SAGA TURQUIA # 4
Este es el trato.
Estaremos casados por dos años, al cabo de ese tiempo tu saldrás de mi vida y la de mi hija para siempre.
Te advierto Jamás intentes enamorarte de mi
No esperes de mi deseo o alguna muestra de afecto.
No pretenda...
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A su regreso a los Angeles, Shaina se sorprendió cuando fue recibida por Khan Demir Kemal.
¿Que hacia allí?
Como siempre su expresión era indecifrable, lo que si no cambiaba era ese aire de prepotencia que lo caracterizaba. Aunque no puede negar que es un hombre muy guapo, exageradamente guapo.
Camina hasta el y le pregunta
- ¿Que hacer aquí Khan?
- Vine a recibir a mi novia, después de semanas de ausencia, ¿acaso no puedo?- su tono era burlón pero al mismo tiempo sonó algo posesivo, lo cual la desconcertó.
- Como quieras- expreso tratando de mostrarse indiferente- me llevas a casa de Patrice y Rupert.
- No- negó y ella lo miro sorprendida.
- Vamos a mi casa, hay cosas de las que debemos hablar, además Sophia te ha extrañado.
Ya Shaina no sabía que pensar, porque de repente a Khan le había dado por actuar como si realmente su futuro matrimonio fuese real, porque no lo era, era un engaño. Un artificio para lograr su propósito y era obtener la custodia de Sophia Adel. Pero lo cierto es que ella también la había extrañado, mas ahora que había compartido días con Juhan y ese instinto maternal que había en ella, se activo y le hizo pensar en esta niña que por dos años seria efectivamente su hija.
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Al llegar a la mansión, fueron recibidos por una diligente ama de llaves quien tomo su abrigo y su maleta e indico que pronto seria servida la cena.
Shaina se sentía cansada y solo quería darse un baño y dormir, pero se veía obligada a hacer lo que Khan Demir quería.
Pero estaba decidida a que no siempre seria así, en esta relación, ella haría sentir su voz, porque ella no era una muñequita a la cual podía manipular y dominar. Siempre fue una mujer independiente, segura de si misma, con personalidad definida y eso el no se lo quitaría.
- Imagino que quieres darte un baño y cambiarte de ropa-
Ella lo miro sorprendida, ¡acaso también podía leerle en pensamiento!
