Capítulo 85"Sentidos*

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Narra Sarah.

Era Domingo y aún estaba en la cama,podía ver los rayitos de sol entrar por la ventana y un nudo se me formó en la garganta. Me siento sola,necesito de mi esposa,mi Pao está lejos y la debe estar pasando muy mal,eso me carcome el cerebro.
Los vómitos y ascos en la mañana son de terror pero éste día es diferente,es uno muy especial.
No tardo mucho en quedarme dormida y despierto asustada al oír la puerta abrirse.

—Mami Sarah, disculpame que te despierte pero quiero un abrazo—. Gabriel dijo en voz baja mientras entraba a la habitación.

Me senté y froté mis ojos,viéndolo subirse a la cama y lo abracé con fuerza una vez que se acercó bastante.

—¿Por qué me dices mamá?—Pregunté mientras pasaba mis dedos por su cabello.

Me miró con ojos llorosos y luego levantó los hombros.

—Tú me tratas mejor que mi mami Lena, sé que no eres mi mami verdadera pero te veo como una—Respondió angustiado y lo llené de besos, haciéndolo reír.

Tocaron la puerta lentamente, a pesar de que estaba abierta y levanté la mirada.
De pié se encontraba mi madre,sosteniendo una bandeja con el desayuno preparado y sonreí.

—¡Buenos días!,he traído el desayuno,espero que te guste lo que preparé, bueno en realidad da igual si te gusta o no,lo importante es que debes alimentarte bien— Mi madre dijo en tono alegre y noté la mirada de Gabriel,fija en mi piyama.
—Mami Sarah,¿tendré un hermanito?—Preguntó contento mientras posaba sus manos sobre mi vientre.
—Sí,pero nadie lo sabe más que tú, procura que sea nuestro secreto —Respondí abrazándolo y él asintió sonriente.

Cuando mi madre apoyó la bandeja encima de mis piernas noté un vaso de chocolatada extra y la miré con las cejas levantadas.

—Gracias mamá por haberte tomado la molestia de prepararme el desayuno pero ¿para quién es ese vaso?—Pregunté frunciendo el ceño y ella señaló al niño.
—Es para él,he visto que se metió a tu habitación y pensé en hacerle también su desayuno así comparten juntos—Respondió divertida y Gabriel se paró en la cama descalzo y besó la mejilla de su nueva abuela.
—¡Eres un tortolito muy mimoso y tierno!—Exclamó de repente y comencé a reír.

Puse un poco de dulce de leche en mi tostada y al momento de acercarlo a mi boca, fruncí la nariz.

—¡Oh! ¡y aquí vamos de nuevo!—Escuché decir a mi madre con diversión y me levanté de la cama con urgencia,mientras cubría mi boca.
—¿Qué le pasó?—Preguntó Gabriel que estaba viéndome cerrar la puerta del baño.
—Al bebé no le gusta el dulce,debemos suponer—Escuché decir a mi madre y gruñí de molestia.
•••

No quería salir al exterior y hacer amigos,no tenía ánimos solo quería escapar lejos y no volver más. El aire que entra por la ventana abierta no es suficiente para calmar mis pensamientos.
Al momento de oír llamar a la puerta me giro a ver quien es aquella persona.

—Paola debes salir a tomar un poco de aire fresco,no te puedes quedar aquí encerrada—Dijo Verónica la enfermera y bajé la mirada.
—No es muy diferente, estoy encerrada e incomunicada,¿dónde están mis derechos?—Respondí alterada y ella levantó una mano.
—Cálmate no te alteres porque te pondrás peor—Pidió en voz baja y gruñí de enojo.
—¡Quiero ver a mi familia!,¡quiero oír la voz de mi esposa!¡y ustedes no me dejan!,¡vayánsen al demonio!—Respondí a los gritos y comencé a manifestar nuevamente los síntomas.

Mis brazos comenzaron a temblar,un dolor de cabeza se me era insoportable,y gruñí mientras me inclinaba sobre mis piernas.

—Uhg maldito ataque—dije agitada y alcancé a romper mi ropa por la mitad cuando mi vista se hizo borrosa.

Me caí de la silla al no poder sentir mis piernas y luego sus manos me rodearon con fuerza.

—Te dije que debes calmarte, los nervios disparan los ataques —Escuché decir a la enfermera y luego sentí el pinchazo en mi brazo.

Yo que tenía mis labios mordidos y que podía sentir los hilos de sangre bajar por mi barbilla, me hacia sentir una vampira.
Al momento que empecé a relajarme fui sintiendo mis párpados cerrarse, y pensé en una sola persona, la que en éste momento debe estar extrañandome mucho, pensé en Sarah antes de quedarme dormida.

Al momento que empecé a relajarme fui sintiendo mis párpados cerrarse, y pensé en una sola persona, la que en éste momento debe estar extrañandome mucho, pensé en Sarah antes de quedarme dormida

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