Capítulo 90 *Pelea*

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La corbata roja aprieta el cuello de mi camisa y rezongo por segunda vez provocando que mi esposa se acerque sonriente para ayudarme.
Quita mis manos y con delicadeza me acomoda correctamente la corbata con la que no logré ponerlo bien.
Miro a mi costado y trago saliva al ver a Gabriel mover sus piernitas de atrás para adelante,sentado en aquella silla de la sala de estar.

—Tranquila amor, te conseguí los mejores abogados que conoce mi padre— Susurra Sarah y luego me besa—vas a ganar ésta batalla porque eres mi campeona.

Asentí sonriente y luego la abracé con fuerza, sintiendo un felicidad inmensa. Debía saber que ella estaría conmigo siempre.
El único problema es que un oficial me lleva del brazo porque he pedido el permiso para asistir al juicio por la tenencia de mi hijo Gabriel.
Una vez sentada en el estrado, miro hacia la pulsera que en éste momento tiene las luces apagadas.

Veo al abogado de Lena acercarse y me queda viendo con las manos en los bolsillos.

—Dígame señorita Rodríguez  ¿cuánto hijos tiene?—Me pregunta seriamente y pongo la espalda derecha.
—Tengo seis niños— Respondo tranquilamente y lo veo sonreír mientras camina de un lado a otro.
—Y con Gabriel son siete,¿es correcto?—Dijo orgulloso y asentí.

Se acercó de golpe y me eché en la silla.

—¿Y cómo puede contener a una familia numerosa?—Preguntó alterado y se escuchó la silla de mi abogado correrse.
—Objeción,su señoría esa no es una pregunta válida para mi cliente—Lo escuché decir y tragué saliva bajando la cabeza.
—No más preguntas su señoría — Dijo el abogado de Lena antes de caminar hacia ella con aire de superioridad.

Mi abogado se acercó al estrado sosteniendo unos dibujos y se lo mostró al jurado.A cada uno de ellos sin dejar que lo tuvieran en sus manos,y luego me lo mostró a mi.

—Ambos dibujos lo hizo Gabriel, en el primero se puede apreciar un niño durmiendo en una habitación oscura,bueno eso significa el crayon negro que usó para pintar las paredes y las ventanas, y se lo ve triste. Y en la segunda hoja podemos ver al mismo niño retratado ésta vez rodeado de gente,supongo que sus medio hermanos y claro de la mano de su mamá Paola, a quien ama profundamente —Empezó a decir sonriente y se acercó hacia donde me encontraba —Señorita Rodríguez cuente que fue lo que su hijo le confió la noche pasada.

Tragué saliva con dificultad por el nudo en la garganta y vi hacia Gabriel.

—Mi hijo estaba llorando en su cama,y cuando lo oí desde mi habitación pues me vestí rápidamente y fui en su busca.Al llegar a su habitación lo abracé fuerte y le dije palabras lindas y de esa forma calmarlo, pero él no lo hacia entonces...—Empecé a decir angustiada y paré para darme un momento—Entonces le pregunté que le ocurría y me respondió que ya no quería perderme y que no quería volver con su madre Lena,porque se siente muy mal cuando vive en su casa y cuando le pregunté un poco más acerca de la relación entre la ama de llaves y él me quise morir.
No puedo creer cuanta gente mala hay en el mundo— Comenté entre dientes y mi abogado asintió serio.
—¿Podría bajarse un momento y dejar que su hijo pueda responder a unas preguntas?—Preguntó en voz alta y asentí estando de acuerdo.

Me bajé del estrado y caminé hacia donde se encontraba mi esposa,me senté a su lado y luego tomé su mano con fuerza,viendo como mi hijo se situaba en el estrado y esperaba pacientemente las preguntas de mi abogado.
Él preparó un micrófono y lo encendió.

—Oye Gabriel ¿quieres contarme que pasaba en esa casa?—Preguntó con seriedad y Gabriel lo miró angustiado.
—Cuando mí mami Lena salía de viaje,me quedaba al cuidado de la señora Robinsón,y no me gustaba —Respondió sobre el micrófono que mi abogado le acercó a su boca.
—¿Y por qué no te gustaba?—Preguntó nuevamente mi abogado y se hizo a un lado.
—Ella me hacía daño, una vez que no quise comer el brócoli me pegó con una cuchara de madera en la cabeza y cuando yo quería salir a jugar con mi carrito ella me apretaba aquí en el cuello y me encerraba en una habitación, donde no podía ver el Sol—Respondió sollozando y me cubrí la boca con las dos manos.

Se hizo un silencio y luego mi abogado respiró profundo.

—¿Y le dijiste a tu madre Lena sobre lo que te pasaba con la señora Robinsón?—Preguntó esta vez con voz calma y mi hijo me miró incómodo.
—A mi mami no le importo,me dijo que era un niño mentiroso y que no saldría de la casa por castigo.Yo quiero vivir con mis mamis Sarah y Paola,soy feliz allí cuando me abrazan y dan besos y sobre todo cuando juego al fútbol con mis hermanos— Respondió en voz alta y largué un suspiro.

Mi abogado me miró y luego acarició el cabello de mi hijo haciéndolo sonreír levemente.

—Gracias por tu sinceridad, no más preguntas por hoy su señoría — Habló serio y escuché el martillo golpear el escritorio del juez.
—Doy un descanso de dos horas,en breve les diré la resolución a éste caso por la lucha de la tenencia completa que pidió la señorita Rodríguez— dijo éste poniéndose de pié y luego salió de la sala,por una puerta trasera.

Me levanté y me encaminé hacia el estrado en donde me hijo me esperaba avergonzado.
Lo alcé y lo sostuve fuerte para que no se me cayera, sus besos se hicieron presente y le respondí de la misma forma.

—Campeón ¿quieres un helado?—Pregunté divertida y él sonrió.
—Si mami, tengo hambre — Comentó sonriente y me reí mientras me alejaba con él.

—Si mami, tengo hambre — Comentó sonriente y me reí mientras me alejaba con él

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