Foto de portada: Lily de Wakabayashi.
Capítulo 60.
Milán.
Erika llevó la tabla de madera con carnes frías y quesos a la sala y la colocó en la mesa de centro, junto a la botella de vino que se enfriaba en una cubeta con hielo; la televisión encendida comenzaba a transmitir el previo al partido entre el Bayern Múnich y el Hamburgo y los comentaristas no hacían más que repetir lo que se había dicho ya en innumerables ocasiones en los días previos: que el encuentro prometía ser una masacre pero que habría que ver si el Hamburgo daba la sorpresa.
– Sí, cómo no, es más probable que Tsubasa Ozhora deje de ser un Gary Stu a que el Hamburgo dé la sorpresa –musitó Erika, mientras abría la botella de vino–. Esto va a ser peor que la goliza de siete goles a uno que le metió Alemania a Brasil en su propia casa.
Una vez abierta la botella, la joven rellenó un par de copas y las acomodó junto a la tabla. En ese momento un comentarista habló sobre el rumor de que Karl Heinz Schneider llevaba días sin acudir a los entrenamientos y que se creía que podría estar lesionado.
– Si con "estar lesionado" se refieren a que estuvo en la cárcel, pues sí, sí estuvo lesionado –comentó Erika, sin inmutarse–. Aunque es preferible que digan que está lesionado a que está preso.
– ¿Con quién hablas? –preguntó Gino, quien en ese momento llegó a la habitación con su celular en la mano, que lo hacía parecer romano de la antigüedad–. Por cierto, mi abuelo Nico y Gigi te mandan saludos.
– Gracias; cuando vuelvas a hablar con ellos regrésales el saludo de mi parte –sonrió Erika–. Y estaba hablando con la televisión, los comentaristas creen que Schneider faltó a los entrenamientos por estar lesionado.
– ¿Qué no estaba encarcelado en el Consulado de Francia? –preguntó Gino, confundido.
– Ésa es la versión no oficial, amour –se rio la francesa al tiempo en que le pasaba una de las copas de vino–. La cual casi nadie conoce así que ten cuidado de no andarla comentando por ahí.
– Oh, hubieras dejado que yo abriera la botella –manifestó el portero, un tanto desilusionado–. No soy tan inútil.
– No dije que lo fueras pero no tenía caso esperar. –Erika se encogió de hombros–. Además, la prensión fina de tus dedos aún no está completamente restaurada, no vale la pena que te esfuerces de más.
– Como tú digas, doctora –aceptó Gino, con un suspiro–. Y sabes que soy discreto, no le contaré a nadie que tu hermana metió a Schneider a la cárcel del consulado. Que por cierto no sabía que los consulados tuvieran cárcel.
Apenas unas horas antes, Erika se enteró a través de su hermano gemelo de que Elieth había encerrado a Karl en una celda por mero capricho. Erika quedó tan sorprendida que no pudo evitar contárselo a Gino, quien tampoco lo creyó de momento. La joven entonces le preguntó a su hermana directamente y ésta no pudo negarse a decir la verdad, aunque estaba molesta por el hecho de que Leo hubiera sido tan chismoso. Gino se abstuvo de decirle a Elieth su opinión al respecto pues era demasiado cortés y sentía que no tenía derecho a incomodarla, pero con Erika la cuestión fue diferente: ella no se limitó a la hora de regañar a su hermana y hacerle ver que se había pasado de la raya con Schneider.
– Casi no se usan esas celdas pero ahora ya lo sabes: ten cuidado conmigo o acabarás ahí algún día –se rio Erika.
– Desde ahora prometo seguir todas tus indicaciones médicas. –Gino le siguió el juego–. Al menos sabemos que Schneider no está lesionado pero me gustaría saber qué sucederá después de este partido, y no estoy hablando de la cuestión futbolística precisamente.
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In This Together [Captain Tsubasa]
Fanfiction¡Juntos en el camino de la Victoria, juntos en el camino hacia la Gloria! El fanfic que narra las proezas de Genzo Wakabayashi y Karl Heinz Schneider como futbolistas profesionales y como hombres, basado en las sagas del manga "Road to 2002" y "Gold...