BOXEADORA 4'ta Temporada©™Completa

Capítulo 88

Había logrado lo que me proponía,tuve la oportunidad de hablar con mi esposa,bueno de alguna forma y me sentía más tranquila.Pero dejé de estarlo en el momento que me acerqué a la salida y la enfermera no se hizo a un lado para que pueda pasar.
La quedé mirando y luego fruncí el ceño al notar sus manos en mi camisa blanca.

—Déjame ir—Pedí entre dientes y sonrió.
—Nada es gratis en ésta vida Rodríguez,tendré que llamar a mi jefe y contarle la verdad— Comentó sonriente y cerré los ojos mientras quitaba sus manos con furia.
—¿Qué mierda quieres?,dijiste que me ayudarías —Susurré con ojos aguados y resopló.

Se pasó una mano por el cabello y luego tragó saliva al mismo tiempo que su mirada bajaba a mi pantalón.

—Solo quiero ver,he escuchado hablar de tu condición pero pensé que era un mito— Verónica pidió con voz ronca y me alejé.
—Si lo hago tú vas a firmar los papeles y me enviaras a casa,¡tienes que hacerlo!—Exclamé entre dientes y ella asintió mientras trataba de calmar sus ganas.

Rodé los ojos y me bajé el pantalón un poco para luego meter mano en mi bóxer y liberar mi miembro que estaba un poco despierto debido a la gran vista que tenía frente a mi.No lo iba a negar,a esa enfermera quería darle duro contra la pared pero no dejaría que mis instintos salvajes rompieran mi matrimonio de años.
La vi acercarse y me quedó viendo de cerca,pude notar sus ojos aguados,sus mejillas rosadas y sus labios entreabiertos daban una idea de como se habia puesto.

—¡Que lastima que tengas esposa!—Exclamó sonriente y achiqué los ojos,tratando de entender su decir.

Abrió un cajón y empezó a mirar unos archivos bajo la luz de una linterna.En mi caso guardé mi doloroso y punzante miembro de nuevo en mis bóxer y abroché el pantalón rápidamente temiendo que alguien entrara de golpe y me viera en pleno cachondeo.

—Dice:Rodriguez Paola,aquí está,uhm es ingresada a la institución por ataques de Epilepsia y luego de tener dos meses de rehabilitación podrá irse a casa—La enfermera me lee el documento y la miro angustiada.
—Dos meses es mucho, tengo una familia que alimentar, ellos me están esperando—Comenté angustiada y ella mordió sus labios mientras buscaba dentro de su bolsillo.

Quitó una birome y con rostro serio se dedicó a escribir en un papel, haciendo lucir una pulcra letra,al pié firmó y luego le puso un sello de color rojo.
Me entregó el papel y sonrió al notar mi cara de sorprendida.

—¿Es todo?,¿ya puedo irme?—Pregunté con miedo y la vi asentir mientras guardaba su birome.
—Te doy el alta,estoy muy orgullosa de tu progreso, a pesar de que solo estuviste aquí una semana créeme es suficiente para ti, mereces ser feliz con tu familia. Y con respeto a lo otro no tienes que preocuparte,solo me dio curiosidad verte—Respondió en voz baja y me cubrí la boca para no gritar de la emoción.

Besé su mejilla rápidamente y luego caminé hacia la puerta.

—Gracias,siempre voy a agradecertelo — Dije al voltearme.
—Haz los ejercicios cuando sientas que estas teniendo un ataque, primero está tú salud— Empezó a decir a espaldas a mi y luego se giró al verme—¡Oh!y Pao debes mostrarle al chico de seguridad ese papel, seguramente te pondrá la pulsera metálica que tendrás que llevar el resto de condena y por nada del mundo te podrás quitarla— Comentó con seriedad y asentí un poco nerviosa.

Salí con desesperación de aquél despacho y empecé a correr por los pasillos para lograr salir de aquél lugar infernal,las paredes blancas mezclándose con el moho del techo no la hacia muy distante de la cárcel solo que en vez de uniformes naranjas ahora te hacían usar uno blanco, que me hacían sentir una enferma mental.

—¡Alto ahí!,¿por qué corres?—Me pregunta el de seguridad mientras me apunta con su arma,asustado al parecer de mi presencia.
—Me han dado el alta, mi enfermera dijo que tú me llevarías a casa—Respondí agitada y le tendí el papel que él tomó con desprecio.

Lo leyó rápidamente y luego guardó su arma.Sacó de su mochila una caja de madera y allí dento cuando la abrió dejó al descubierto una pulsera metálica. Tocó unos botones pequeños y se activaron unas luces azules que luego titilaron cuando la tecnología fue puesta en mi muñeca.

—No te lo quites,aunque no sé como podrás ya que si lo intentas se activará una descarga eléctrica y nos avisará a nosotros de que has quebrantado la ley por segunda vez—.Comenzó a decir mientras ajustaba el aparato en mi muñeca.
—Yo solo quiero irme a casa,solo eso me importa en éste momento—.Respondí angustiada mientras sentía mis lágrimas formarse.

Me tomó del brazo y luego me fue llevando hacia la salida. Una vez fuera una camioneta color negro nos esperaba y tuve que subir en la parte trasera de los asientos. Me acomodé lo mejor que pude y apoyé mi cabeza en la ventana,ya que era un viaje largo hasta llegar a mi hogar.
...
Narra Sarah:

Nos encontrábamos haciendo un juego familiar, el concepto era hacer preguntas y que luego el equipo contrario las responda correctamente. Los niños estaban felices gritando y corrigiendo a mi madre y yo solo me reía mientras sostenía una taza de té cortado,uno de mis antojos favoritos.

De pronto el timbre sonó y me levanté de la silla al instante, mirando fijamente hacia la puerta.Dejé mi taza en la mesa y corrí hacia la entrada,escuchando las quejas de mi madre.

—¡No corras Sarah te vas a hacer daño!—Mi madre gritó en el comedor y tragué saliva al instante que visualicé las sirena de la policía.

Temía lo peor, que a mi Pao le halla pasado algo malo y un nudo en el estómago se me formó.
Di vuelta la llave lentamente y luego abrí la puerta encontrándome a un oficial, sosteniendo del brazo a Paola.

—Hola amor,ya estoy de vuelta—Me saludó sonriente y me tiré a sus brazos.

La llené de besos no pudiendo contener mis lágrimas de felicidad, mis dedos se enredaron en su cabello y pude sentir sus manos alrededor de mi cintura.