Capítulo 1 - Otra fría noche

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Lo podía sentir, no sabía porque, pero sentía un cambio pronto en su vida... otro cambio. Se sentía tan cansado y abrumado pero había esa chispa dentro de sí mismo que pedía ser liberada. ¿Qué iba a ocurrir?

El viento azoto contra su cara afirmando sus pensamientos, Dios se estaba congelando. Aferro su cuerpo a la chaqueta roja de cuero pero esto solo hizo que sus músculos crujieran, desvió su mirada hacia el grupo de jóvenes que cruzaban la calle entre chillidos y risas, la última de ellas alzo la vista hacia el con curiosidad pero su cuerpo no respondió, siguió caminando con sus manos en los bolsillos y espero hasta dejar de sentir el peso de esa mirada. Hace pocos días que empezó a sentir le necesidad de satisfacer lo que no solo su cuerpo le pedía, sino también su mente pero ¿A dónde llevaría todo esto? El no sería como su familia.

Sollozos, pensó, sabía que estaba escuchando a alguien llorar desde alguna parte de la oscuridad, astillo sus ojos sintiendo sus largas pestañas bajo el dedo, parpadeo varias veces hasta querer quitar el cansancio y mirar mas allá de la oscuridad. Siguió caminando hasta donde le llegaba el llanto, en un momento llego a pensar que corría, hasta que se paró en seco al ver a un cuerpo vuelto un ovillo aferrándose en sus propias piernas, sentada en una esquina. Sintió su propio cuerpo temblar, no sabía porque, pero conocía la rabia que estaba brotando de sí mismo.

-¿Está bien? [Pregunto sonando estúpido]

La mujer levanto la cara de sus rodillas y en sus ojos solo había miedo pero mas allá de eso había otra cosa. Se sorprendió cuando la mujer grito con fuerza, primero un chillido asustado y luego el más fuerte grito que había escuchado en una mujer, levantándose rápidamente miro a los lados como queriendo correr

-No te hare daño [dijo el hombre acercándosele]

-¡Aléjate de mí! [Le grito en pánico]

Cuando coloco una mano sobre la mujer, en ese momento supo que se equivoco. Nada mas sintió cuando unas fuertes uñas rasgaban su mejilla, haciéndola arder como el infierno, luego sintió que lo empujaron sabiendo que la mujer se habia echado a correr. No levanto la mirada, se agarro su mejilla maldiciendo para si mismo, y sintiendo el liquido pegajoso caer en sus manos, sangre.

-Demonios [mascullo enojado]

Dejando el dolor en tercer plano, giro la cara hacia donde pensó la mujer salió corriendo, todo su perfume caro estaba esparció en su alrededor pero no había rastro de ella por ningún lado. Pasó la palma de su mano bruscamente por su mejilla sintiendo el ardor del toque pero no le importo, justo en este momento estaba hirviendo en rabia. ¿Cuándo iba a aprender a no meter sus narices donde no lo llaman?

-¿Señor, está bien? [La pequeña voz llego rápidamente a él]

Volteo a mirar a la pequeña criatura, de unos ocho años, su cabello rojizo estaba sujeto en una cola y su cara mostraba toda la curiosidad de su edad pero también un poco de temor en ella. Tuvo que sonreír para no asustarla, era solo una niña.

-Si pequeña, estoy bien [se agacho delante de ella] ¿Dónde están tus padres?

-Estaba con ellos pero me perdí, tengo miedo pero se que no tengo que perder el control [su voz fue totalmente chillona pero dulce] ¿Por qué tiene sangre en la mejilla?

-Me lastime [le volvió a sonreír] ¿Sabes dónde vives? Digo, ¿la dirección? Podría llevarte allí.

- Emmm [la niña lo miro dubitativa] ¿Usted es malo?

¿En serio creía eso?, suspiro cansado y cuando estaba a punto de responder, escucho otro chillido de miedo, no era de la niña, era de una mujer que miro con terror pero luego la preocupación ocupo todo su rostro.

-Mi bebe [dijo la voz elegante]

La niña hizo el mismo gesto corriendo hacia la mujer, los sonidos dados por los tacones se daban a diferencias muy bien , en cuanto estuvo en sus brazos agarro a la pequeña con tanto amor y a la vez con tanta protección que el mismo se tuvo que encoger de hombros, amor, amor, amor, se dijo a sí mismo.

Fijo su mirada en la mujer que ahora lo miraba fijamente frunciendo el ceño pero todo ello cambio cuando se levanto y sacudió su chaqueta roja. Lo que pareció ser un leve gemido salió de los labios de la mujer

-¡Wow! [Dijo halagadora]

¿Y cómo no hacerlo?, el solo ver a este hombre que no solo era hermoso desde su bien hecha cara hasta ese cuerpo musculoso sino la clase de poder y sensualidad que derramaba desde cada poro de su cuerpo, cuando una sonrisa curvo sus labios la mujer sintió sus piernas flaquear pero inmediatamente se obligo a cobrar la postura.

-Buenas noches, damas.

Sin más que decir se alejo de ellas caminando nuevamente por las oscuridades, pensando que necesitaba esa adrenalina, queriendo correr para sentirla hasta que su cuerpo que estaba tenso se relajara, pero se limito a maldecir nuevamente cuando el frio toco su herida.

Si que se sabe defender, se dijo así mismo.

Cuando menos lo pensó estaba en frente de su camioneta, saco la llave de su bolsillo y sin pensarlo abrió la puerta para deslizarse por el asiento. Ahora sentía mucho calor, apenas encendió la camioneta su celular sonó, sin ver el verificador de llamadas, atendió.

-¿Alo? [Dijo]

-Estas realmente agotado ¿verdad?

La voz masculina al otro lado de la línea fue un alivio, literalmente, en algunos días preferiría no escucharla pero ahora necesitaba escuchar la voz de su mano derecha.

-¿Dónde estás? [Dijo sin contestar su pregunta]

-La pregunta es ¿Dónde estás chico? [Su voz era relajada pero con ese toque duro]

-¿Qué quieres?

-¿De verdad caeremos en este juego de preguntas?, pasa por mi casa antes de encerrarte en tu guarida [se aclaro la garganta] necesitamos hablar.

-En unos minutos estaré allá y mas te vale que sea una buena causa para fastidiar mi noche.

-Como si estuvieras haciendo algo interesante [dijo con sarcasmo] a ver, estabas caminando las calles sin hacer nada, ¿cierto?

-No, estaba haciendo [apareció el humor en su voz] estaba haciendo-algo-que-no-te-importa

-¡Oh, que interesante! [Su tono de voz mostro alegría exagerada] Apúrate, hombre

Sin más, tranco el celular aun con la sonrisa en su cara, para luego desaparecer. Después de tantas cosas pasadas no podía entender como seguía confiando en este hombre, realmente no podía entender como seguía haciéndolo.

Puso el carro en marcha, dejando que el viento alborotara su cabello y sin importarle la velocidad con que iba el carro, esta noche necesitaba, claramente necesitaba, encontrar una distracción rápida.

Continuar

Love Slayer ~ J.B&TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora