57. AL ALTAR

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Por fin sabía lo que era el instagram y cómo una parte de su vida personal había sido expuesta.

Comprendió por qué en la calle, las veces que salió con él las personas se acercaban para conocerlos y a querer incluso tocarlos. No era solo porque su esposo fuera conocido, ahora también ella lo era. Debía aceptar que era parte de convivir con un tipo famoso. Solo que no había estado consciente de ello.

—¿Podrás tolerar ésa parte oscura de mi vida? —preguntó Ian en tanto se dirigían caminando a una entrevista.

Carolina aspiró profundo.

—Mientras no se quieran propasar con usted, estoy bien.

Su respuesta fué lo más disparatado que le había dicho desde que se conocieron.

Miró a su pequeña esposa y se rió. No dudaba que diera la cara por él. La acercó a su cuerpo con un brazo y ella sonrió rodeando su cintura con ambas manos.

Acompañarlo a sus presentaciones la ayudó a verlo en todo su esplendor. Era increíble como el hombre sencillo que vivía con ella, se transformaba en todo un expositor serio y amante de su trabajo.

Ahora lo admiraba más y su devoción por él crecía hasta sentirse asustada, pues nunca pensó que pudiera llegar a amar a nadie de esa forma.

Su paciencia duró hasta que fué con Genoveva y Ana a buscar su vestido de novia, muchos la reconocieron y se le acercaron con demasiada curiosidad, logrando incomodarla. Igual que aquellas chicas en el hotel.

A Ian le pareció muy gracioso. Carolina lo amenazó con cancelar la boda y él le demostró cuánto le asustaba su enfado tomándole una foto de ambos, donde ella se veía enojada.

La foto causó revuelo. En sus redes sociales seguían preguntándole por qué la amaba, por qué la había elegido habiendo tantas mujeres mucho más refinadas y con mejor carácter.

Esa respuesta la dió en el programa de su amigo.
En esa entrevista hicieron un recorrido por las historia de ambos, basándose en las primeras imágenes que Ian tomó mientras estuvo en la hacienda.

Carolina se avergonzó por lucir tan mal en aquellos días que se conocieron. Era un remedo de hombre-mujer, mezclado con animal salvaje. No solo en apariencia, sino por la actitud huraña. Incluso ella se preguntaba ¿qué le vió?

Con razón la llamó fierecita desde el principio.

—Mi esposa está acompañándome ésta noche y algunos de ustedes ya saben quién es... —dijo mirándola poco contenta con lo que veía —. Y por primera vez en mi vida me preocupa su cara al ver esas fotos que ni ella sabía que había tomado. Carolina no conoce ésta parte de mi vida que a través de las redes sociales me manejo. Siempre me vió en televisión como ahora, y sé que le va a costar entenderlo porque es una chica que ha vivido en contacto con el mundo en su más pura expresión. Así es ella, un ser humano de sentimientos puros que dice al momento lo que piensa y actúa como siente. Por éso cuando me conoció, lo primero que hizo fué darme un derechazo que me dejó viendo estrellas.  Quizás pensó que yo era de plástico y que no sentía —Carolina abrió la boca azorada. ¡Eso era mentira! Solo le dió una bofetada—. Y no me mires así —se dirigió a ella atrayendo las miradas del público en su dirección. La chica se sintió avergonzada, pero el orgullo la levantó y se enderezó en el asiento—.bTuvo razón al pegarme —le dijo al público—, porque éste descarado le estaba mirando el escote... como ahora veo su cuerpo en ese vestido que odia, para complacerme. Pero no conforme con haberme pegado, cuando nos reencontramos, ésa misma noche me mordió justo aquí —señaló su muñeca.

¿QUÉ HARÍAS POR AMOR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora