablar con esa calma]

-¡¿Qué quieres de mi?! [Te armaste de valor para gritarle]¿Qué te hice para que hagas esto?

-Tu nada pero... [Ahora su voz fue mortalmente seria] ¿Ya tu novio te hablo de lo que es?

Un frio recorrió tu cuerpo, haciendo que encogieras tu cuerpo, una fuerza desconocido te llevo hacia el cuerpo que te invadía y solo sentiste su cuerpo fuerte golpear contra el tuyo, aquí si pudiste gritar y colocar tus manos al frente alejando lo que sea que estaba en frente de ti pero de nuevo esas manos te sostuvieron por los hombros, colocándote firme, impregnándote con su aroma, no olía nada mal.