Saco la daga de su pantalón, volteándose rápidamente para encontrar... nada, pero juraba que había sentido algo a su espalda. Se echó para atrás antes de que el golpe de un no-muerto le llegara por completo, el tipo parecía rambo pero no era más que otro de esos equipados, sin ninguna practica. Justin se movió como todo un experto, haciendo volar al no-muerto a la pared del callejón, donde cayó tosiendo. No venía a buscar no-muertos pero si eso aligeraba su tensión, bienvenido sea. Se iba a ocupar de desaparecer a la cosa que tenía en frente, cuando sintió algo clavarse en su espalda... grito por el impacto pero no perdió tiempo en voltearse.
Otro no-muerto. Ignorando la queja de su espalda al moverse, se saco la daga que le habían clavado por sí mismo y no perdió de vista al no-muerto que hacia el movimiento necesario para sacar un arma.
-En tus sueños [mascullo]
Llevándose por sus años de lucha, golpeo con fuerza al no-muerto que había lanzado contra la pared y lo dejo en estado inconsciente contra el suelo mientras se iba a ocupar del otro, sintiendo como su camisa empezaba a empaparse con el liquido que brotaba de su herida en la espalda... detestaba ser herido, escucho como la lucha se incrementaba manteniendo a los demás guerreros ocupados, le sonrió al no-muerto que ahora lo apuntaba con un arma y este lo miro frunciendo el ceño.
Pero una presencia más potente hizo que Justin volteara a su derecha, hacia la oscuridad del callejón... cuando pensaba que todo estaba aburrido.
La sangre le hirvió como la mismísima olla con agua puesta sobre fuego, todo se centro en lo que empezaba a ver, ni siquiera en el no-muerto que lo apuntaba, ese podía irse a aprender a defenderse, tenia mejores cosas de las que hacerse cargo. En un abrir y cerrar de ojos tuvo a Sael en frente suyo, sosteniendo a un civil golpeado entre manos, lanzándolo contra el piso, el instinto defensor que tenía en él, se alertó pero aún más el macho vinculado con ganas de ahorcar.
-Hola querido Justin [dijo Sael con calma] ¿Listo para dejarme el paso libre?
Esto iba a explotar. Todo se saturo para Justin, empezó a caminar con la firmeza de una mole, con ese aura de ira explotando alborotando su poder, alborotando todo en él, no supo en que momento saco la glock pero ya la tenía en manos, sintiendo como sus colmillos se exhibían de manera amenazante ante el guerrero que se había convertido en su peor enemigo.
-¿Cómo sigue mi mujer? ¿Piensa en mi?
Eso fue lo que hizo que todo explotara, ya estaba empezando a temblar mientras todo ante Justin se metía bajo una capa de justicia, de impotencia, para su curiosidad Sael no se movió pero le importo un rábano, se abalanzo sobre el tipo en un abrir y cerrar de ojos, ignorando al civil que gemía de dolor, al no-muerto que quizás estaba listo para matarlos a ambos, los colmillos de Sael se hicieron visibles ante el y Justin no perdió tiempo en clavarle el puño en su cara de modelo. Esto era como un trueno entre ambos cuerpos porque cada golpe sonaba en la silenciosa noche, ambos querían ahogar esa furia.
Las maldiciones no faltaron, con toda su fuerza Justin volvió a lanzar contra al piso a Sael, lo suficiente para ver como el hombre ahogaba un alarido de dolor pero este no perdió tiempo en regresarle el golpe a Justin... tenía que reconocerlo, Sael siempre había tenido su fuerte en la lucha.
Colocándose de pie, movió su cuello para sentir como un hilo de sangre salía de su nariz, Sael hizo lo mismo pero escupió sobre el pavimento. Justin con la mirada prometía que le haría pagar cada daño que le había provocado a su shellan y para alterar mas su ira, aquel bastardo le sonrió... justo ahí reconoció que no quedaba nada del Sael que conocía, siempre había sido un impotente, arrogante pero en este momento se había convertido en una negrura que estaba llevado por poca realidad, había enloquecido.
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Love Slayer ~ J.B&Tú
RomancePor todo lo real, esto era una locura. Las preguntas no eran capaces ni de ser respondidas por sí misma, no conocía realmente lo que era la satisfacción de tener un escape para todo, no es que fuera a perder la poquita cordura en su mente, pero ¡No...