Capítulo 65

1.6K 67 6
                                    

- ¿Después qué vamos a hacer?

- Ir a mi casa, a Córdoba.

- ¿A Córdoba?

- Sí, tenemos toda la tarde, la reunión durará una hora más o menos.

- A veces duran más.

- Pues conmigo va a ser que no, yo quiero visitar a mis padres. Fin.

- ¡Ha vuelto a decir fin!- Marc me abrazó.- Nuestra pequeña ha vuelto.

- Idiotas, la pequeña es Bianca.

- A mi ahora no me metáis en vuestras peleas.- dijo ella separándose un poco del móvil.- Sí, Thiago, están aquí.

- Hola, soy Bianca y soy la mayor.- Ariadna la imitó y ella la fulminó con la mirada mientras nos reíamos.- A no, tengo 19.

- Cállate.

Bianca le tiró la tostada a la cara y yo exploté en carcajadas junto a Marc, Pol defendía su novia. Después de desayunar volvimos al hotel y nos cambiamos para irnos a una de las reuniones de hoy, una por la mañana y otra por la tarde.

Estuvimos dentro de una pequeña sala negociando durante dos horas y eso me preocupaba respecto a la de esta tarde. Cuando terminamos quedaos con Bianca para comer fuera y después nos marchamos a la segunda y última reunión.

- Entonces... ¿Por qué deberíamos firmar con ustedes?

- Porque somos una empresa que no les fallaremos en nada, si aceptan ser nuestros socios no se arrepentirán, somos precisos en lo que queremos y sabemos darlo en la fecha exacta o antes.

- En ese caso, un placer hacer negocios con ustedes.- sonreí y Pol se levantó para darle la mano, menos mal que me di prisa en esto.

- Chao, señores.

- Chao.

Nos despedimos y nos fuimos de la sala, respirando sin tensión. Fuimos al hotel con rapidez y nos cambiamos de ropa, ya que íbamos demasiado formales. Pasamos a por Bianca y pedimos un taxi para ir a Córdoba.

El viaje fue largo y costoso al llegar. Nos despedimos del taxista y fuimos a la casa de mis padres, toqué pero nadie me abría y cuando todos se dieron por vencido miré en el garaje, encontrándome dos piernas saliendo de debajo del coche.

- ¡Papá!

- ¿Hija?- él salió y me miró asombrado, pero sonriendo.- ¡Hija! ¡Chicos!

Fui hacia donde estaba y lo ayudé a levantarse, dándole un abrazo con fuerza y necesidades de que este no se acabe. Saludó a los demás y nos contó que mi madre estaba con unas amigas, así que la esperamos dentro, hablando mientras con él.

- Ya llegué, pensé que estabas...

- Mamá.- sonreí y la abracé.- Te he echado de menos.

- ¡Hija! Cuanto tiempo, al fin la nena volvió.

- Por poco tiempo, mañana vuelvo y hasta que me den las vacaciones de verano no vuelvo.

- Bueno, mientras estés aquí te me arropas que si no te constipas.- reímos.- Hola chicos, hola Bianca.

- Hola Valentina.

Nos quedamos todos en el salón, hablando y después se unió Thiago. Cuando íbamos a preparar la cena, Thiago me llamó para ir con él a la cocina.

- ¿Necesitas ayuda?

- Sí, pero no con la comida, sino con otra cosa.- se dio la vuelta y me enseñó un anillo bastante brillante.- ¿Te gusta?

- Me encanta, ¿Es para mí?

- No seas tarada, sabes para quien es.

- Por supuesto que lo sé.- sonreí y me acerqué a él, mirando el anillo de cerca.- ¿Es vuestro aniversario o algo?

- Que va es...bueno sé que llevamos poco tiempo.

- Meses.

- Sí, pero creo que es la correcta.

- Eso está bien, saber que quieres es lo primero.

- Ya, pues...quiero tenerla para siempre conmigo.- le miré confundida.- Casarme con ella.

- ¿Qué?

- Lo que oyes, quiero ser su marido y por supuesto quiero que sea mi mujer.

- Thiago, solo tiene 19 años, es muy joven aún.

- Nuestra vieja se casó a los 20 con nuestro viejo.

- Sí, pero porque eran otros tiempo y sus familias no se llevaban bien, mamá y papá se querían y para que no les separaran se casaron.- sí, yo llamaba a mis padres como en español y mi hermano como en argentino.- Eran casos diferentes.

- Y si...en vez de casarnos ya espero unos años y simplemente estamos comprometidos, saber que la tengo pero también saber que se puede ir cuando quiera.

- Eso es otra cosa distinta.

- ¿Y? ¿Qué te parece?

- Que te apoyaré como has hecho tú en otras cosas.

- Gracias boluda.

Le sonreí y abracé, después salimos los dos con la cena y comimos. Cuando terminamos nos despedimos de mis padres y pusimos rumbo a Buenos Aires.

Al llegar dejamos a Bianca en su casa y fuimos a nuestro hotel. Estaba hablando con Marc cuando mi móvil empezó a vibrar, al fin daba señales de vida.

- ¡Al fin me llamas!

- Perdóname, es que estaba tan cansado ayer del partido de vuelta con Mónaco que se me olvidó.

- Está bien, ¿Qué tal estás?

- Genial, estamos en la final, ¿Cómo quieres que esté?

- No sé, ahora os toca la Serie A.

- Ganaremos, ¿No?

- Claro que lo haréis, no necesitas que te lo diga.

- Eso espero.

- Levantaras otra copa más y serás el mejor del mundo.

- Con ser el mejor en el tuyo me basta.- sonreí.- ¿N vas a decir que es cursi?

- Voy a decir que me encantas, Paulo Dybala.

- Lo sé.- reímos.- ¿Qué has hecho hoy?

- He visto a tus suegros.

- ¿Así? ¿Y cómo están?

- Bien, como siempre y con esperanzas de poder verte el pelo.

- Cuando haya vacaciones iré.

- Eso esperó.

- Son las doce, ¿Mañana no madrugas?

- Sí, pero no importa.

- Ahora eres tú la que no quiere dormirse y se quiere quedar hablando conmigo.

- Puede.

- Venga, descansa que lo necesitarás, mañana vuelves a Barcelona.

- Está bien, te amo.

- Chao, yo también te amo.

Colgué y dejé el móvil en la mesilla, di las buenas noches a Marc e hice caso a Paulo, durmiéndome a los pocos minutos.

Clarity (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora