Capítulo 51

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Me desperté y miré a mi lado, Bianca no estaba. Vi la hora, era aún de noche, exactamente media noche. Me levanté de su cama, ya que me había quedado dormida en su cama con ella, y fui a buscarla. La encontré en el baño, devolviendo. Me acerqué a ella y le sujeté el pelo mientras terminaba, también acariciaba su espalda, llevaba varias noches así pero me había levantado hoy.

- ¿Estás bien?

- Sí...creo que sí.- dijo en un susurro.- Estaré mala o...

- ¿O qué? Deberías ir al médico, no es normal que todas las noches devuelvas y que no tengas ganas de hacer nada de día.

- No sé...yo me siento bien.- intentó sonreír, pero no le salió.- Vale, no me siento para nada bien, pero no quiero ir al médico.

- Chicas.- mi madre abrió la puerta del baño.- ¿Están bien?

- Sí, mamá, es lo de siempre de estas noches.

- ¿Otra vez?

- Sí.

- Intentaré ayudaros.- cerró la puerta a sus espaldas.- ¿Cómo te encuentras cariño?

- Cansada, como si hubiera hecho una maratón.

- ¿Tienes muchas nauseas?

- No muchas, pero algunas son inaguantables.

- Cansada y con nauseas...

- Debería ir al médico.

- No hace falta, ella está bien, es normal si no estás acostumbrada a este país, la comida puede hacerte sentir mal durante días.

- ¿Así?

- Claro.- mi madre sonrió, todo era mentira y yo lo sabía.- Lávate la cara con agua fría y vuelve a la cama, estos días será mejor que no te muevas mucho.

Mi madre salió y ayudé a que se reincorporara, después volvimos juntas a la habitación y nos dormimos rápido. Me desperté, Bianca seguía dormida y yo decidí salir a desayunar ya que era por la mañana, encontrándome a mi padre en la cocina.

- ¿Sabes qué se puede usar una espátula y no una cuchara?

- Hija, no se me olvidará la alineación de la selección de Argentina o del Boca, pero esto de cocinar...- reí y le ayudé a terminar de freír un huevo.- ¿Qué tal Bianca?

- Bien, mejor, ¿Qué vas a hacer hoy?

- Hoy toca volver a los autos, ¿Te querés venir?

- Sí, por favor, no tengo nada que hacer, solo mimar a Lleò y para eso está Bianca ahora.

- Pues no se diga más, desayunamos y nos vamos.

Terminé de cocinar su desayuno y empecé con el mío mientras él me esperaba leyendo el periódico. Cuando terminé, me senté junto a él y desayunamos juntos, después fui a por una chaqueta y me fui a nuestro auto.

Me llevó hasta el taller y una vez allí me senté en la capota de uno de los autos que no estaban reparados, solo para ver a mi padre trabajar cómodamente.

- Vení y ayúdame.- me levanté y fui hacia él para ayudar.- Sujetá acá.- hice lo que me pidió mientras veía como aflojaba y luego volvía a enroscar tornillos.

- Papá.- él me miró un segundo y luego siguió.- Tú sabes que mamá a veces miente y cuando lo hace no para de sonreír para aguantar la risa, ¿No?

- Claro, lo supe cuando me ocultó que estaba enamorada de mi, desde entonces siempre lo hace.

- Ya, pues como tenéis tanta conexión y eso...

- ¿Qué pasa?

- ¿qué pensarías si te dijera que tengo náuseas, aunque no muchas, pero fuertes y que ando todo el día muy cansada?

- No sé, que fueras al médico, ¿Por qué?

- Porque eso le dijo ayer Bianca a ella, que sonrió y dijo que no debería ir, ¿Crees que es...?

- ¿Qué dijo ella que era?

- Que la comida le sentó mal y que si no estás acostumbrada suele sentarte mal semanas.

- Puede que tenga razón, tu madre sabe mucho de eso porque tu abuelo fue médico en su juventud.

- Con razón no querían que te casaras con ella, un reparador de autos que le gustan las camisetas con una hija de un médico.

- Cállate y soltá cuando yo te diga.- reímos los dos.- Soltá, ahora.

Eso hice y no sé cómo, pero toda la grasa negra salió de un tubo disparado a mi padre, manchándole todo el rostro y su traje de mecánico. Los dos reímos y lo ayudé a limpiarse, después seguí ayudándole intentando no mancharme.

S7/��/

Clarity (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora