Clarity (Paulo Dybala)

Capítulo 31

- ¡Adeu! ¡T'estimo, passa-t'ho bé! (¡Adiós! ¡Te quiero, pásatelo bien!- grité desde abajo viendo como el autobús se marchaba con ella dentro.

Suspiré viendo por donde el autobús se había ido con Bianca, rumbo a una excursión en Madrid de la que volvería esta noche. Empecé mi camino hasta el trabajo, donde saludé a su padre y a los demás antes de sentarme a trabajar con mi móvil al lado.

- ¿Vamos a comer?

- Vale.- sonreí a Marc.- ¿Qué tal todo por Italia?

- Bien, Toni vendrá en verano y yo iré allí antes de que las vacaciones terminen, ¿Y tu Italia?

- No hay noticias desde aquella charla, parece que se lo tomó en serio.

- ¿Duele?

- ¿Esta hermosura? Para nada.- reímos y seguimos caminando por la calle.- Bueno, es raro no despertar con alguno de sus mensajes y dormirse sin una de sus llamadas hablándome italiano para molestar.

- Bueno, al menos tienes ese álbum de fotos.

- Que me ocupa mucha memoria, por cierto.

Llegamos hasta un restaurante pequeño y comimos allí, después él me acompañó a mi casa y se marchó a la suya. Esta tarde debía volver al trabajo, había olvidado unos papeles que tenía que pasar a ordenador en mi casa porque allí se había estropeado el mío.

Saludé a Lleò y le di mimos mientras miraba la televisión desinteresada. Poco después, cuando estaba a punto de dormirme, recibí un mensaje de Paulo.

"Tengo que hablar contigo."- Dybala el gladiador.

"Llámame."

De paso miré la hora y me di cuenta de lo tarde que era. Me levanté y fui a por mi bolso con las llaves dentro, me despedí de Lleò y salí de la casa en dirección al trabajo. En mitad del camino, me llamó.

- ¿Paulo?

- Hola Tania.

- Hola, ¿Pasó algo?

- Sólo que...hice lo que me pediste.

- ¿Y? Que yo sepa aún no es verano y no estoy en Argentina para volver a encontrarnos.

- Tania, te sigo queriendo como antes, te sigo echando de menos y no paro de mirar tus fotos con Pol y Marc celoso, incluso sabiendo que Marc no es de mi liga.

- Paulo, seguís con Antonella.

- Romperé con ella, le diré que...

- ¿Seguro? Porque creo que seguís confundido.

- ¿Por qué? ¿Por qué me haces esto, Tania?

- ¿El qué?

- ¡Decidir por mi! ¡Tú no puedes decidir quién me gusta o quién no!

- ¡Yo no estoy decidiendo nada!

- ¡Tenés miedo! ¡Eso es lo que pasa acá! ¡Tenés miedo de volver conmigo!

- ¡Pues sí! ¡Tengo miedo de volver a cometer el mismo error o que tú lo cometas, rompiéndome de nuevo el corazón...!- pasé el paso de cebra.

- ¡Vos también lo hiciste!

- ¡Pero tú me lo reventaste a pedazos con tu mirada de desagrado mientras escupías todas esas palabras que me...!

Giré mi cabeza, viendo a un coche venir hacia mí con rapidez. Apreté el móvil en la mano, escuchando la voz de Paulo. Quise alejarme de allí, dar un gran paso con el que llegar hasta la acera, pero no pude y lo único que hice fue quedarme allí y esperar el impacto.

Cerré mis ojos mientras oía la gente gritar y venir hacia mí, incluido el conductor. Sentí la sangre salir de mis labios y al mirar a mi lado vi mi móvil hecho añicos, todo esto antes de desmayarme.