Capítulo 33.

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Capítulo 33.

Múnich.

Al final de la visita de Hedy Lims a Säbener Straße, Rudy Frank Schneider tuvo que castigar a su mejor jugador, quien casualmente también era su hijo, por "actos impropios en horas de trabajo". Él no creía que Karl hubiese hecho algo malo, realmente no lo creía (de hecho, lo habría castigado sin pensarlo si lo hubiese encontrado besando a Hedy Lims), pero Leonardo Del Valle había dado en el clavo y al entrenador no le quedó más remedio que admitir que Karl Heinz necesitaba una sanción, aunque fuese por pura justicia.

Al hombre no le gustó cuando la señorita Lims se llevó a Karl Heinz a una zona en donde casi nadie podía verlos; el representante de la Paulaner seguía sin aclarar a qué carajos había ido la modelo al entrenamiento pero sospechaba que no era para algo bueno. Si bien Rudy Frank era un hombre inteligente y un gran estratega, en cuestiones de amor era un tonto redomado y rara vez se daba cuenta de cuando una mujer estaba interesada en su hijo (excepción hecha de la señorita Shanks y eso se debió a que su mujer se lo hizo ver), por lo que no captó las verdaderas intenciones que Hedy Lims tenía con Karl Heinz. Sin embargo, el señor Schneider se inquietó cuando el tiempo pasó y la pareja no regresó, así que decidió ir a buscarlos a pesar de que el representante de la Paulaner intentó impedírselo.

- Le recuerdo que usted es sólo un portavoz de la compañía y que el entrenador sigo siendo yo.- replicó Rudy Frank, serio.- Por tanto, aquí sigo mandando yo.

Aun así, el hombre no consiguió quitarse al representante de encima y tuvo que aguantar que lo acompañara, después de todo él era el responsable del bienestar de la señorita Lims. No llevaban mucho camino recorrido cuando se encontraron a Lims, quien venía caminando con pasos de Bambi recién nacido a través de la hierba; Rudy Frank tuvo que hacer un esfuerzo para no echarse a reír, la mujer se veía tan ridícula y poco profesional que se preguntó cómo fue que la Paulaner le dio un contrato tan importante.

- Sus jugadores son muy maleducados.- le reclamó la mujer a Rudy Frank.- Karl me dejó sola para ir detrás de una tipa que además de todo nos vino a interrumpir.

Al entrenador Schneider le molestó que Hedy tuteara a Karl Heinz pero no hizo ningún comentario, simplemente se dio la vuelta y echó a andar para buscar a su hijo. El representante se apresuró en ofrecerle el brazo a la modelo para ayudarla a caminar, retrasándose lo suficiente para que Rudy Frank agradeciera el momento de tranquilidad. A lo lejos le pareció ver a su hijo y se apresuró en darle alcance, preguntándose quién estaría con él; no tardó mucho en darse cuenta de que Karl Heinz estaba besándose con Elieth Shanks. A medio entrenamiento. Delante de todo el mundo. Y no un beso cualquiera sino uno de ésos que causan envidia en cualquiera que lo viera, por lo apasionado e intenso. Rudy Frank sintió una mezcla de bochorno, regocijo y la irritación propia de un padre que ha encontrado a su hijo haciendo algo indebido. Por segunda ocasión tuvo ganas de soltar una carcajada pero las voces de Levin, Sho y la doctora Del Valle lo devolvieron a la realidad.

- ¡Schneider! ¡Señorita Shanks!.- exclamó, tratando de sonar lo más severo posible, sin conseguirlo.- ¿Qué es lo que está pasando aquí?

Elieth empujó a Karl y ambos lo miraron cual par de niños que van a ser regañados por el director de la escuela; Schneider hijo fue el primero en reponerse y en contestar con toda la seriedad de la que fue capaz, dadas las circunstancias.

- Lo lamento, entrenador.- dijo el alemán.- Ha sido mi culpa.

- No necesito que me defiendas.- acotó Elieth, frunciendo el ceño.- Yo me comporté de forma poco profesional y le ofrezco mis disculpas, entrenador Schneider.

In This Together [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora