Cuando el famoso zoólogo Ian Armstrong se enamoró a través de internet de Margarita Sosa, por una convocatoria que hizo un amigo en televisión, decidió que antes de proponerle una relación tendría que conocerla y convivir con ella un tiempo razonable.
Así que cuando lo invitó a pasar una temporada en su hacienda, nunca imaginó que tendría que soportar a su malhumorada capataz, una iracunda y malhablada joven llamada Carolina Vargas, quien desde un principio le dejó muy claro, que no le agradaba.
Ian sospechaba la terrible razón: Carolina, estaba enamorada de su futura novia, quien la adoraba como a una hermana, aunque en el caso de la desgarbada chica parecía más su hermano.
Comprendió, que si deseaba una relación con la bella Margarita Sosa, tendría que hacer un esfuerzo sobrehumano para ganarse la simpatía de Carolina, y si éso resultaba en días y noches con ella, en lugar de estar con Magui, éso haría.
A peores situaciones se había enfrentado conviviendo con leones salvajes.
Carolina caería rendida ante su falso encanto, se dijo muy seguro. Pronto la vería ronrroneando en sus brazos como un dulce gatito.
Hola amig@s la historia está llena de tantas emociones que la vas a adorar.
Te lo aseguro.
Y con semejante inspirador más.Pero no seas golosa. Lee y quedarás enamorad@ de éste par, tal como yo lo estuve al escribirla y quiénes la leyeron antes que tú.
No te detengas aquí. Atrévete a conocer a Carolina, una chica fuera de serie y el hombre que se atreverá a tratar de domarla... ¿o enamorarla?
Ya veremos quién cae primero. 😌
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que me das al leer.Pícale con confianza, no muerde... mucho 😈
⚠️ADVERTENCIA⚠️
⚠️CONTENIDO PARA MAYORES DE EDAD ⚠️
✳️ RISAS RISAS RISAS✳️
En mis historias las personas no se transforman de orugas a mariposas, solo modifican conductas por amor...
A veces. 😎
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¿QUÉ HARÍAS POR AMOR?
Romance¿FINGIRÍAS SER ALGUIEN MAS PARA PERDER AL AMOR DE TU VIDA? Todo comenzó con un chat. Carolina se hizo pasar por su mejor amiga para conseguir una cita con el único hombre que le recordaba que era mujer... Después de todo, él nunca pondría sus ojos...