Capítulo 47 *Revancha*

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Su pierna enredada a mi cuerpo me tenía aprisionada pero también era una manera de decir que somos uno solo.Su cuerpo tenía una leve capa brillosa y era a causa del calor que habíamos desprendido en la madrugada.
Su respiración estaba normalizada y podía ver sus manos entrelazarse sobre su pecho.Y como no evité enamorarme de tanta ternura decidí por cubrirla con las sábanas.

La abracé a mi cuerpo y comencé a despertarla con besos en el cuello, no tardé mucho tiempo y pude sentir sus manos envolver mi espalda, y escuchar su risa en la mañana.
Nos quedamos viendo y luego besé su nariz.

—Buenos Días bella,te he preparado el desayuno, pero no podré quedarme porque conseguí trabajo—Comenté en voz baja y vi como su ceño se arrugó.

Se sentó de golpe y me miró con las cejas levantadas mientras sus brazos se cruzaban a la altura de su pecho.

—¿Qué clase de trabajo Paola?,no me vengas a decir que es boxeo—Sarah preguntó enojada haciendo que me levantara de la cama.

No respondí, buscaba un momento a solas con mi mente.Me puse el bóxer, el jeans y le siguió una blusa blanca ajustada.

—No te preocupes, lo importante es que podré quitarme algunas deudas y podremos llevar a los niños de viaje,ya sabes como son. Además nos merecemos unas hermosas vacaciones— Respondí rápidamente mientras me acercaba a su cuerpo.

Apretó sus manos en mis mejillas y sus ojos se aguaron.

—Respóndeme a lo que te pregunté cárajo— Susurró con angustia y la besé.
—Tranquilízate que no es nada malo,volveré en la tarde,¿de acuerdo?—Respondí casi de inmediato notando como los músculos de su rostro se relajaban.
—Esta bien, a las seis te quiero en casa, Paola—Mandó seria y asentí divertida.
—Aquí estaré para la hora de la merienda,lo juro— Susurré sobre sus labios y provoque una sonrisa tan bonita que tampoco evité sonreír.

Me alejé y me puse la chaqueta de cuero, ésta vez de color marrón oscuro. Era momento de cambiar de cábala y éste día era muy importante, por lo tanto sí que necesitaba un poco de suerte y buena vibra positiva.
•••
Una hora después me encontraba en aquél galpón donde me habían citado. Apenas pasé la puerta unas luces se encendieron y pude ver iluminada el cuadrilátero a unos metros.
Me quedé pensativa, deleitándome con el hecho de que antes solía divertirme allí arriba,bajando a golpes a unos cuantos.
De pronto mucha gente comenzó a entrar y no pude evitar algunos empujones, malos tratos verbales y por supuesto alguna maldición de gente rica.

<<Qué mierda ocurre?>>.

El ruido del micrófono encenderse me dejó sorda por segundos y luego pude ver quien era la verdadera persona que me había citado por el tema de ser entrenadora. Se paseaba orgullosamente por el cuadrilátero,haciendo ver su cuerpo musculoso y una sonrisa socarrona que varias veces odié internamente.

—¡Damas y caballeros, por primera vez me presentaré fuera del boxeo profesional y que mejor que practicar con mi querida hermana!—Patricia habló por el micrófono y fruncí el ceño notando maldad en su voz.

Debía salir de allí con extrema urgencia, en cierto sentido le había prometido a Sarah jamás volver a luchar y lo cumpliría.
Al momento que decidí dar la vuelta y hacer a un lado a la gente para pasar escuché una risa burlona.

—¿Por qué te escapas?,¿tanto miedo me tienes?—Dijo en tono altanero y me giré a verla.
—¡Creo que solo vine a perder el tiempo, te felicito me has engañado,pero sabemos muy bien que como te noquee en un parque es muy probable que aquí también lo haga. Pero no te daré el gusto!—Grité haciéndome oír por todos y noté su cara de enojo.
—¡Bueno gente, como ven la Ex Boxeadora campeona Paola Rodriguez le creció alas de gallina y se dedica solamente a llenarse la boca de palabrerías. Pero eso no es todo —Movió la cabeza y sonrió —¡No señor!,es una pena que tenga que vivir con la puta de Sarah,su esposa!—Respondió sonriente haciendo que me acercara con rapidez.
—No me busques porque te jodes Patricia, baja de ahí que te romperé unos cuantos huesos— Susurré mientras la señalaba.

Soltó el micrófono y se quitó la blusa,y luego sacando pecho.

—Sube y demuestra que no estás oxidada, demuestra que eres mejor que yo.Defiende a la puta de tu esposa y llévate la gloria a casa— Escuché decirme y mi mandíbula se tensó.

Había pasado sus límites, ahora si que la odiaba.
•••
Narra Sarah.

Mis padres habían decidido festejar mi cumpleaños en casa y aquí estábamos esperando a Paola con masitas dulces, saladas y una buena porción de cordero relleno, su favorito.
Los niños disfrutaban de la PlayStation que la abuela les había regalado y no evité reír al ver a Sofía pelear con sus hermanos,porque le decían que no era buena en peleas.

—¿Dónde está Paola cariño?—Preguntó mi madre e hice una mueca de disgusto.
—No lo sé mamá, solo espero que esté bien—Respondí en voz baja,mientras me concentraba en poner chocolate a mi torta.

—No lo sé mamá, solo espero que esté bien—Respondí en voz baja,mientras me concentraba en poner chocolate a mi torta

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