Capítulo 37"Lena ¿qué te sucedió"?

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Era una mañana fría, después de la tormenta de anoche solo quedaba un viento que hacia danzar las ramas de los árboles y por consecuencias hacían ruido contra las ventanas del hospital mental.
Y había venido hasta aquí porque a Lena la habían derivado para que tenga una ayuda psicológica.De seguro es para que pueda recuperarse del trauma y mala conducta que tuvo hacia mi cuando decidí terminar con lo nuestro.
Había algo que no habíamos concluido, aún faltaba firmar el papel del divorcio, y es por eso que estoy aquí y ponerle punto final aunque nos duela.
Todo cambió entre nosotros y no creo que volvamos a ser lo mismos de antes,esta complicado éste asunto.

El eco de los zapatos ir y venir por los pasillos,el olor a medicamentos inunda el sitio y yo solo puedo imaginar que se siente estar en éste lugar encerrado, día y noche. Por que por unos meses también lo había vivido y no se lo deseo a nadie.
Me paré justo al lado de la puerta de metal una vez que la enfermera me mostró y luego de palmearme la espalda decidí entrar y cerrar la puerta tras mi.

Sus ojos estaban fijos en la ventana,veía a un pajarito picotear las ramitas que caían en el alfeizar y solo levantó los hombros al escuchar mi suspiro.

—Tanto tiempo Pao, estabas muy ocupada para no venir temprano a verme ¿cierto?—Se giró y se pasó una mano por su cabello— te extrañe como no te imaginas—Lena comentó sonriente y miré hacia otro lado.

Me senté en la silla y quité el papel doblado de mi saco negro de invierno. La quedé viendo y frunci los labios, evitando reprimir unas lágrimas que quería desbordarse por mis mejillas.
Sonrió mientras se apretaba la nariz y negó con la cabeza mientras caminaba de un lado a otro.

Sus pantuflas raspaban el suelo,su ropa blanca se abría por el viento y su ceño se arrugó por primera vez en años.
Estaba enojada, molesta o fuera lo que sintiera no era para nada bueno y me lo merezco.Ya no había nada entre las dos y solo espero que lo supere.
Sus brazos flojos a los costados de su cuerpo,y sus labios entreabiertos dejaban salir unas palabras que no podía entender.

—¡¿Has venido hasta aquí solo para divorciarte de mi?!—Gritó agitada y sus manos se apoyaron en la mesa en la cual estaba yo sentada.

Me hice hacia atrás y la miré con ojos llorosos.
Su respiración estaba acelerada y sus ojos oscuros demostrando la furia que aún no se sacaba desde aquél día.

—Por el bien de las dos....es mejor que terminemos con esto,mírate no estás bien y quizás eres más feliz con alguien de tu talla,alguien que sea adinerado como tú. Yo no soy esa persona —Comenté mientras quitaba una birome con mano temblorosa.

Se frotó el rostro y resopló mientras se sentaba en la cama.Me miró un momento y luego cerró lo ojos.

—Ven conmigo un momento—Pidió en voz baja y dudé en pararme.
—Tranquila solo ven y sientate a mi lado...por favor— esta vez lo dijo con angustia y me puse de pié.

Caminé con cautela y me senté a su lado.Mis manos apretaron mis rodillas y miré fijamente hacia la pared pintada con crayones y de más cosas.
De pronto sentí su cabeza apoyarse en mi hombro y baje la mirada.Esto no debería pasar.

—Recuerdo como nos conocimos,tú estabas de rodillas limpiando el piso de madera de la cafetería de mi padre y con solo un movimiento brusco que hice te asusté y volcaste todo el contenido del balde—Suspiró y luego se limpió las lágrimas —Desde ese momento me pareciste la persona más tierna y buena que se me cruzó en la vida.Sé que lo nuestro al principio era cosa de pasarla bien, no importaba el lugar porque si nos deseábamos estábamos listas para hacerlo sin importar si nos descubrieran—Me quedó viendo y la miré a los ojos —Me había enamorado y no quería hacertelo saber porque sé que estabas casada y no era correcto. No había tenido otras parejas antes y todo esto era nuevo para mi.Fue así que un día cenando en casa de mi madre mientras saboreaba un omelet con jamón y ananá tuve mis primeros ascos.Ella pensó que estaba enferma o que quizás a la cocinera se le pasó la mano con los ingredientes, pero no fue así. —Quedó pensativa y sus dedos delinearon sus labios— Cielos aún recuerdo las barbaridades que me dijo mi padre sobre mi embarazo, me quería obligar a abortar y si no lo hacia me quitaba la herencia. No me importó en absoluto y le di la espalda por primera vez,ya luego no pude ocultar que tanto te amaba y cuando supo que no me había acostado con un chico se enfureció mucho y decidió hacerme la vida imposible.Estaba tan asustada que solo quería desaparecer de tu vida para siempre, no querría arruinar lo que tú tenías con ella, pero pasa que en el corazón uno no manda y que te hallas quedado conmigo para apoyarme me hizo muy feliz—Lena dijo con voz angustiada mientras jugaba con un retazo de tela caer de la cama.

Mordí mis labios y me llevé las manos a la frente.

—¿Por qué me cuentas esto Lena?—Pregunté frunciendo el ceño y la miré esperando su respuesta.

—Y aún después de todo,después de lo mucho que sufrimos que me hallas pedido matrimonio me descolocó totalmente porque siempre supe que en el fondo tú siempre eras de Sarah y estés con quien estés siempre volverías a ella.Mira no me equivoqué, volví a hacer la amante pero no dije nada hasta que exploté y me hice conocer de una forma maligna para que te enteraras todo el daño que me hiciste—Se levantó y caminó hacia la mesa. Una vez que llegó tomó la birome y firmó el papel.
Se volteó y quedó viéndome con ojos llorosos.
—Ahora eres libre,la próxima trae a Gabriel y dejalo conmigo,es mi hijo y no una asesina serial.¿Quieres hacerme ese favor?—Culminó la oración con voz autoritaria y asentí mientras me paraba.

Me entregó el papel y lo tomé aún mirando a mis zapatos.

—Yo uhm no sé que decir... Suspiré y luego la miré.
—No quiero seguir hablando del tema,ya dije lo que nunca me animé a contarte. Mejor vete que hoy tengo un horario especifico para cenar—Susurró mientras me abrazaba.

Me alejé y luego sin mirarla salí de su habitación.

BOXEADORA 4'ta Temporada©™Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora