—Estudié esa mugre que me dejó de las matemáticas y física... —mencionó con esfuerzo para no decir alguna grosería. —¡Pero a lo de geografía con tantas letras no le entendí ni madres!
—¡Contén ésa lengua muchacha o lo haré yo!
—¡Pues es que a mí que chingados me importa saber de medio oriente y tanta mierda rara que dice! —replicó agitando los brazos.
Ian seguía observándolos, especialmente a ella, que cuando se relajaba, era otra, aunque lo de relajarse no le duraba mucho.
El viejo sonrió y le acarició la mejilla, mas no supo si fué con afecto o llevaba alguna otra intención, pues ella cerró un poco los ojos y arrugó la cara, echó los hombros atrás, pero no se movió.
—Vas a tener que ganarte el afecto de esa rareza si en verdad quieres llegar al altar con Magui —dijo Jorge divertido.
Apenas lo escuchó.
—Eso intentaré —aseguró caminando en dirección del viejo y la mujer.
Carolina volteó hacia él y su sonrisa se debilitó.
—Amigo, eres domador de leones ¿qué te puede hacer una miniatura de mujer como Carolina? ¡A cosas más peligrosas te has enfrentado!
Ian recorrió la frágil figura y se humedeció los labios. Le cruzaron ideas con ella muy perturbadoras que provocaron estragos en su cuerpo.
Se sorprendió a sí mismo. Con el móvil aún en la oreja, se quedó como estatua. Debía salir del trance. ¡No podía sentirse atraído por ella!
¿Qué demonios le estaba ocurriendo?Tenía algo de tiempo sin relaciones sexuales, pero había pasado incluso meses sin estar cerca de una mujer y Carolina no era precisamente alguien con la que pensaría hacerlo. Le gustaban las chicas más delicadas, dulces...
—Carolina me odia sin conocerme —respondió huyendo de las sensaciones bajo la cintura—. No sé por qué. Me extrañó que me relacionara con Paula, si nunca nos vió juntos.
—Estás en un pueblo, allí todo se sabe.
—Es verdad —volteó alrededor y se topó con las miradas curiosas—. Además, si le agregas que hay rumores de que es lesbiana y que esta enamorada de Magui...
—¿En serio?
—La misma Magui me lo contó.
—¿Y es muy masculina?
—Mucho, se viste como un vaquero. Es ruda y mal hablada. Burda y al parecer sin educación.
Continuó caminando hasta llegar a unos tres metros de donde estaba Carolina con el viejo y pudo escuchar de qué hablaban.
—¡Chingada madre viejito, usted sabe que soy bien pendeja pa' la escuela! —espetó de mal humor.
Las piernas le temblaron al saber que ése infiel se estaba acercando.
—¡No vuelvas a expresarte así de ti misma! —replicó Fidel y le dió un manazo en la boca.
Ian se quedó paralizado al ver la acción del anciano.
Carolina se llevó una mano a los labios y bajó la mirada. Estaba actuando con una mansedumbre que resultaba increíble, después de lo que vió el día anterior.
Les dió la espalda un instante.
—¿Alcanzaste a oír algo? —inquirió molesto por el castigo que le acababan de dar a la joven.
Jorge no estaba seguro.
—Me pareció escuchar que "rezaban" —se burló—. ¿No me digas que es la princesita?
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¿QUÉ HARÍAS POR AMOR?
Romance¿FINGIRÍAS SER ALGUIEN MAS PARA PERDER AL AMOR DE TU VIDA? Todo comenzó con un chat. Carolina se hizo pasar por su mejor amiga para conseguir una cita con el único hombre que le recordaba que era mujer... Después de todo, él nunca pondría sus ojos...