Capítulo 103*Tóxico*

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Mis oídos zumbaban y podía ver todo borroso de lo aturdida que me encontraba. De pronto escuché un grito familiar y me acerqué hacia un extremo del cuadrilátero.
Mi suegra se encontraba empujando a unos chicos que no le daban lugar para llegar hacia mi, sonreí al verla enojada.

—¡Paola tienes que bajar de ahí, tu esposa despertó y te necesita a su lado! —Exclamó a los gritos y sonreí a pesar de que me encontraba sangrando por mi mentón.

Me di la vuelta y empecé a caminar hacia el referí.

—¿A dónde vas?,esto no terminó Paola—Mi hermana me habló agitada y la tomé del cuello de su camiseta.
—Se acabó, he ganado ésta pelea y mucho más. Ya no puedes pedirme nada porque no te ayudaré, estás muerta para mi y no me importa lo que tengas que decir.Mi familia me espera y me quedaré con ellos hasta el final —Empecé a decir con ojos llorosos y la señalé —Tú no eres mi hermana,Patricia realmente me hubiese gustado no haberte conocido, por algo el destino quiso que crecieramos separadas,eres alguien tóxico en mi vida.

La solté y me bajé del cuadrilátero, los flashes me encandilaron y luego empuje a alguien hasta llegar a mi suegra.
•••
Su mano estaba sudada y aún así la sostenía desde hace rato,sus ojitos se abrieron de pronto y me emocioné.

—Hola Pao, ¿se puede saber que has hecho en mi ausencia?—Preguntó Sarah y la abracé con cuidado.

Sus dedos se enredaban en mi cabello y me largué a llorar,por ella,por mi y todo lo que tuvimos que sufrir.
Mis mocos se hacían presente y alcancé a limpiarme con un pañuelito de tela.
Su mirada tierna era completada con una sonrisa y la besé, y no me importaba que su madre esté presente.

—No hice mucho, cielos te extrañamos en casa,yo mucho más,no vuelvas dejarme sola,te lo ruego—Respondí angustiada y sollocé cuando sentí sus manos tibias acariciar mi rostro.

Suspiró y luego frunció el ceño, seguro que tenía algo que decirme y no era muy bueno.

—Quiero que te mires al espejo y me digas lo que ves—Pidió en voz baja y asentí mientras me levantaba y caminaba hacia el espejo en la pared.

Era un desastre, ese reflejo era lo más horrible que podía tener de mi. Mi cuerpo estaba con moretones, tanto de brazos y hombros como también del rostro. El labio partido,el ojo morado y mi barbilla tajeada hacia de mi persona una salvaje.
En conclusión no me había fijado que mal estaba.

Me di la vuelta y la quedé viendo con ojos llorosos.

—Veo a Paola Rodriguez —Dije en voz baja y mi suegra se levantó de la cama y caminó hacia su bolso colgado del perchero.

Sin decirnos nada salió de la habitación y cerró la puerta. Nos habíamos quedado solas y mi corazón se agitó demasiado.

—Exacto y nunca vas a cambiar, saliste en todos lados Pao —Empezó a decir mi esposa entre sollozos y me tiró varios periódicos del día —Van a querer venir a ofrecerte una carrera profesional y tú le dirás que sí. No te importará ninguno de nosotros, vas a aceptar a cambio de mucho dinero,todos los meses me mandaras la manutención pero tú estarás viajando constantemente y créeme no quiero llevar esa vida,no quiero verte así todos los días.

Trague saliva y me acerqué. Intenté tomar su mano pero no permitió que la tocase.

—Lo siento,me ganó el enojo, tenía que darle su merecido porque se metió con lo que más aprecio en ésta vida— Tomé su rostro y ella me miró angustiada —se metió contigo y mi bebé y eso no tiene perdón. Y deja de hablar tonterías porque no pasará nada de lo que dices, ya nadie me recuerda y estoy haciéndome mayor—Respondí sincera y ella quitó mis manos con brusquedad.

Estaba sentada en la cama,su cabello rubio miel lo tenía húmedo por la ducha que había tomado hace poco, un piyama blanco adornaba su cuerpo y luego su mirada se apagó a tristeza.
Realmente se la veía enojada y triste al mismo tiempo,una combinación asesina.

—No quiero sufrir más, justamente por mi bebé quiero la máxima paz posible y es por ello que ya no quiero seguir contigo, y menos cuando te expones a la prensa. No van a tardar en averiguar donde vivimos,así que por favor aléjate de mi—Pidió con voz angustiada y sollocé mientras cubría mi boca.
—No hablas enserio, ¡por dios Sarah!,no puedes decirme algo como eso,llevamos mucho tiempo juntas y no quiero alejarme de ti y de mis niños—Respondí angustiada viendo como ella negaba con la cabeza—No puedes alejarme de mi familia.
—¡No te aguantaste nada Paola, siempre tienes que hacer caso a tu orgullo, lamentablemente no entiendes que ya no eres la boxeadora del principio, tienes problemas de salud y aún así no te importa cuanto sufro verte al borde de la muerte!—Comentó furiosa y me alejé de ella,sintiendo como mis manos temblaban.

La corriente fue subiendo por mis brazos y comencé a respirar agitada junto a la palpitación que quería salirse de mi pecho.
Sarah se levantó de la cama asustada y caminó descalza hacia donde me encontraba. Sus manos me sostuvieron y gruñí entre dientes.

—Te lo dije,tus ataques empiezan y te pasa de tantos golpes ¡mierda!—Chilló con lágrimas en sus ojos y miré hacia otro lado mientras intentaba safarme de su agarre.
—No me toques....uhmm déjame Sarah— Me quejé aún temblando y me apoyé en la pared fría de la habitación.

Quité sus manos y luego empecé a respirar profundo y lo soltaba lentamente, mientras mis manos las agitaba entre sí para calmarlas.

—Después de todo lo que hice por ti, me quieres alejar de todo lo que construí, no confías en mi y me duele en el alma.De verdad que no te entiendo— Susurré mientras quitaba dinero de mi pantalón, para luego dejarlo encima de la mesa.

Limpie mis lágrimas y caminé hacia la salida,una vez llegué a la puerta me giré a verla.

—Todo este tiempo estuve a tu lado,no he dormido ni comido bien,pero eso ni me importaba, porque solo quería que estés de vuelta en mis brazos, quería sentirte mía otra vez y al final me hablas de un divorcio—Finalmente dije levantando los hombros y me salí de la habitación.


BOXEADORA 4'ta Temporada©™Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora