Capítulo 9.

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Capítulo 9.

Múnich.

Por cuarto día consecutivo, el entrenamiento en Säbener Straße se hizo a puertas cerradas. Casi nadie fuera del equipo tenía una idea clara de por qué el Bayern mantenía tanto secretismo con sus entrenamientos, pero esto estaba comenzando a frustrar a más de un reportero. Después del exitoso debut que había tenido el Bayern, todos los medios del país se habían volcado sobre Säbener Straße para conseguir reportajes y algunas fotografías, pero después del primer partido el entrenador había decidido realizar los adiestramientos con la más absoluta discreción.

- Se están haciendo los interesantes.- dijo Markus Küefer, analizando la situación.- Están preparando algo grande, eso se ve venir.

"Por supuesto que están preparando algo grande", pensó Elieth, jugueteando con una pluma. "Lástima que firmé un contrato de confidencialidad que me impide publicar esta noticia antes de tiempo".

- Tienes qué encontrar la manera de entrar a los entrenamientos.- ordenó Küefer, recargándose en el sillón de cuero ubicado detrás del escritorio de su amplio despacho.- Consigue una exclusiva, un pase VIP, lo que sea. Si somos los únicos en tener información seremos los más vendidos.

"Bueno, no necesitaba pedirme que consiga información a como dé lugar, eso queda implícito, todos están pensando hacer lo mismo", se dijo la chica, mientras caminaba por los pasillos de Sport Heute. "La cuestión es cómo entrar y/o cómo encontrar una fuente que esté dispuesta a hablar".

Desgraciadamente, la que parecía ser su mejor fuente de información resultó ser una tumba. Lily no quiso hablar sobre lo que sucedía tras las puertas cerradas de los entrenamientos porque había jurado no hacerlo.

- El entrenador Rudy Frank está decidido a mantener el secreto hasta que el tiro de los tres ases del Bayern haya salido a la luz.- dijo la chica, mientras compartía el desayuno con su amiga.- Y comprenderás que no puedo decir algo de lo que sucede en los entrenamientos mientras tanto.

- Pero yo también sé sobre ese tiro especial.- protestó Elieth, ceñuda.- ¿Por qué no puedo enterarme de lo demás?

- Porque Karl es quisquilloso.- Lily lucía avergonzada.- De verdad, quisiera con toda el alma poder decirte algo, pero no puedo traicionar al equipo que me da de comer.

- Supongo que no.- suspiró Elieth.- No es tu culpa, de cualquier manera, aunque eso de todos modos no me ayuda.

La joven desvió la mirada hacia el librero en donde Lily guardaba sus libros de medicina, y sus ojos captaron a los dos muñecos de peluche que se encontraban ahí; uno de ellos era una reproducción de Berni, el oso café que funge como la mascota oficial del Bayern Múnich, y el otro era una representación de Hermann, el dinosaurio mascota del Hamburgo. Ambos muñecos portaban las camisetas de sus respectivos equipos, Berni con el número 12 y Hermann con el 87.

- ¿Cuándo llegó ese Hermann a vivir a esta casa?.- preguntó Elieth, quien conocía al oso pero no al dinosaurio.- ¿Ya le hace la competencia a Berni?

El oso había sido obsequiado por Gwen a Lily cuando ésta entró a trabajar en el Bayern, como un regalo de buena suerte y para felicitarla por la magnífica oportunidad que se le había presentado. Berni había decorado el librero de la sala desde entonces, para disgusto de Elieth ya que ese oso le recordaba constantemente a Karl, pero nunca hizo el intento de quitarlo. Hermann, por el contrario, no había estado ahí antes del fin de semana pasado, Elieth estaba segura de ello, por lo que el dinosaurio era una adquisición reciente.

In This Together [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora