Capítulo 62

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- ¿Qué tal con Paulo? Anto me dijo que te cuidara porque tenías que hablar sobre algo con él y era importante.

- Bien, aún no hemos hablado, hemos hecho de todo menos hablar.

- ¿Os habéis acostado? Ya tengo novedades para Anto.

- Sí, lo hemos hecho.- reí y miré el gran estadio.- ¿Entramos ahora o esperamos a que se lo digas?

- Entramos, primero Alves, luego Anto.

Reí de nuevo y entramos, fuimos por lo largos en interminables túneles hasta llegar a la cafetería, donde estuvimos un rato hasta que fuimos a las gradas a verles jugar. Me senté a su lado viendo como Paulo, concentrado, regateaba a sus compañeros en un pequeño partido y se reía junto a sus amigos.

Su mirada, mientras se reía, fue a las gradas y sonrió aún más encontrándome al lado de Joana. Me saludó con la mano y yo sonreí mientras que él seguía con el entrenamiento.

- Lo de los partidos después de aquel benéfico con los equipos integrantes en la Champions ya ha acabado, ahora volvemos a la competición.

- ¿Así? ¿No volverá a jugar en España?

- No, jugarán contra el Mónaco y si pasan, jugaran en Cardiff contra uno de los equipos españoles.

- El Real Madrid o el Atlético de Madrid.

- Exacto, ¿Paulo te tiene informada?

- Él no, mi hermano me ha contado todo sobre esta competición, los equipos, etc, así que sé más, además de que me he visto los últimos partidos jugados.

- Además también hay que ganar la Serie A.

- Ellos sabrán hacerlo bien.- sonreí viendo a Paulo jugar con el balón como cuando era más chico.- Son los mejores en esto.

- No te lo discuto.

Nos quedamos las dos sentadas, observando al novio de cada una y como jugaban. El entrenamiento acabó y los jugadores, cansados, entraron en los vestuarios. Nosotras decidimos no movernos de las gradas, se estaba bien aunque hacía calor, para que mentir.

- ¡¿Qué hacen aquí?!- Alves apareció debajo de las gradas.- ¡¿No sienten el calor?!

- ¡Cállate!

- ¡Te quiero!

- ¡Y yo!- reí al escucharles y nos levantamos.- A la cafetería.

- Sí, por favor.

- Muy bueno lo de anoche eh.- Alves me guiñó el ojo y le miré con una ceja levantada.- La espalda de Paulo dice muchas cosas.

- Oh dios, ¿Todos lo han visto?

- ¡Hola chicos!- Higuain apareció, Paulo iba detrás junto a Cuadrado y Buffon.- Tania.

- ¿Qué?

- ¿Usasteis protección?- sonrió y le di una colleja.- ¡Oye!

- Gracias por preocuparte y sí, la usamos.

Sonreí y los otros dos llegaron a nosotros riéndose de Higuain. Cuando Paulo estuvo lo bastante cerca de mi le saludé con un beso y nos fuimos con los demás agarrados de la mano. Nos sentamos y empezamos a hablar, bueno, ellos, porque lo hacían en italiano y Paulo no llegaba a traducir todo para que yo hablara algo.

- Nosotros nos vamos, Alves por primera vez está cansado.

Buffon habló en italiano y al parecer se despidió, porque luego se marchó. Aunque Dani diga que se va, no se va. Nos quedamos un rato más hasta que por fin fue Joana quien decidió que era hora de irse y todos nos marchamos.

- Chao chicos.

- A seguir la fiesta.

- Cállate, Higuain.- reí por su comentario.

Paulo y yo entramos en su coche y él condujo hasta casa en silencio. Cuando llegamos me acorraló en la pared y me llevó hasta la habitación de nuevo, cayendo en la cama.

- Para, diablillo.

- ¿De verdad quieres que pare?

- Sí, porque tengo que decirte algo.

- Vale, dime.- siguió dándome besos.

- Paulo, es serio.

- Está bien.- me miró confundido y nos sentamos en la cama, sin ningún tocamiento entre los dos.- ¿Qué pasa?

- Verás yo...- no sabía cómo empezar, imaginarlo era fácil pero hacerlo era otra cosa.- Yo, no sé como decírtelo...

- Solo dilo, Tania.

- Tengo dudas.

- ¿Dudas?- me miró aún más confundido y también con miedo.- ¿De lo nuestro? ¿Por lo de ayer?

- No, no...sé que estoy enamorada de ti y no me arrepiento de lo de ayer, si es lo que te preguntas. Tengo dudas de...ti.

- ¿De mí?

- ¿Te acuerdas cuándo en Argentina Anto te preguntó si habías llamado a Antonella?- él asintió lentamente con la cabeza.- Yo le conté que llevaba días pensando en que lo habías hecho y que tal vez...volvíais a estar en contacto y bueno ella decidió preguntártelo y lo peor fue que no sé si dijiste la verdad o mentiste porque de verdad lo hacías o lo sigues haciendo.

- ¿A dónde quieres llegar, Tania?

- ¿Hablas con Antonella?

- No, te prometo que no hablo con ella, si lo que te preocupa es que te sea infiel te aseguro que es imposible que lo sea con algo así en mi casa, Tania, yo te quiero, te amo y nadie me ha hecho sentir así en mucho tiempo.

- ¿De verdad?

- De verdad.- sonrió y agarró mis manos, acariciándolas con el pulgar.- Créeme.

- Está bien.- sonreí levemente.- Pero...

- ¿Qué?

- También tengo que decirte que...que Óscar no paraba de hablarme mientras estaba en Argentina.

- ¿Qué? ¿Por qué no me lo contaste? ¿Tú me...?

- ¡No! Por supuesto que no, que lo hiciera una vez y fuera con él no significa que lo vuelva a hacer, yo también estoy enamorada de ti y no podría perderte. Es que tenía miedo de cómo reaccionarías, pero te aseguro que en cuanto volví a Barcelona paró de mandarme mensajes y que cuando lo hacía no contestaba o le mandaba a la mierda y si llamaba hacía lo mismo.

- ¿Me estás diciendo la verdad?

- Te lo juro, Paulo, yo ya no le quiero a él, te quiero a ti y para siempre.

- Entonces te creo.

Sonreí y me acerqué a él para besarlo y eso hice. La cosa volvió a ir a más y acabamos de la misma forma que ayer, creo que esto se había vuelto adicción para los dos.


Clarity (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora