Capítulo 95

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Narra Sarah.

Solemos ir por la vida creyendo saberlo todo,e incluso tener respuesta a todo problema.Y cuando sucede algo mal,que no habíamos planeado, cuando todo eso se nos va de la mano, nos sentimos miserables y entramos en una gran depresión.
Aquí estoy yo en el hospital, el estrés y nervios que no sé controlar me están afectando, es por ello que si quiero tener a mi bebé sano me quedaré aquí hasta la semana próxima.
Me cuidarán, me alimentarán correctamente y me podrán enseñar a dejarlo todo en manos de Dios,porque sé que él cuidará de mi esposa y le dará la bendición para que otra vez pueda hablarme.

Vi a mi madre revolver la bolsa de color verde y sacar de allí otras de color transparente, haciendo lucir unas ropitas de bebés, sonreí de oreja a oreja.

—Mira éste de color verde agua,¿no es precioso?—Preguntó mi madre con alegría mientras me agitaba un body para un recién nacido.
—Es bonito,pero mamá ¿por qué me muestras eso ahora?—Pregunté sonriente y la vi morderse el labio con diversión.

Se sentó a los pies de mi cama y se acomodó el cabello de lado.

—Presiento que éste niño curará todo lo malo que hay en la familia,como por ejemplo esa guerra que hay entre tu padre y Paola. Éste bebé es una bendición hija y no me olvidaré lo que te vi hacer en ese baño—Respondió en tono calmo y suspiré mientras apuñalaba la gelatina con el tenedor.
—¿Podrías olvidar eso?,no quiero que Paola se entere,no lo sabe y quiero que así siga—Contesté entre dientes y ella asintió.
—Éste es rojo y me gusta la combinación de bananitas que le pusieron donde irán las piernas,¿lo ves?—Comentó mientras me mostraba un body rojo con aquél dibujo descripto.

La miré sorprendida y luego relami los labios.

—Deseo comer medialunas con mucho azúcar impalpable y dulce de leche,¡cielos!—Exclamé gustosa y la escuché reír a carcajadas.
—Creo que éste pequeño te está dando muchos antojos—Tocó mi vientre y sonrió—vas a engordar hija.
—¿Tú crees que tendré un varón?—Pregunté alegre y ella tocó su mentón.
—Pues yo pienso que sí, además anoche tuve un sueño loco,tú aparecías en él y me decías que en la ecografía que te habías hecho,te habías enterado que tendrías un varón y pues creo que eso es una señal muy linda—Mi madre respondió con gracia y miré hacia la ventana.

Me quedé pensativa un instante, no puedo estar tranquila sabiendo que mi esposa en éste momento se encuentra haciendo terapia, una muy especial para cuando los pacientes que sufren de aquella enfermedad pierdan en algún momento de su vida,el habla.
No quiero pensar de que no halla alguna cura,sería muy devastador aprender lenguaje de señas a esta altura del partido.

—Estas pensando en ella ¿cierto?—Preguntó mi madre poniéndose más cerca de mi.

Asentí angustiada y limpie una lágrima que se había escapado.

—Tranquila,todo estará bien,el médico sabe lo que hace —Comentó con alegría y la miré con el ceño fruncido.
—No me gusta para nada que una enfermera la esté ayudando en su modulación, porque sé que Pao es muy entregada y aprenderá a decir Oh cuando le esté chupando el..—Empecé a decir y luego enmudecí al instante, admirando la sonrisa burlona que ponía mi madre.
—¿Acaso estás celosa?—Preguntó sonriente y luego golpeó mi hombro levemente —Sí que lo estás, descuida te entiendo perfectamente.
—No estoy celosa,¿de qué hablas?—Susurré y luego até mi cabello en una cola alta.

Besó mi frente y luego me abrazó provocando mi risa.

—Tú no cambias, esas garras que siempre traes ¡dan miedo!—Exclamó entre risas y sonreí mientras achicaba los ojos.
•••
Su dedo iba y venía de un lado a otro señalando las letras de plástico encima de la mesa.
La enfermera de casi la misma edad que yo,me estaba ayudando en la terapia con mi falta de habla.
Parecía una completa estúpida intentando ayudarme, pero por más que me lo explicaba una y otra vez, mi mente estaba con Sarah.

—Ésta es la A ¿recuerdas cómo se pronuncia?,abre la boca y haz el mismo ejercicio que yo— Dijo por tercera vez y la imité de mala gana,no salió ningún sonido y de un manotazo hice volar las demás letras.

Se pasó las manos por el cabello con exasperación y me miró con enojo, a la vez que doblaba los brazos sobre su pecho.

—No reacciones de esa manera, estás llena de violencia Paola, debes calmarte,ten paciencia —Dijo la chica con el entrecejo fruncido y sollocé mientras miraba hacia otra parte.

Tomé mi libreta y lo abrí justo en donde lo había señalado. Escribí con mi pluma azul y luego con un mamarracho di finalizada la oración.

—¿Qué has escrito? ¿me dejas verlo cariño? —Preguntó en voz baja y levanté los hombros dándole a entender que no me importaba en absoluto que lo leyese.

Ella agarró la libreta y lo dio vuelta para que pudiera leer aquellas líneas con mayor comodidad.

"Esto es una estupidez, no puedo hacerme entender, ya no vendré a otra terapia. Sería perder el tiempo sabiendo muy en el fondo que seré una inútil"

Me quedó viendo fijamente y suspiró mientras agarraba su taza y se levantaba para prepararse su segundo café en la mañana.

—Como tú quieras Paola, solo déjame decirte que no creí que te dieras por vencida fácilmente —Escuché que dijo desde la cocina y apreté los dientes.
—Debe ser muy lindo ser madre,tú esposa debe estar muy contenta, ¿has pensado en ella un instante?—Dijo de repente y fruncí el ceño acordándome de mi familia y no de mi propio dolor.

Sus tacos se hicieron oír y me giré al verla.
Tenía puesto su traje blanco de enfermera bien limpio y planchado,un saco celeste para protegerse del el aire dentro del hospital y por último sorbía café de su taza color rojo oscuro.

—Valora lo que tienes Pao, yo nunca podre tener familia,no puedo y pues a pesar de eso disfruto de ayudar a los demás —Setenció mientras se peinaba con sus dedos,en vez con un peine normal.

BOXEADORA 4'ta Temporada©™Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora