Cap. 53 – Los Primeros Cinco.
Shudai con su mano estirada hacia el portal mostro una forzada sonrisa, miró a un costado suyo a unos metros se encontraba una gran sombra a su alrededor se encontraban algunos esbirros y demonios menores, sus brillantes ojos radiaban flamas de color verdoso, sus cuernos salían de su frente y recorrían su cabeza hacia su sien enroscándose en forma de un caracol en su rostro se notaba su frustración por lo perdido.
-Po-por lo me-nos no po-podrás obtener al Ángel. Dijo Shudai con bastante dificultad, su aura iba decayendo debilitándose a cada segundo, la gran herida a su costado era bastante grave. El sujeto solo suspiro.
-Bueno solo es cuestión de tiempo para que el Ángel caiga en mis manos, por lo pronto agradezco la herramienta que me acaban de regalar, será algo difícil poder dominarte, pero sé que caerás tu poder es lo que me ayudara a conseguirlo. ¡Ustedes dos llévensela a las celdas del castillo, traten su herida por que muerta no me sirve y colóquenle el collar de anulación no quiero que se escape! Le ordenó a un par de demonios que estaban cercas de él. Ambos demonios rápidamente fueron hasta Shudai quien prácticamente estaba inconsciente, entre los dos la levantaron en sus hombros y se la llevaron hacia el castillo.
“El primero es bastante confiado, yo la hubiera tomado en ese mismo instante así iría por el Ángel de una vez por todas.” “¿Eres idiota verdad? Si el primero hubiera tomado al hada no hubiera durado nada, además la herida que tiene es grave no era apta para posesión y quién sabe si llegue a serlo, recuerda que las hadas y los ángeles son las únicas criaturas que difícilmente se pueden poseer te purifican o los posees es como jugar ese juego de los humanos la ruleta rusa.” “Bueno tienes razón creo que me pensé mal, fue solo porque me emocioné al ver al ángel cercas, pensé que por fin saldríamos de este horrible lugar.” Shudai escuchaba la conversación de los dos demonios que la arrastraban por un pasillo en penumbras, ella apenas podía ver el camino su vista era borrosa. “Bien llegamos, ¡Ey! Krismar, el primero dice que cures a esta hada, pero primero ponle un collar de anulación, no vaya a ser que se escape.” De un cuarto salió una demonia de algún metro y sesenta de estatura, cabello negro y corto el cual llegaba a la altura de sus orejas estas eran puntiagudas, un par de pequeños cuernos sobresalían de su frente y su piel era algo pálida.
-¿Que le paso? Esta muy dañada, además es raro que Anjuu mande curar a alguien y más si es de otra especie.
-Es algo que no te importa Krismar, tu solo dedícate a curarla luego vendrán por ella para llevarla a las celdas. Dijo uno de los demonios antes de irse y dejarla sola con Shudai, quien se encontraba en una mesa de piedra.
-Bien vamos a ver que tienes de especial. Con algunos movimientos de su mano rompió todo su vestido el cual apenas cubría su cuerpo lastimado dejando la piel al descubierto, una gran cantidad de heridas sobresalían en especial la de un costado la cual era algo grande. Valla este Anjuu es bastante agresivo, no le importó que fueras una chica, bueno creo que debe de tener algo planeado para ti si te dejo con vida y pedir curarte, comenzare a curar este desastre ¡Ah! pero primero tengo que colocar esto no vaya a ser que me quieras atacar, no te preocupes a mí no me gusta dañar a los seres vivos. Krismar extendió sus manos las cuales comenzaron a salir unas llamas oscuras que tenían algunos destellos rosas, las colocó directamente en la profunda herida, esta lentamente se iba curando, pero el dolor que sentía Shudai era insoportable unas cuantas lagrimas corrían por sus mejillas, lo gritos se escuchaban por toda la habitación y el pasillo. De verdad lo lamento, pero esta es la única forma de hacerlo la reconstrucción de tejidos es algo muy doloroso, prometo terminar rápidamente.
Minutos más tarde al terminar Shudai se encontraba inconsciente, no soportó el dolor de la curación Krismar la cubrió con un trozo de tela que tenía en un cajón. Espero un par de horas y llamo a algunos demonios, estos cuando llegaron la cubrieron con una manta vieja y se la llevaron inconsciente. Krismar se dirigió a la sala donde se encontraban los otros cinco demonios.
-Krismar veo que terminaste con el hada, me parece bien esperare un par de horas a que se recupere y comenzare con la posesión.
- ¿Pero Anjuu no crees que es bastante riesgoso? Digo sé que eres fuerte pero las estadísticas son cincuenta, cincuenta. Podrías caer purificado.
-Krismar, Krismar. Crees que soy tan ingenuo como para caer con algo tan sencillo, pff ¿Purificado, yo? ¡El Poderoso Anjuu! Tus estadísticas no me importan lo único que me importa es el poder y sé que todo será mío. Traeré a ese Ángel y abriré el portal esos ángeles guardianes no podrán contra mí, además tengo una As bajo la manga con que no podrán.
-No será que…
-Shh, no digas nada sería una lástima que de alguna manera lleguen a sus asquerosos oídos. A parte de eso el poder de esa hada es necesario para salir de esta dimensión, así que asegúrate que no se escape y que se recupere, necesito su cuerpo y poder.
-Está bien Anjuu, me retiro.
- ¡Espera, Krismar! ¿Has pensado en lo que te dije?
-Sí, pero la verdad esta es mi forma de ser y no creo que cambie así repentinamente, prefiero estar encerrada en esa habitación a salir a asesinar.
-En fin, es difícil hacerte cambiar de opinión, solo espero que en algún futuro te nos puedas unir, tenemos vacantes para los diez primeros, ahora que Lork, Lila, Sirus no están podrías tomar alguno de sus puestos y dejar de solo observar.
-La verdad no, prefiero solo observar. Me retiro a mi habitación, si necesitas algo avísame. Dio la vuelta y se retiró por el mismo pasillo por donde había entrado.
-No sé por qué le sigues rogando a esa pulga, no creo que sea tan fuerte como para pertenecer a los diez primeros, en comparación a Lila o a Sirus ella solo sería un estorbo, digo lo único que puede hacer es curarnos y ni tanto porque su curación es muy dolorosa. Comentó uno de los demonios que se encontraba a un lado de aquella sombra, este se encontraba afilando una gran espada y un par de cuchillos, portaba un gran esmoquin de color negro, similar al de un mayordomo.
-Pues, aunque no lo creas Emilg ella tiene algo especial que ustedes no conocen además tiene bien guardado su verdadero poder, es tanto así que puede superar a Sirus y Lila sin mayor esfuerzo, lo único malo de ella es su pensar. No sé a qué se deberá, pero no quiere dañar a nadie inclusive no le gusta usar su poder de curación solo porque hace sentir dolor a los demás. A veces me gustaría que se comportara más como lo que es, un demonio. En fin, ya veré que hacer para cambiar esa idea, por lo pronto iré a ver esa hada y quizás ya debió de haberse curado.
-¿En serio planeas poseerla? Sabes que es muy riesgoso y más si ella es fuerte. Sé que eres fuerte, pero eso sería demasiado. Comentó el segundo más fuerte de los demonios quien seguía afilando cuchillos de casería.
-Me conoces bien Emilg, pero algo como eso no detendrá mi ideal, soy fuerte y ella no me purificará ¡Su poder será mío! Afirmó mostrando su puño a los otros 4 demonios que estaban en la sala, estos solo permanecieron en silencio.
Mientras tanto en una celda oscura se encontraba Shudai quien poco a poco despertaba, entre la penumbra intentaba recordar lo que había pasado, como un rayo los recuerdos vinieron a su cabeza. Rápidamente tocó su costado donde tenía la herida, pero no en lugar no había nada solo estaba un poco rojizo, además de eso todo su cuerpo se encontraba en perfecto estado, solo una manta rota y un poco sucia cubría su desnuda piel.
-Ya veo, esa demonia me curó. Debí desmayarme por la curación realmente fue dolorosa, aunque debo admitir que esa habilidad es impresionante a pesar de lo mal que estaba curó muy rápido y cada una de ellas. (¡Tengo que salir de aquí ya! No sé qué planear hacer conmigo). Realizó un par de movimiento con sus manos y recito algo en voz baja pero no sucedió nada. (¿¡Que!? ¿Por qué no se abrió el portal? Debería de haberse abierto. ¿Qué es lo que es lo que está pasando, será algún tipo de magia? Realizó el mismo movimiento repetidas veces sin tener resultados.
-Bien, por lo que veo estas mucho mejor, dime ¿Dime cómo te sientes? Dijo una voz algo gruesa desde la oscuridad justo donde unos ojos flameantes podían percibirse.
- ¿Quién eres tú, Acaso eres el loco que nos atacó? Shudai solo se recargó a la pared tratando de ponerse de pie nuevamente, pero sus débiles piernas no ayudaban mucho, mientras que aquel sujeto salió de entre las sombras, se trataba de Anjuu el número uno de los diez demonios.
- ¡Valla! No estás tan despistada después de todo. Así es yo fui, fue una suerte que aparecieran justo en mi camino, lo único malo fue que ese ángel se logró escapar. Deberías estar feliz tu sacrificio funcionó pudiste salvarlo. Pero lamento decir que fue en vano, ya que solo pudiste conseguir algo de tiempo ya que lo inevitable está cerca, la sangre de ese ángel será nuestro y tú nos ayudaras a conseguirla.
- ¡Yo jamás los ayudaré, Antes muerta que hacerlo!
-Querida. Si no te lo estoy pidiendo, es algo que vas a hacer y aunque no quieras, solo tenemos que esperar un poco más ya que todavía no estas lista. Te quedaras aquí hasta que estés recuperada. ¡Ah! Y no te molestes en invocar un portal, tus poderes no funcionan aquí. Así que tu estadía será un poco larga dependiendo de tu recuperación. Bueno, me retiro estás en tu casa, Querida. Guiño su flameante ojo y dio la vuelta para irse de la celda.
-Maldito demonio, ya verás que Jack se encarga de ustedes que son solo escoria y están donde pertenecen.
-Gracias por los halagos. Dijo sin voltear y agitando su mano se fundió entre la oscuridad. Mientras tanto, en la sala donde se encontraban los otros cuatro demonios, el segundo de ellos Emilg seguía afilando otro par de cuchillos.
- ¡Emilg es enserio! ¿Pasaras toda tu eternidad afilando eso? Llevas días si no es que semanas haciéndolo, cuando termines ya no tendrás nada que afilar. Dijo una pequeña que estaba frente a Emilg, se trataba de la tercera de ellos. Ella portaba un vestido un poco largo que llegaba por debajo de las rodillas, este era de cuero negro, un gran moño abrazaba parte de su cintura y espalda, su corto cabello era detenido por una diadema y en sus brazos sostenía un muñeco de color negro tenía un par de botones blancos asimilando ojos y un par de alitas de murciélago salían de su espalda.
-Disculpe señorita Ollenea, pero estos son mis cuchillos numero trecientos y cuatrocientos y tengo que darle mantenimiento a cada uno de ellos no se sabe cuándo podré usarlos, el calor y la poco uso suele desgastarlos rápido.
-Emilg deja de ser tan gentil, eh visto lo sanguinario que eres y eso no va contigo. Además, no creo que llegues a usar tantos chuchillos, aquí no hay mucho con que usar.
-Lo siento señorita Ollenea, pero ser gentil no tiene nada que ver con que sea sanguinario puedo ser tan sanguinario y gentil que yo quiera, solo es cuestión del deseo.
-Sabes eres muy raro, gentil pero sanguinario… por lo menos no eres tan raro como Drenal Jao, digo que clase de demonio eres que se viste así, por favor eres macho ¿Y te vistes como hembra?
-Pues el que sea macho o hembra no tiene nada que ver, lo único que importa es lo lindo que soy, tal vez me tienes envidia por ser más lindo y hermoso que tú.
-No puede ser, ahora resulta que según tu eres más lindo que yo que soy pequeña, preciosa y tierna. Los elementos claves para facilitar mi trabajo ¡Pero tú! No creo que tengas mucha suerte con eso.
-Pues, aunque no lo creas, eh tenido muchas citas cuando voy al mundo humano. Los humanos machos tienen gustos raros.
-¡Basta! Ollenea, Drenal dejen de discutir por cosas sin sentido, ustedes son demonios y se comportan como niños, si Drenal se quiere vestir como un humano hembra es su decisión. Lo único que tienen que hacer es prepararse para salir de este maldito lugar. Drenal y Ollenea afirmaron solo con el movimiento de su cabeza, mientras que Emilg continuaba afilando cuchillos.
En la celda Shudai continuaba tratando de romper el collar que le impedía invocar un portal para escapar de ese lugar.
-Esto es imposible de romper, ni si quiera puedo usar magia simple…
-Ni podrás, ese collar es uno de los mejores que eh hecho. Todavía me pregunto qué tan fuerte serás, como para que Anjuu me pidiera hacer ese collar especialmente para ti.
-¡Porque no lo averiguas! Dijo Shudai desafiándola.
-No gracias no me gustaría que usaras algún truco y escaparas, tampoco me gustaría ver enojado a Anjuu.
-Entonces ¿Qué haces aquí?
-Solo eh venido a ver la nueva mascota del primero y por lo que veo tiene muy buena figura, creo que podría divertirme un rato antes de que él tome tu cuerpo.
- ¿Y crees que será fácil? ¡No dejare que me toques ni un solo cabello! Dijo poniéndose de pie y a la defensiva. Repentinamente su cuerpo se sintió duro como una roca, no podía mover un solo dedo era como si estuviera petrificada. Lentamente sintió como un par de manos acariciaran cada curva de su cuerpo, detrás de ella se encontraba aquella demonia. Shudai luchaba por moverse, pero su cuerpo no respondía.
- ¿Intentas algo? Lo siento, pero no podrás hacer nada estas bajo mi control así que en este momento eres mía, así que solo disfruta de lo que está por venir ya que estarás por un largo rato. Tomó su barbilla y le robo un beso, Shudai solo cerro fuertemente sus ojos esperando que todo fuese un sueño, pero al sentir los ardientes movimientos de aquella demonia le era imposible pesar eso.
- (Solo espero que esto acabe pronto, espero que Jack pueda acabar con cada uno de ellos, antes de que vallan al mundo humano) pensaba mientras recibía las caricias y besos.
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Fuerza Hibrida
RandomSINOPSIS JACK OZWALD ES UN JOVEN QUE VIVÍA EN UN ORFANATO EN UN PUEBLITO EN LAS AFUERAS DE LA CIUDAD NATION AVERT, ÉL NO CONOCIÓ A SUS PADRES PUES ERA MUY CHICO CUANDO LO DEJARON, SOLO SABÍA SU NOMBRE POR LA FRAZADA QUE LLEVABA DE PEQUEÑO. AL CRECER...