Uno.

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Abro el closet por sexta vez, mientras analizo mi ropa como si se tratara de una investigación científica de vida o muerte. No entiendo como la gente no se toma en serio las fiestas universitarias. Es decir, son las puertas hacia la popularidad o el comienzo de un viaje lamentable por el rechazo y la indiferencia. Esa última opción no es válida para mí bajo ningún aspecto. Mis dos mejores amigas y yo hicimos juntas el colegio primario y secundario en Ohio y ahora formamos parte de la fraternidad Delta Psi en la universidad. Una vez que pasamos los "desafíos" que se requieren para demostrar lo que se tiene que tener para ser parte de la fraternidad femenina más popular de la Universidad de Florida nos convertimos en las almas de las fiestas y según lo que todos dicen, las más carismáticas de las Delta.

- ¿Todavía sigues sin decidir, Elizabeth? – Pregunta Ally, que luce fantásica con sus ojos verdes ocultos detrás de sus gafas, su cabello castaño claro suelto y larguísimo, una camisa celeste de seda, unos jeans ajustados y botitas negras. – Lucy está terminando de arreglarse y sabes lo ansiosa que se pone.

- Lo sé, más cuando sabe que Will va a ir a una fiesta. – Digo rodando los ojos mientras mi otra mejor amiga se para en la puerta de mi habitación mirándonos con ojos de pedirnos aprobación. Luce increíble con su cabello color negro suelto, sus ojos color miel perfectamente delinados, un vestido verde esmeralda con lentejuelas largo por arriba de las rodillas y botitas negras con brillos en el taco.

- Wow, Lucy! – Exclamamos al mismo tiempo.

- ¿En serio? ¿Es wow? – Pregunta mirándose a ella misma y tanto Ally como yo asentimos con seguridad. – Bueno, gracias. Ahora díganme porque Liz sigue sin cambiarse.

- Bueno ¡ya voy, ya voy! – Exclamo rodando los ojos una vez más. - ¿Esto está bien?

Les muestro el último outfit que dejé sobre mi cama. Un vestido rosa chicle largo hasta arriba de la rodilla, botas cortas negras con el cierre rosa y una campera de cuero negra.

- ¡Perfecto! – Aplauden entusiasmadas y apuradas por convencerme de que es lo correcto para salir.

- Si queremos llegar en el momento justo, tenemos que salir en cuarenta minutos, Liz. – Dice Lucy mirando su celular y yo asiento como si me hubieran dado una órden.

Las chicas me dejan en mi habitación para poder prepararme y no puedo mentirme. Los nervios me asaltan aunque quiera negarlo. Hemos ido a veintenas de fiestas desde que estamos en la universidad pero jamás ningún chico me había interesado más que como para pasar el rato, la noche o como quieran llamarlo. Pero sé que esta noche Miles va a estar ahí y aunque me esfuerce por disimularlo o hacerlo a un lado, mis sentimientos por él son reales desde que Will nos lo presento mientras almorzábamos en el campus hace algunos meses atrás. Vaya sorpresa me lleve cuando me enteré que estudiaba Marketing y Comunicación al igual que yo y ni mencionar cuando lo vi sentado al fondo del salón en la primera clase del año. Ally y Lucy han intentado por todos los medios hacerme admitir que él realmente me gusta pero siempre lo niego. Un chico como Miles jamás se fijaría en una chica como yo y eso es seguro. Ni el hecho de estar en una fraternidad ni nuestros amigos en común podrían cambiar eso.

Termino de darme los últimos toques de maquillaje y me miro en el largo espejo del baño. Llevo mi cabello rubio recogido en dos rodetitos, mis ojos verdes delinados y los labios pintados de rojo. Jamás voy a estar conforme con mi imagen pero asiento para mi misma, sabiendo que esto es lo mejor que voy a conseguir.

Bajo cuando mis amigas están a punto de subir a asesinarme y sus rostros de odio se transforman en una sonrisa al verme bajar las escaleras mientras guardo mi teléfono, mis llaves y mis chicles en mi carterita negra.

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