Capítulo 47.

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Capítulo 47.

Múnich.

La sala de urgencias estaba a reventar; era temprano por la mañana y el trabajo comenzó pronto con un par de accidentados que viajaban en moto, los cuales se rompieron las piernas cuando chocaron contra un poste, para seguir después con los intoxicados de un restaurante de mariscos y un grupo de niños de educación media que se lesionaron durante una excursión escolar cuando una tarima en la que estaban parados se venció por el peso conjunto. Así pues, había llantos de niños, gritos de dolor de adultos y ruidos de vómito, mezclados con los sonidos de los monitores y las voces enérgicas de las enfermeras, quienes no se daban abasto con tanto paciente.

– ¿Ya llevaron al paciente de la cama ocho a Rayos X?.- preguntó la doctora Gwen Heffner a una practicante.

– No, que yo sepa.- negó la mujer.- Le avisé a Leonardo hace diez minutos pero no ha venido. Voy a llamarlo otra vez, doctora, seguro que está perdiendo el tiempo en el patio de las ambulancias.

– No, déjalo, yo lo haré.- negó Gwen, recordando que Leonardo dividía su tiempo entre el trabajo de hospital y sus estudios.- No debe de andar muy lejos.

Y efectivamente así fue, Gwen lo encontró en el patio de ambulancias, pero no perdiendo el tiempo como la enfermera decía sino repasando un libro. Leonardo, al ver a Gwen, soltó una maldición en español y se acercó a ella con la cara roja de vergüenza.

– ¡El paciente de la cama ocho!.- exclamó él.- ¡Lo siento, se me pasó el tiempo!

– No te preocupes, no es una urgencia y no ha pasado mucho tiempo desde que alguien te pidió que te hicieras cargo de él, pero habrá enfermeras que no dudarán en reportarte así que ten más cuidado.- replicó Gwen.- ¿Ya acabaste de estudiar?

– Se supone que sí pero me quedé repasando.- contestó Leonardo, guardando el libro en el bolsillo de su filipina.- Pronto tendré mi primer examen y estoy muy nervioso.

– Te va a ir muy bien, sólo no permitas que esos nervios te consuman y deja que tu cerebro sea el que responda.- le sonrió Gwen.- Has practicado mucho con Leo y conmigo, y los dos creemos que estás listo.

– Les agradezco en verdad la ayuda que me han dado.- Leonardo le regresó el gesto.- Si no hubiera sido por ustedes, ni siquiera me habrían considerado para ingresar al curso de Técnico en Urgencias Médicas.

– No tienes nada qué agradecer.- Gwen le restó importancia al asunto.- Haremos lo que sea por el joven que pretende conquistar a la hermana menor del Káiser de Alemania.

– No lo digas en voz alta.- Leonardo rio.- Que alguien te lo va a creer.

– ¿Qué quieres decir con eso?.- Gwen se sorprendió.- Suena a que vas a darte por vencido.

– No sería como tal "darme por vencido".- Leonardo hizo una mueca.- Es sólo que creo que no estoy haciendo bien al interponerme entre Marie y su padre. No me agrada verlos distanciados por culpa mía y tal pareciera que él nunca va a aceptarme así que quizás lo mejor sea retirarme.

En ese momento Gwen tuvo que callarse pues habían llegado al fin con el paciente de la cama ocho, al cual Leonardo llevó sin más tardanza al departamento de Rayos X. Gwen lo siguió, decidida como estaba a hablar con él, y esperó pacientemente a que el enfermo entrara al cubículo de radiografías para seguir increpando a su amigo.

– No estarás hablando en serio.- exclamó ella cuando se quedaron a solas.- ¡Prácticamente te despidieron del Bayern a causa de Marie Schneider y estás estudiando una carrera técnica por ella! ¿Cómo es que de repente quieres claudicar en tu deseo de ganarte al par de tercos especímenes masculinos que tiene por familia?

In This Together [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora