Capítulo 110*Espacio*

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Aida y Lena ya caminaban y me tenía muy contenta de poder verlas.Por suerte regresé justo a tiempo para disfrutar de sus pequeños logros,algo que me tenía muy feliz.
Apretaban mis rodillas con fuerza mientras sonreían y las levanté para sentarlas en mis piernas.
Ya se estaba volviendo una costumbre que las llevase a pasear, mientras movía la silla de un lado a otro. Sus gritos de felicidad mientras agitaban sus manitos me ponía muy feliz y una vez que frené delante de la puerta de la cocina,mi esposa se volteó a vernos con alegría.

—¿Qué están haciendo ustedes con mamá?—Sarah preguntó divertida y las gemelas cubrieron sus caritas haciéndome reír.
—Pues estaba llevándolas a pasear un ratito, les gusta éste coche—Respondí divertida mientras golpeaba las ruedas gigantes.

Achicó los ojos y luego sonrió mientras se acercaba a nosotros.Una vez cerca puse una mano en su vientre y al no sentir movimiento levanté la mirada asustada.

—Está dormida cariño,los bebés también descansan—Comentó divertida y reí vergonzosa.

Pasé una mano por el cabello de Lena y la bebé me quedó viendo fijamente,mientras masticaba caramelo.

—¿Entonces es niña?,porque yo veo que estás muy grande,y solo con los embarazos de varones te pones así —Respondí sonriente y unos besos sentí en mi cuello que me hizo reír.

Sarah se había largado a llorar y claramente ya lo venia haciendo desde hace días. Nuestras bebés no tardaron en preocuparse y buscaban el rostro de su mamá mientras que yo acariciaba la espalda de ella.
Sarah me abrazaba con fuerza y me estaba asustando. Quité el cabello de su rostro y me quedó viendo con ojos llorosos.

—¿Qué pasa?,¿por qué te pones así?—Pregunté en voz baja y ella me quitó a las bebés y la vi dejarlas sentadas en la alfombra con sus juguetes con sonidos.

Mis manos acariciaron mis piernas y luego me sostuve de los apoya brazos. Levanté los pedales hacia los costados y me di un empuje, cosa que salió muy mal y me caí al piso de boca. Gruñí entre dientes y suspiré mientras con mis manos me ayudaba para sentarme.

—¡Cielos Pao!,quédate quieta en un solo lugar—Se quejó mi esposa entre dientes y la quedé mirando angustiada.
—¿Acaso no vez que ya estoy quieta?,¿qué te sucede?—Pregunté furiosa y luego me estiré para alcanzar la silla de ruedas—Debe ser que me tienes pena,obviamente es una vergüenza salir con una inválida —Setencié angustiada y la vi llorar.
—Deja de comparecerte de ti misma por un momento ¡carajo!—La escuché gritar y me giré para luego sentarme en la silla con dificultad.

Cubrí mi rostro y luego negué con la cabeza sintiendo mi corazón quebrarse de tristeza. Algo pasaba y se sentía en el ambiente.
Sus manos frotaron mis hombros y sollocé mientras acariciaba mis piernas. No sentía nada,ni siquiera un pellizco me dolía, pero los sentimientos estaban abiertos a flor de piel.
Sarah me rodeó y luego se agachó un poco para verme angustiada.

—Estoy sensible, es normal que me ponga así, quiero que me tengas paciencia, por favor. Además no tuve un buen día en el trabajo y estoy cansada— Dijo con ojos aguados y asentí levemente.
—Si tiene algo que ver ese tipo te aseguro que una silla no me va a parar de que le rompa la nariz— Respondí entre dientes y pasó una mano por su cabello antes de levantarse.
—Sigue con tus malditos celos Paola,ya no te diré nada— Comentó de espaldas y empezó a alejarse.
—¡Te celo porque eres mía, eres mía y de nadie más!.¡ Te amo y me preocupas muchísimo!—Grité entre sollozos y ella volteó a verme con el ceño fruncido.
—¿Acaso no estoy aquí a tu lado?,¿no criaba a nuestros hijos cada vez que tú me dejabas sola?,siempre tuve que hacer todo al pié de la letra.Ser la madre y perfecta esposa para que luego me grites. ¡Me sofocas Pao!—Exclamó angustiada y miré hacia la ventana.
—De acuerdo ya no te molestaré, porque al parecer soy una puta molestia en tu vida—Comenté entre dientes y limpié mi nariz con la manga de mi camisa.

Sus pasos se acercaron y luego la quedé viendo con la cabeza en alto. Ella me estaba mirando con ojos llorosos y sus mejillas se habían tornado rojizas.

—Te amo tanto que si no te tuviera tanta paciencia, te juro que ya te mandaría al demonio. Pero creo que debemos calmarnos por separado y luego cuando estemos más tranquilas charlamos nuevamente —Pidió mientras se acariciaba el vientre.
—Bien,dormiré en el sillón, voy a darte tu espacio, ya entendí —Respondí en voz baja y luego me alejé.

BOXEADORA 4'ta Temporada©™Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora