- ¡Paulo!- grité y él se giró antes de entrar en el vestuario.- ¡Paulo!
- ¡Tania!- vino hacia mí y al llegar a mi me tiré encima suya abrazándolo.- ¿Qué hace aquí?
- Quería verte y...pedirte perdón.
- ¿Tú pidiendo perdón?
- No hagas que me arrepiente, Dybala.- sonreí y me besó con fuerza, apretando nuestros cuerpos.
- No tenías por qué, el que hizo mal fui yo.
- Y yo por no dejarte explicar.
- ¡Vamos Dybala!- el entrenador apareció y desapareció.
- ¿A él no le besas?
- Solo a ti, a partir de ahora solo a ti.- me volvió a besar y se separó al escuchar de nuevo su apellido.- Me tengo que ir.
- Chao.
Salió corriendo hacia dentro del vestuario y yo subí a la grada con la enfadona de Bianca, que se quejaba de que siempre la llevaba a los campos de equipos que no son el Barça. El partido comenzó poco después y animamos a la Juventus, a Bianca no le gustaba el equipo de su padre.
Al fin la Juventus ganó a un equipo español y lo celebraron primero dando la mano a los demás jugadores, después saludaron a la afición y claramente Paulo me señaló a mi antes de lanzarme un beso, enfocando toda la atención de la gente por un momento en mi, después siguieron aplaudiendo hasta que volvieron a los túneles.
- Vaya con el pipita, vaya joyita está hecho.
- ¿Mi hermano te pegó el sentido del humor tan malo que tiene?
- Creo que sí.- suspiró y reímos mientras salíamos del estadio.- ¿Has quedado con Paulo?
- Que va no...- miré mi móvil.- Sí, he quedado con él.
- Si es que das todo por hecho y así no se puede.- reí por el comentario de Pol y nos sentamos en un bar cercano.- Allí está tu chico, rodeado de fans y periodistas.
- Hola.- dijo él con voz cansada y sentándose con nosotros dentro del bar, donde pudo esquivar a los periodistas.- ¿Qué tal estáis?
- Mejor que tú seguro que sí.
- Seguramente.- suspiró y se acomodó en la silla.
- ¿Pasa algo?
- Bueno, acabo de terminar un partido con varias asistencias y mañana vuelvo a Italia por la mañana, nada de descanso.
- Vaya con el Allegri, me parecía más alegre.- todos miraron a Bianca.- Vale, me callo.
- Sí, mejor.- dijo Marc riendo.- Pues vete al hotel, ya nos veras otro día.
- No, no, yo quiero estar aquí, ya dormiré en el avión.
- Paulo, vete al hotel, anda.
- No hace falta, de verdad Tania, estoy bien.
- Tío, si necesitas un café.
- Es por la noche, es normal que esté cansado.
- Vete a dormir, Paulo, ya nos veremos otro día.- se quedó mirándome en silencio.- Llamaré a Alves o a Higuain para que pase el autobús por aquí cerca y te puedan recoger antes de que esos zombis te maten.
- Está bien.- él bufó rendido y llamé a Alves, que me dijo que estaba saliendo el autobús ya y que ahora pasarían.- ¿Me tengo que ir ya?
- Sí, venga, levántate y anda.
- Como dice Jesucristo.
- Yo prefiero la aparte en que convierte el agua en vino, eso sí que es un buen dios.- dijo Ariadna y reímos.- Adiós.
- Adiós chicos.- lo acompañé hasta la puerta, llamando la atención de los periodistas.- ¿De verdad quieres que me vaya?
- No quiero, pero tienes que descansar, intentaré ir a Italia un fin de semana, ¿Vale?
- Está bien.- suspiró de nuevo y me dio un beso corto.- No le vamos a dar mucha noticia a estos zombis.
Sonreí al ver que me guiñaba el ojo y luego se iba perseguido por los focos. Yo volví con los demás y me quedé con ellos hasta que decidimos volver a Barcelona. Una vez allí, vi todas las noticias que había sobre nuestra relación y la mayoría me hicieron reír, porque se inventaron la mitad de la historia entre nosotros dos.
"Tu Dybala está durmiendo como un tronco, parece que le han dado calmante de caballo."- Alves.
"¿A qué hora os vais mañana?"
"A las seis de la mañana, creo que también dormiré."- Alves.
"Joana te está diciendo que te duermas, ¿Verdad?"
"¿Cómo lo supiste?"- Alves
"Pura intuición femenina."
Desperté al día siguiente y lo primero que hice fue mirar los mensajes, pero no había ninguno de él así que bajé a desayunar y a prepararme para el trabajo, sabiendo que Arnau estaría hoy con los pelos de punta por el partido de ayer. Fui en taxi hasta allí, saludé a mis compañeros y me puse a trabajar lo antes posible para tener a un jefe más o menos simpático esta mañana.
Después del trabajo volví a mi casa junto con Bianca, que se quería quedar hoy conmigo y le conté mis planes de viajar a Italia. Ella se alegró y me dijo que intentaría que su padre no se moleste si llego un día después como muy tarde. Después por fin, me llamó Paulo.
- ¡Hola!
- Que ánimos, ¿Pasó algo?
- Sonará empalagoso, pero llevo esperando un mensaje o una llamada tuya todo el día.
- Me alagas.- reí.- ¿Qué tal el día?
- Bien, como siempre, ¿Qué tal estás hoy?
- Mejor, tuviste razón al decirme que debía descansar.
- Soy Martínez, siempre tengo razón.- Bianca estornudó, siempre se constipaba en verano.- Sabía que te enfermarías.
- Cállate y sigue hablando con tu novio.- volvió a estornudar y reí.- Ala, me voy a mi cuarto.
- No.
- Vale, me has convencido.- reí.- ¿Qué tal está Paulo?
- ¡Bien!- gritó haciendo que se escuchara.
- Ya lo has oído.
- Un poco más y le revientas el oído a tu novia, vaya novio...
- Lo siento, bebé.
- No pasa nada, es ella, que es una dramática.- reí viendo como se burlaba de mi.- ¿Qué haces?
- Nada, ahora tengo que ir a entrenar.
- ¿Ahora? ¿A la noche?
- Bueno, aún no es de noche y sí, ahora, Allegri quiere que entrene mucho estos días ya que se acerca el verano y sabe que nadie se fijara mucho en la dieta.
- Es sabio el entrenador.
- Demasiado, ¿Iremos a Argentina juntos no?
- Sí, iré además este fin de semana así que tranquilo, que me volverás a ver.
- Eso era lo que quería escuchar.
- Pues esto no, Paulo, a entrenar.-oí de fondo a Higuain.
- ¡Hola pipita!- grité esta vez yo.
- Vale, ahora me has dejado sordo a mí.
- Normal, vaya grito a pegado la chica.- dice Bianca riendo.
- Chao Paulo, te quiero.
Colgué y miré a Bianca, que me miraba con la boca abierta y sonriendo. Yo la miré confundida, no sabía porque sonreía de esa forma.
- ¿Qué?
- Le acabas de decir que le querías, Tania.
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Clarity (Paulo Dybala)
Fanfiction"Paulo Dybala, el próximo Messi" "Dybala, el símbolo de la Juventus." "Balón de oro para Dybala" Hacía tiempo que no escuchaba su nombre, más o menos desde que se marchó de vuelta a Italia. A veces se le echaba de menos, sobre todo cuando te ibas a...